Última actualización: 14 octubre, 2016
La verdadera atracción va más allá de lo físico y del carácter, tan difícil de definir. La auténtica magia entre dos personas está escrita en una emotiva lectura de corazones que se derrumban y armonizan, que se entienden. Es el tipo de atracción de la que no puedes deshacerte ni siquiera cerrando los ojos.
Se sabe que para la ciencia es muy complejo aislar variables y establecer correlaciones para comprender mejor el amor, el afecto o la atracción. Sin embargo, el estudio más reciente parece arrojar algo de luz: el secreto de la atracción puede residir en la comprensión mutua entre dos personas.
La atracción física no dura; es intenso, vacío y fugaz, pero la atracción por la mente y el mundo emocional al son de nuestra música interior nos convierte en los mejores compañeros de la danza del amor.
"Solo quiero a alguien que me entienda". Esta es sin duda una de las frases más comunes que pronunciamos desesperadamente cuando una relación afectiva falla. No pedimos imposibles: nuestra petición es justa y lógica. Porque ningún amor puede ser auténtico si no existe una empatía basada en la intuición de las necesidades y la correspondencia del afecto.
Te invitamos a reflexionar sobre ello.
El misterio de la atracción entre dos personas.
Recordemos la fantástica película “Algo ha cambiado”. Son dos personas completamente diferentes, tanto en su estatus social como en sus intereses personales. Aunque existe una atracción inexplicable entre Melvin y Carol, el personaje interpretado por Helen Hunt está desesperado por el comportamiento y la actitud del personaje interpretado por Jack Nicholson.
Ella busca "un novio normal", alguien que la entienda. Hasta que, en algún momento, en el transcurso de una situación límite, ella le pide que le dé una razón para no irse al instante. Es en ese momento que Malvin Udall, escritor de novelas románticas y que padece un TOC severo, le revela con sinceridad "Tú me haces una mejor persona".
Ahí es donde radica el verdadero misterio. Más allá de lo físico y de esa vaga definición de interioridad, todos escondemos necesidades emocionales que de pronto son identificadas, comprendidas e incluso resueltas. gracias a la cercanía con ese maravilloso ser disfrazado de persona normal.
La verdadera atracción está en el cerebro.
Cuanto más logremos sintonizar con el mundo emocional de alguien hasta el punto de descifrar sus sentimientos, mayor será la atracción. Esta es la conclusión a la que llegó un grupo de investigadores de la Universidad de Lubeck, Alemania, y cuyo estudio fue publicado el mismo año en la revista “PNAS”.
El amor siempre significa alegría, significa necesidad de dar lo mejor de uno mismo a la persona amada. Porque el amor que sólo conoce el sufrimiento y el chantaje no es un amor digno ni auténtico.
La atracción más auténtica es aquella en la que, finalmente, somos capaces de comprender las intenciones y emociones del otro y en la que potenciamos nuestro crecimiento personal. y autoestima, como si fueran las raíces de un árbol que encuentra su rincón del mundo, en una tierra llena de agua y nutrientes con los que hacerse grande, fuerte y bella.
Por supuesto, encontrar a alguien que nos entienda y que nosotros entendamos no es fácil, pero cuando sucede, nuestro cerebro disfruta. Así lo explica la neurocientífica y directora del estudio, Silke Anders:
- Para tener una relación duradera y feliz, las personas se ven "obligadas" a actualizar y decodificar continuamente emociones e intenciones. de su pareja Solo así podrán anticiparse a ellos y actuar en consecuencia. “Se ve cansado, ciertamente tuvo un mal día en el trabajo. Le prepararé un baño caliente y una cena especial”.
- Si fallamos, si nuestro sistema neuronal no logra decodificar las emociones, se crea en el cerebro un estado de estrés y disonancia. “¿Por qué me rechazas? ¿Por qué está de mal humor si hice todo para que se sintiera bien?”.
Esto nos ayuda a entender por qué no funciona bien iniciar una relación con alguien que nos atrae físicamente y con quien tenemos algo en común.
La gente necesita más armonía íntima, de un punto donde los vocabularios neuronales hablan el mismo lenguaje. En el que se decodifican las necesidades a través de una lectura emocional sabia, intuitiva y, sobre todo, valiente. Una lectura capaz de dar la respuesta más correcta en cada momento y no la más conveniente.
Necesitamos ser mejores personas y no personajes incomprendidos escondidos bajo nuestra armadura solitaria.
Imagen de portada cortesía de Cloudy Thurstag
