Este decálogo para afrontar un conflicto de pareja nos habla de actitudes y comportamientos sencillos. Elementos que, aunque parezcan lógicos o triviales, olvidamos o ignoramos hasta el punto de permitir que un conflicto agriete la relación.
Última actualización: 06 octubre, 2022
Por mucho que dos personas se amen y mantengan una relación que podríamos definir como armónica, tarde o temprano tendrán que enfrentar una crisis de pareja. Es inevitable y además saludable. El conflicto es una oportunidad para analizar y decidir, por lo que una pareja en crisis debe saber afrontar el conflicto.
En el otro extremo, están las parejas que viven en constante contradicción, que discuten por cualquier cosa, pero aún así sienten que su amor es suficiente para mantener intacta la relación. Quizá sea simplemente el hecho de que todavía no saben cómo afrontar un conflicto y, por ello, no pueden salir de ese círculo vicioso.
Hay algunos pasos simples a tener siempre en cuenta para hacer frente a una crisis de relación. Estos son algunos indicios que pueden parecer simples y obvios, pero que en muchos casos son ignorados, dejando lugar al conflicto oa un acuerdo que no satisface a ninguno de los dos. Veámoslos juntos.
“No hay amor en la paz. Siempre va acompañada de agonía, éxtasis, alegría intensa y tristeza profunda”.
-Paulo Coelho-
Decálogo para afrontar una crisis de pareja
1. Encuentra la paz mental y luego habla y actúa
El enfado, acompañado de la impulsividad, es uno de los factores que desgasta cualquier relación. Se desata simplemente porque estamos acostumbrados a reaccionar de forma explosiva, pero se puede cambiar.
Podemos acostumbrarnos a estar en silencio, mientras pasa la ola de furor que sólo trae consecuencias negativas, y esperar a encontrar la serenidad antes de hablar. Puede parecer trivial, pero una pareja en crisis nunca resuelve nada gritando.
2. El beneficio de la duda: un salvavidas para la pareja en crisis
Las certezas son mucho menores de lo que pensamos, mientras la duda, entendida como prudencia, debería ocupar mucho más espacio en nuestra mente.
Deje que el socio explique sus razones, sus intenciones y sus acciones. Abre tu mente para tratar de entender su punto de vista. La comprensión es una inversión muy rentable.
3. Habla sobre cómo te sientes honestamente
Una de las maneras de lidiar con una crisis de pareja es enfócate en lo que sientes en lugar de lo que piensas. Expresar tus sentimientos con sinceridad es un acto liberador para ti y enriquece a tu pareja.
La expresión que sale del corazón estimula la comprensión y fortalece el vínculo entre dos personas.
4. Gritar y ofender no sirven de nada
Los gritos y las ofensas no hacen más que alimentar el conflicto y herir la dignidad; aunque en medio de una discusión lo olvidemos, así terminan todas las rencillas de una pareja en crisis.
Al gritar e ignorar la sensibilidad de tu pareja, automáticamente la autorizas a hacer lo mismo. A la larga, la distancia y el resentimiento aumentarán.
5. Asumir la responsabilidad es fundamental para afrontar una crisis de pareja
A menudo buscamos la justificación de nuestras acciones en las de los demás. "Me haces perder los estribos", decimos, como si otros pudieran dirigir nuestro comportamiento a voluntad.
Lidiar con una crisis con madurez significa comenzar a examinar la situación asumiendo la responsabilidad de lo que sucedió. Intentar culpar al otro no resuelve una crisis.
6. La víctima y el verdugo
La victimización nunca es inútil, y menos cuando se trata de resolver una crisis de pareja. Cuando una persona se pone en la piel de la víctima y, por supuesto, pone a la otra en el lugar del verdugo, la responsabilidad real de ambos se desvirtúa.
Al actuar de esta manera, el primero asume una actitud infantil, mientras que el otro adquiere poderes imaginarios. En pocas palabras, la confusión se suma a la ya precaria situación.
7. Escuchar en silencio para resolver una crisis de pareja
En el silencio podemos trabajar con nuestro diálogo interior, con esos mensajes que nos dedicamos. En una conversación, el silencio es la antesala cortés de un diálogo sano, en el que se respeta el turno de palabra.
Interrumpir es una actitud que genera más tensión, porque irrita y revela el deseo de imponernos. Una buena práctica para afrontar una crisis de pareja es limitar el tiempo de intervención y respetar el tiempo de palabra.
8. Centrarse en las soluciones
Es mucho más fácil abordar un conflicto de relación desde una perspectiva constructiva. Esto se refleja en el proponiendo una discusión, con el objetivo declarado de buscar soluciones, en lugar de hundirse aún más en el malestar.
Si te enfocas en cómo podría resolverse el problema, ya estarás más cerca de salir del conflicto.
9. Puedes sanar el pasado, pero no cambiarlo
Si uno o ambos miembros de la pareja abordan la crisis como un enfrentamiento, exigiendo una compensación por los errores del pasado, la discusión está condenada al fracaso.
En este caso, de hecho, el que busca compensación se coloca en una posición de poder frente a la debilidad del otro que toma una posición defensiva para no asumir sus responsabilidades.
De esta manera se rompe el equilibrio necesario para resolver el conflicto.
10. No hay lugar para las amenazas si se quiere resolver una crisis de pareja
La amenaza de abandono o de herir al otro son formas de violencia psicológica. En algún momento puede sentir que amenazar a la otra persona podría funcionar, pero pronto descubrirá que esto no resuelve ningún conflicto.
La amenaza dicta un escenario en el que uno gana y el otro pierde; ganadores y perdedores, que es el peor resultado de cualquier negociación.
Ni siquiera necesitas alimentar el rencor. Debemos perdonar y ser perdonados. Todos cometemos errores y merecemos la oportunidad de enmendar el error, de disculparnos.
Finalmente, te recordamos que la voluntad, la disponibilidad y la apertura mental son los ingredientes más importantes para resolver cualquier conflicto. Se trata de cultivar nuestra educación emocional para ofrecer respuestas más inteligentes a los problemas de pareja y que representan verdaderos retos para dos personas que se aman.