Última actualización: 08 de abril de 2015
Para enamorarse. A veces tardamos meses en darnos cuenta de que nos hemos enamorado, de que una persona en particular está siempre presente en nuestros pensamientos y en nuestro corazón. Pero a veces, como argumentan los estudiosos, basta un segundo para que se encienda la chispa que nos provoca una sensación similar a la de las drogas, una sublime sensación de euforia y bienestar que se concentra en distintas partes de nuestro cerebro, según el tipo de sentimiento que tenemos, que es un amor romántico o una fuerte atracción sexual. Pero hay más: la neurobiología nos muestra las fascinantes actividades de nuestro cerebro en los diferentes momentos de nuestra vida en los que nos sentimos íntimamente unidos a una persona.
Los mecanismos del amor
Cuando una persona se enamora, en su cerebro se activan 12 áreas que actúan como una sola, segregando toda una serie de sustancias químicas fantásticas como la dopamina, la oxitocina y la adrenalina…pequeños elixires capaces de producir en nosotros esa sensación tan característica de euforia, de pasión, de atracción. Una aglomeración mágica en la que también intervienen el cuerpo estriado y el núcleo caudal, asociados a la motivación y la recompensa, que nos hacen experimentar esas típicas y características sensaciones:
• Deseo de intimidad y unión física con la otra persona
• Búsqueda de complicidad y miedo al rechazo
• Pensamientos continuos para la persona en cuestión, que no nos permiten concentrarnos ni siquiera en las actividades diarias.
• Cambios de humor: ansiedad, nerviosismo, insomnio.
• Idealización de la otra persona
Beneficios de enamorarse
Estar enamorados nos aporta una serie de beneficios, una inyección de bioquímica cerebral donde se afinan un poco nuestras funciones cognitivas, mejorando nuestras motivaciones, nuestro autoconcepto, la imagen que tenemos de nosotros mismos y la autoestima tiende a fortalecerse porque sentirnos admirados y deseados, nos hacemos una idea de nosotros mismos y del ser humano en general, idealizándolo hasta el punto de que cualquier aspecto, cualquier detalle de repente se vuelve especial.
Son instantes que nos hacen sentir bien con nosotros mismos y que nos permiten vernos reflejados en los ojos del otro. Los estudiosos afirman que el amor fortalece la memoria a largo plazo, ya que todas las emociones intensas que experimentamos hacen que las imágenes se vuelvan imborrables en nuestra memoria.
Los especialistas también nos dicen que el enamoramiento comienza con una atracción personal y posteriormente este sentimiento se vuelve aún mayor cuando sospechamos que el otro también siente lo mismo hacia nosotros. Este proceso comienza en la corteza cerebral y posteriormente pasa al sistema endocrino, para activar toda una serie de neurotransmisores que nos provocan un conjunto de emociones y sensaciones maravillosas.
Puede parecer triste pensar que todas estas sensaciones no son más que una reacción bioquímica, donde el elemento esencial es la feniletilamina. Sin embargo, aunque ese aceite que lubrica nuestro cerebro interviene en el proceso de enamoramiento, somos nosotros y nuestra conciencia el verdadero motor que busca y decide, somos nosotros quienes establecemos ese juego de miradas y seducción, de palabras e imaginación del amor. es quizás la dimensión más compleja y fantástica del ser humano, en ella confluyen el dolor y la felicidad. Es un tesoro que todos intentan experimentar al menos una vez en la vida: poetas, escritores, mecánicos, pobres y ricos.. ¡el amor es algo tan incomprensible como universal!