Última actualización: 14 septiembre, 2016
Las lágrimas tienen una importante función biológica: limpian nuestros ojos. Nos permiten tener una vista más clara y se encargan de oxigenar la córnea. También actúan como lubricante natural y contienen sustancias antibacterianas que nos protegen de infecciones.
Sin embargo, las lágrimas también funcionan como indicadores de las heridas presentes en nuestro cuerpo.. Activan unos mecanismos que empujan a las células especializadas en los procesos de defensa y cicatrización a acudir a la zona dañada, para poder repararla: esto quiere decir que tienen una relación directa con nuestro sistema inmunológico.
“Si, en alguna situación, la vida te ha infligido heridas, espera a que cicatricen y no las vuelvas a abrir…”
-Alessandro Mazariegos-
Sin embargo, las lágrimas no sólo tienen una acción fisiológica. La mayoría de nosotros, de hecho, los vemos como la manifestación de un aspecto emocional. Lloramos cuando estamos muy tristes, cuando tenemos mucho miedo o por la mayor alegría. Lloramos, porque sentimos emociones..
Las lágrimas a veces hacen desaparecer la lluvia
El llanto es una manifestación subjetiva que tiene, por un lado, una función comunicativa: la de explicar a los demás cómo nos sentimos, intentando despertar en ellos un sentimiento de solidaridad. Por otro lado, sin embargo, las lágrimas también tienen un fin terapéutico, porque nos permiten liberar la tensión acumulada con el tiempo.
El llanto es un medio emocional que puede tener diversas causas. La acción de llorar supera nuestra necesidad de control y, por lo tanto, por mucho que nos gustaría evitarlo, a veces terminamos llorando de todos modos. El llanto indica un descontrol, pero al mismo tiempo rompe una barrera de expresión.
Esto sucede porque en nuestro cerebro existen dos áreas diferenciadas: un área prefrontal que se ocupa de asuntos ejecutivos, como el razonamiento y la toma de decisiones, y donde se ubica la voluntad; otra área tiene el propósito de activar los reflejos, que de hecho son automáticos e involuntarios. Las emociones surgen en esta última zona, que es también la zona más primitiva de nuestro cerebro.
Lo que dice la ciencia sobre el llanto
Podemos llorar porque hemos cortado una cebolla, lo que simplemente representa el hecho de que nuestro sentido del olfato, conectado a nuestras glándulas lacrimales, funciona con normalidad. Sin embargo, también puedes llorar en situaciones específicas en las que el llanto refleja una enfermedad. En estos casos, esta reacción se conoce como "llanto patológico".
Diversas investigaciones científicas han demostrado que, cuando lloramos, liberamos diversas sustancias como endorfinas, corticotropina, prolactina y sales de magnesio y potasio, que son las responsables de los altos niveles de ansiedad y excitación en nuestro organismo. Después de eso, inmediatamente sientes una sensación de paz y tranquilidad. Además de eso, cuando lloramos, las lágrimas actúan como un analgésico que reduce el dolor.
El llanto se desencadena por estados de ánimo negativos y muy intensos como la tensión, la ira, la ansiedad, pero también de emociones positivas igualmente fuertes, cuán grande puede ser la alegría. En todos los casos se experimenta la sensación de encontrarse frente a una cosa muy grande.
¿Es bueno reprimir el llanto?
Reprimir las lágrimas es malo para la salud. En la mayoría de las culturas no existe una idea positiva del llanto de un hombre, pues se considera un gesto de debilidad. Como resultado, los hombres en particular tienden a sofocar sus emociones, a diferencia de las mujeres que, por otro lado, a menudo se asocian con lágrimas fáciles.
El origen de este estereotipo se remonta a modelos educativos erróneos basados en “criterios” masculinos. Retener las lágrimas aumenta la frustración y la agresión y hace que surjan bloqueos..
Ante la pérdida, por ejemplo, de un ser querido, surge una profunda tristeza: un proceso doloroso durante el cual la mejor ayuda es el llanto. Es parte de la vida. Cuando uno no vive y reprime, surgen diversas consecuencias negativas, como la aparición de enfermedades, ya que se activa un proceso de somatización debido a la represión del dolor emocional. Asi que, el llanto es bueno cuando es proporcional al motivo que lo desencadena.
Por el contrario, en cambio, el llanto es dañino cuando se desconocen las causas que lo desencadenan y se acompaña de falta de sueño o apetito, pérdida de peso, falta de motivación e incluso deseo de muerte. En estas situaciones, ahora fuera de control, el llanto puede indicar la presencia de trastornos emocionales a los que se debe prestar especial atención, ya que requiere atención profesional.
Aspectos adicionales a considerar
Si bien se conocen los procesos fisiológicos que intervienen sobre el mecanismo del llanto y sobre los elementos psicológicos que forman parte del mismo, aún existen aspectos desconocidos que, aún hoy, continúan siendo un misterio. El llanto parecería ser un rasgo exclusivo de los humanos, ya que ninguna otra especie llora sus emociones..
Algunas teorías sostienen que el llanto más básico es el resultado del dolor físico, mientras que las más complejas afirman que es el resultado evolutivo de un tipo de comunicación no verbal que tiene como objetivo obtener ayuda de los demás. Esto se puede ver, por ejemplo, en el llanto de los bebés que buscan la atención de su madre.
En cualquier caso, sabes que llorar, en condiciones normales, es un acto liberador. Y realmente lo es, porque te permite expresar sentimientos y emociones que van más allá de las palabras. Hay formas de dolor que no permiten discursos, sino que requieren un gesto físico. Ese gesto es el llanto: una acción corporal que, cuando es espontánea, conduce a un estado de paz.
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