Última actualización: 07 de mayo de 2015
¿A quién no se le ha pasado por la cabeza ordenar los cajones de la cocina? luego darse cuenta de que el estante con las bandejas estaba desordenado, y después de haberlo arreglado también, darse cuenta de que de repente se está arreglando toda la casa. Aquí, reorganiza el lugar donde vives, donde comes, duermes, sueñas, te emocionas y donde organizas tu trabajo.
Después de pasar días ordenando, te das cuenta de que esa limpieza también se hace automáticamente en la vida de uno, en lo que uno hace, en lo que piensa, en lo que siente y en lo que dice: es como si el cerebro estuviera planeando una autolimpieza.
Así, uno siempre está más seguro de lo útil y necesario que es hacer este trabajo de limpieza y ordenación de la vida. Si no estás acostumbrado, hay que acostumbrar la mente a hacerlo, adquirir el buen hábito de mantenerla sana. No es fácil completar este proceso, pero dependiendo de cuánto lo necesites, poco a poco se vuelve automático.
Una de las cosas importantes que hay que hacer es dejando de lado las emociones negativas, esa mala costumbre de estar predispuesto a hacer algo sabiendo que va a doler, esquivando todas las habilidades que uno tiene; ser negativo significa boicotear tus sueños.
No es difícil dejar de lado lo que nos duele, es posible empezar a tener una actitud diferente. Tienes que creer más en ti mismo porque todos saben quiénes son y de lo que son capaces.
Necesitas tener más confianza para vivir cada día con tranquilidad, porque la felicidad no es solo sonreír, la felicidad también tiene que ver con la tranquilidad, y para estar tranquilo necesitas estar en paz y orden en la vida.
