Última actualización: 30 septiembre, 2015
Hoy queremos compartir con vosotros la preciosa metáfora de 6 patas de mi araña. Sigue leyendo y descubrirás los pilares más sorprendentes que podemos y merecemos disfrutar en nuestra vida, útiles para nuestro crecimiento personal.
Esta metáfora nos compara a cada uno de nosotros con una pequeña araña con 6 patas que la sostienen, cada una de ellas es tan importante como los otros. Estas 6 patas son nuestros cimientos, lo que nos sostiene y nos ayuda a seguir adelante con alegría y entusiasmo, permitiéndonos avanzar o retroceder en nuestro proceso de crecimiento personal.
¿Cuáles son las 6 patas de la araña?
- Pata número 1: Amistad. Este es uno de los pilares fundamentales de la vida social de todo ser humano. Tener relaciones plenas y sinceras nos llena de felicidad y nos permite aprender cada día y avanzar en nuestro proceso de crecimiento personal. Por eso, es importante cultivar las amistades, recordando siempre que son ellos quienes nos cuidan.
trabaja en el tuyo dignidad de forma equilibrada, tratando de dejar de lado el orgullo. Esfuérzate por quien lo merece y aprende a ser decidido ya decir no cuando lo creas necesario.
Evalúa a los que te rodean y ten cuidado con las relaciones tóxicas, que solo te hará derrochar emociones y hacerte sufrir innecesariamente. Sobre todo, recuerda que la calidad es mucho más importante que la cantidad cuando se trata de relaciones personales. ¡No lo olvides!
- Pata número 2: Amor. El amor es la base de todos los movimientos vitales. Todos queremos ser amados y deseados, pero siempre partiendo de la base de sentimientos verdaderos, auténticos y positivos.
El amor más importante de todos es el que necesitamos sentir por nosotros mismos. Si estamos en una relación con la persona que amamos, debemos cuidarla y comprenderla. Para tener una relación romántica saludable, es necesario cultivar la paciencia y establecer una buena comunicación.
- Pata número 3: El yo como persona. Como dijimos antes, a menudo descuidamos nuestras necesidades personales y nos enfocamos solo en quienes nos rodean. La clave es no olvidarse de uno mismo.
nuestro apariencia es el espejo nuestro estado interior y por esta razon se ve claro cuando nos cuidamos o no. Dedícate tiempo a ti mismo, haz lo que quieras hacer, no pienses en lo que los demás esperan de ti y dedica al menos 30 minutos al día a las actividades que más disfrutas.
siempre busca dedicarte un tiempo a ti mismo, porque realmente te lo mereces. Si sabes amarte a ti mismo, sabrás amar a los demás. Para ello, la salud física y mental son fundamentales. Practica deportes y pasa tiempo inmerso en la naturaleza. Te permitirá ponerte en contacto con tu yo interior y estimular la producción de hormonas de felicidad y satisfacción.
- Pata número cuatro: La familia. Llega un momento para todos en que nos damos cuenta de que no somos el centro del universo y comprendemos la importancia del apoyo que representan nuestros padres: la importancia de la familia. Cuida de ellos. Es cierto que en todas las familias siempre hay una "oveja negra", pero también es cierto que, muchas veces, es la misma persona que te visitó cuando estabas enferma o te ofreció una mano cuando la necesitabas.
Dales el beneficio del amor incondicional. y deja de quejarte por uno y por otro. Si te detienes por un momento para reflexionar realmente sobre los sentimientos que te rodean, te darás cuenta de lo afortunado que eres. Y recuerda, tienes suerte incluso en las peores situaciones, no lo olvides.
Te sugerimos hacer una limpieza general y empezar de nuevo, ¿por qué no darle una oportunidad? Inténtalo y quizás te sorprendas al descubrir cuánto te quieren, cuánto te dan tus familiares y que no hay amor más verdadero que el de un padre, una madre, un hermano o un abuelo. Esta es una de las patas más importantes, que a menudo subestimamos. No esperes a que estas personas empiecen a desaparecer de tu vida para darte cuenta.
- Pata número cinco: Trabajo y vida profesional. Esta pata se puede resumir en unas cuantas preguntas que tienes que hacerte: ¿qué te gusta?; que te preocupa?; ¿estás motivado en tu trabajo?
Dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo a nuestro trabajo. Entonces, ¿realmente crees que vives para algo que no te gusta? Hazte esta pregunta y verás que te hará reflexionar y te abrirá nuevas puertas.
Todos merecemos vivir por los nuestros sueños y alcanzar las metas que nuestro corazón anhela. Si eres capaz de soñarlo, eres capaz de hacerlo y tienes todos los recursos para conseguirlo.
Atrévete y ve por tu felicidad en lugar de pasarte horas quejándote. El hecho de que ya seas adulto no significa que ya no puedas empezar a estudiar algo que te guste, todo lo contrario. Es más probable y admirable que consigas tus objetivos gracias a la experiencia de vida acumulada a lo largo de los años.
- Pata número seis: Pasatiempos y tiempo libre. Como sabiamente dijo José Mujica, ex presidente de Uruguay: “Cuando compro algo, no lo compro con dinero, sino con el tiempo de mi vida que me tomó ganarlo”. Con base en esta gran frase, ya te diste cuenta que cuando no te cuidas y no te cuidas algún tiempo libre, ¿simplemente vives para trabajar?
Es muy importante aprende a disfrutar de tu tiempo haciendo las cosas que te gustan, con las personas que amamos y nos importan, para seguir fortaleciendo nuestro crecimiento interior.
No pienses sólo en el trabajo y el sufrimiento. Sé sincero, estás en esta vida para aprender y, sobre todo, para disfrutar de los preciosos momentos. Debes ser responsable de tu trabajo y carrera, pero no olvides priorizar quién eres. Hacerse rico con todo lo que la vida te ofrece y disfruta cada momento.
Esperamos que esta preciosa metáfora llene tu corazón de alegría y optimismo, ya que es la base del crecimiento personal.
Incluso si crees que necesitas cuidar más una de tus patas, no te preocupes. Esto no quiere decir que las otras piernas también tengan problemas o que necesiten tanto cuidado.
Las 6 patas te dan estabilidad y se ayudan mutuamente, no lo olvides. Ocúpate de curarlos, dales todo tu amor y, sobre todo, tu corazón de araña.