Última actualización: 07 de enero de 2016
Ninguna bola de cristal te dará las respuestas. Nuestro destino no está escrito en las estrellas y no será el destino el que nos diga cuál será el camino a seguir. No esperes un golpe de suerte que te cambie la vida cuando menos te lo esperes si vives encerrado en ti mismo. El futuro no se puede predecir, lo único que se puede hacer es crear uno maravilloso para ti y tus seres queridos.
Pero recuerda que no construyes un futuro brillante y esperanzador en un día. Ni siquiera Dios fue capaz de crear el mundo en unas pocas horas, a pesar de todo el poder que le atribuye la religión. Piénsalo: no tardes más y empieza a hacer los tuyos propios, porque mañana puede ser demasiado tarde.
Las oportunidades del futuro
El futuro es siempre incierto. Se presenta lleno de oportunidades, pero estas no son necesariamente positivas. Cualquier cosa puede suceder. Sin embargo, nosotros decidimos de qué lado debe inclinarse la balanza. En este sentido, el poder de moldear el futuro a nuestra imagen y semejanza está en nuestras manos.
"El futuro tiene muchos nombres: para los débiles es inalcanzable, para los temerosos es desconocido, para los intrépidos es una oportunidad".
-Victor Hugo-
Las personas que miran hacia el futuro se dividen en dos tipos. Por un lado están los que quedan impotentes como un títere en manos del destino y culpan de sus desgracias a la mala suerte. Por otro lado, están aquellos que no se quejan, sino que toman la situación de frente y miran hacia adelante con esperanza y fuerza, decididos a cambiar lo que no les gusta.
Los títeres en manos del destino se reconocen fácilmente.. Son personas que constantemente se quejan de su mala suerte y de lo mucho que sufren en la vida. Se dejan llevar por lo que hacen las masas, sin tomar conciencia de ello, sin fijarse metas que vayan más allá de las palabras.
Por otro lado, hay un pequeño grupo de personas, mucho más pequeño que el anterior, que aman crear su propio futuro. Personas que disfrutan el presente, que se marcan metas, que no pierden la esperanza y trabajan duro cada día. Ellos son los arquitectos de su futuro.
Cierra las puertas y mira hacia adelante
Si las cosas no te han ido bien en la vida, lo último que debes hacer es quedarte atrapado en un sueño a medias permanente, quejándote de tus desgracias. En este caso, dejarías una puerta abierta, lo que impedirá que se abra la siguiente.. Piénsalo, porque si esto es lo que quieres en la vida, nunca serás verdaderamente feliz.
"Solo cerrando las puertas detrás de nosotros se abrirán las ventanas hacia el futuro".
-Françoise Sagan-
Hoy no es fácil forjar nuestro futuro, pero tenemos a nuestro alcance una infinidad de herramientas que nos permiten trabajar en la esperanza, en la consecución de nuestras metas y en la consecución de nuestros sueños. El problema es que muchas veces no creemos lo suficiente en ellos, y la falta de convicción no nos permite captarlos con decisión y valentía.
- Una gran manera de crear nuestro futuro es cerrar las puertas del pasado. Personas que solo nos transmiten negatividad, ese trabajo en el que nadie nos valora, esa relación que nos hace infelices y nos complica la vida... Cierra la puerta a lo que te ata al pasado, solo así podrás mirar hacia el futuro.
- Por otro lado, es fundamental creer en ti mismo y en tus sueños. Si crees que tus deseos son estúpidos, irrealizables o imposibles de cumplir, puedes estar seguro de que nunca se harán realidad. Pero si las considera metas a alcanzar en la vida, planteándose metas intermedias y avanzando hacia ellas con confianza y honestidad, nada podrá detenerlo.
Finalmente, te proponemos labrar momentos de profunda reflexión. Mira dentro de ti, en lo profundo de tu corazón. Sé honesto contigo mismo y comienza a tomarte unos minutos para ti todos los días.
Durante estos minutos, libera tu alma de todo lo que te hace infeliz y te ata al pasado, y pon en práctica las herramientas que te ayudarán a alcanzar tus sueños. Sé fuerte, decidido, valiente y perseverante. ¡Esperamos verlos en el futuro!
Imágenes cortesía de Pete Revonkorpi