Última actualización: 13 de enero de 2017
Tal vez nuestros padres o abuelos ya no tienen la energía de antes, no pueden moverse bien, no recuerdan quienes somos, a veces se quedan casi sin palabras mientras nos hablan o tal vez nos hacen enojar porque no lo hacen. ver nada positivo en sus dias.
Tal vez así es y así tiene que ser, por qué las personas mayores están hechas de rutinas y necesidades que no entendemos. Hay más, quizás para nosotros, que somos más jóvenes que ellos, se escapa la lógica que explica estas peticiones y ese “ligero egoísmo” que vemos en sus palabras.
Sin embargo, podemos decir que en una época en la que la sociedad despersonaliza a los mayores y les roba su intimidad, las angustias que nos manifiestan responden muchas veces a su necesidad de reafirmar su identidad.
Cuando tus padres te molesten, recuerda...
Cuando tus padres te molestan, recuerda que ejercen su derecho de decisión en una etapa de su vida en la que dependen de otros. No te impacientes porque caminan despacio, no te irrites si gritan, lloran o giran muchas palabras para comunicar un mensaje sencillo.
Cuando los discursos de tus padres te hagan enojar, no olvides que podría ser la última vez que escuches esa batalla de su pasado. Ámalos en su vejez, dales lo que necesitan. No importa cuánto tarde en llegar a un lugar, necesitan tu apoyo y tu amor.
“Hay una ruptura en la historia de la familia, donde las edades se acumulan y se superponen y el orden natural no tiene sentido: es cuando el hijo se convierte en padre de su padre.
Es cuando el padre envejece y comienza a navegar como si estuviera en medio de un banco de niebla. Lento, lento, impreciso. Es cuando uno de los padres, que te agarró la mano cuando eras pequeño, ya no quiere estar solo. Es cuando el padre, una vez seguro e insuperable, se debilita y toma aire dos veces antes de levantarse.
Es cuando el padre, que en otros tiempos mandaba y organizaba, hoy sólo suspira, sólo gime, y busca la puerta y la ventana que ahora parecen muy lejanas. Es cuando uno de los padres, antes activo y trabajador, no puede vestirse y no se acuerda de tomar la medicina.
Y nosotros, como hijos, solo tendremos que aceptar que somos responsables de esa vida. Esa vida que nos generó y que ahora depende de nosotros para morir en paz”.
-Fabricio Carpinejar-
Los ancianos no son como los niños.
Las personas mayores son "como niños" en el sentido de que necesitan paciencia, atención, cuidado, comprensión y cariño. En ocasiones pueden solicitar nuestra atención y protección de manera paternalista, pero esto no significa que debamos comunicarnos con ellos en un lenguaje infantil (elderspeak, en inglés).
No podemos tratarlos como si no supieran nada, son personas con historias de vida increíblemente ricas. Hablarles con exceso de diminutivos, simplificar el lenguaje, adoptar una voz infantil o no tener en cuenta sus facultades de decisión es una forma incorrecta de tratarlos.
