Si el amor duele, no es amor. Si la persona que dice que nos quiere nos hace sentir mal, debemos hablar, actuar y reaccionar lo antes posible.
Última actualización: 28 de mayo de 2022
En ocasiones, el vínculo con la persona amada puede dar un giro inesperado y sumergirse en un ciclo ininterrumpido de críticas, humillaciones o incluso malos tratos. Si la relación con tu pareja te hace sentir mal, tienes que reaccionar.
Lo más sorprendente de estas situaciones es que, en promedio, somos mucho más tolerantes con el abuso emocional de lo que pensamos. Menospreciar, ridiculizar o insultar no deja marcas en la piel y tendemos a ceder, bajar la cara y justificar lo sucedido con "es un caso aislado, tuvo un mal día, cambiará o tendré que esforzarnos para que nos traten mejor". Aún así, nada de esto funciona y la sensación de malestar persiste.
Según el estudio realizado en la Universidad Case Western de Cleveland (Estados Unidos), entre el 50 y el 80 por ciento de las personas podrían sufrir abusos emocionales en algún momento de su vida. Estas situaciones son especialmente comunes en las parejas más jóvenes.
Si la pareja te hace sentir mal, te hace sentir incómodo o menospreciado en algunos aspectos, tienes que reaccionar. Son clavos que duelen a cada paso, heridas que cada vez son más grandes y que debemos tratar cuanto antes.
¿La pareja duele, por qué sucede y qué debo hacer?
Sería genial poder elegir cómo nos sentimos sin importar lo que otros hagan o no. Sin embargo, en una relación es muy difícil permanecer indiferente. El amor, el compromiso, las expectativas y más entran en juego.
Cómo comportarse como si nada hubiera pasado cuando la persona que amas te critica, te invisibiliza o se burla delante de los demás?
A veces no solo es imposible, sino también devastador. Así, cuando la pareja hace daño día por medio, uno se encuentra ante una situación de maltrato psicológico.
También es cierto que sin darnos cuenta podemos causar algún sufrimiento al otro: todos estamos equivocados. Pero ojo, porque hay una clara diferencia con una realidad de maltrato emocional o psicológico. En el primer caso hay una clara voluntad de remediar.
Cuando decepcionas o lastimas a tu ser querido de alguna manera, haces todo lo posible para remediar el error y aprender de lo que sucedió. La persona que ejerce violencia psicológica, en cambio, se disculpará, pero no cambiará de actitud..
En las siguientes líneas vemos, por tanto, en detalle cuáles son las situaciones más habituales en las que la pareja te hace sentir mal.
Hace juicios sin tratar de entender
Esta es una dinámica bastante común. Algunas veces, el compañero puede juzgar y pronunciar declaraciones como "Eres ingenuo en estas cosas", “Eres exagerado y siempre te lo tomas todo de la peor manera”.
Sufrimos cuando empiezan a etiquetarnos con juicios precipitados sobre lo que decimos o hacemos sin entender nuestra posición. ¿Qué hacer en estos casos?
A nadie se le debe permitir hacer juicios precipitados sobre uno mismo, y mucho menos sobre su pareja. En reversa, exige respeto, dialoga, habla con asertividad y deja clara tu posición.
Quien juzga sin comprender la realidad de los demás demuestra no sólo una falta de empatía, sino también una flagrante falta de respeto. Es una forma de devaluar las creencias, opiniones, valores y, en esencia, la personalidad de tu pareja.
"No tengo ningún problema, eres tú quien no me entiende"
La pareja te hace sentir mal cuando se manifiesta tu malestar y, lejos de admitirlo o responsabilizarse de él, proyecta el sentimiento de culpa en el otro. Insistirá en que es la otra persona la que no entiende y descuida la relación.
El compañero que utiliza la proyección de la culpa como estrategia trata sobre todo de evadir sus responsabilidades y de lastimar al compañero. Intenta hacerlo sentir mal, invalidarlo y, así, recuperar el poder.
No tenemos que entrar en un juego así, de lo contrario caeremos en la trampa de la manipulación psicológica. Más bien, es necesario especificar los aspectos que no son buenos, aclarar expectativas y necesidades y cómo mejorar la relación. Por último, deja claras tus limitaciones y lo que no estás dispuesto a tolerar.
El compañero duele porque dice lo que hay que hacer y no
En las relaciones basadas en la manipulación emocional, es común que uno de los dos busca ejercer un control absoluto sobre el otro. Esto significa controlar la conducta de la pareja recordando que ciertas actitudes causan infelicidad en la relación.
La respuesta a estas situaciones es clara: nunca te rindas. No podemos fallarle a nuestra persona hasta el punto de perder nuestra identidad, dignidad y autoestima. Mantener una relación debe ser sinónimo de crecimiento y enriquecimiento emocional. Si la pareja dicta cómo ser y cómo actuar, nos perdemos.
Un estudio realizado en la Universidad de Ámsterdam (Países Bajos) indica que esta situación puede ser muy peligrosa en perfiles con baja autoestima. Estas personas acaban haciendo grandes sacrificios de los que luego se arrepienten.
Comportamiento y comentarios dañinos
El uso de la ironía que hiere, del desprecio indirecto y cotidiano, lesiona la dignidad. Ver cómo nuestra pareja nos ridiculiza en público, nos lanza ataques tajantes para hacernos daño, nos provoca un sufrimiento devastador. Lo mismo ocurre con las reacciones hirientes como los gritos, la ira y, por supuesto, los insultos.
¿Por qué alguien haría sentir mal a su pareja?
Todos tenemos un mal día, todos pasamos por momentos estresantes. Sin embargo, estas situaciones no pueden ser una constante y afectar perpetuamente la relación. En este último caso, pueden confluir varias razones:
- La pareja tiene un carácter problemático: egoísmo, narcisismo, apego inseguro, baja inteligencia emocional, maldad, etc.
- La relación tiene una dinámica tóxica.: Suele ocurrir en relaciones desequilibradas desde el principio. Por lo tanto, es posible que el socio adopte una posición superior donde disfrute de más privilegios.
- Asuntos personales: baja autoestima, miedo al rechazo o al abandono, necesidad de agradar o poca capacidad para poner límites.
No hay peor respuesta a estas dinámicas que no hacer nada, decirte que cambiará, que si tratamos de “ser más complacientes” las cosas mejorarán.
Sea claro si a tu pareja le duele hoy, aquí y ahora, hay que decírselo. Si ese comportamiento se repite, pediremos cambios específicos y voluntad de remediarlo.
Si persisten las agresiones emocionales, se debe tomar una decisión. Recordemos que el amor es la emoción más nutritiva y sanadora que existe. No hay lugar en él para el sufrimiento, el llanto y menos para el miedo.