Última actualización: 02 de diciembre de 2015
Al contrario de lo que se pueda pensar, los humanos no somos los únicos que lloramos: todos los mamíferos son capaces de demostrar su dolor, soledad y tristeza de esta forma. La mayor diferencia es que se nos educa y se nos dice cuándo es el mejor momento para llorar y cuándo no.
A las niñas se les dice que llorar es bueno porque es una forma de autoexpresión, pero luego se las considera demasiado sensibles. A los niños se les enseña a no llorar porque es señal de cobardía. Y así crecemos, unos más “libres”, otros más reprimidos.
Llora cuando lo necesitas, hoy te daremos algunas buenas razones para hacerlo.
“Está bien llorar, pero hazlo de pie, trabajando. Vale más sembrar que llorar por lo perdido”.
(Alejandro Casona)
Mientras lloras, explora a fondo tus sentimientos.
Llora y descubrirás sentimientos y emociones que probablemente hayas olvidado. ¿Alguna vez has empezado a llorar por algo y luego te encuentras llorando por algo completamente diferente? Ocurre porque no te das la oportunidad de sacar a relucir tus emociones cuando están naciendo.
“Llorar no es un signo de debilidad. Desde el nacimiento, siempre ha sido un signo de vida”.
(Charlotte Bronte)
Al permitir que la ira y el dolor se acumulen sin combatirlos, se convierten en una especie de veneno.. Algunas personas prefieren mantener tales emociones lo más alejadas posible; es un error porque cuanto más profundo miras, mejor puedes conocerte a ti mismo y más libre te sientes. No tengas miedo de descubrir tus miedos y deseos más profundos: solo cuando llegues a este punto podrás sentirte verdaderamente libre.
Llorar para lavar tu alma
Al igual que una buena ducha lava tu cuerpo, las lagrimas lavan el alma. Después de llorar te sentirás libre, con más energía y ganas de seguir adelante, aunque el ambiente no sea el mejor. Acumulamos tantas cosas dentro de nosotros que luego no nos atrevemos a soltarlas porque creemos que, de esta manera, será aún más complicado y doloroso. El problema es que toda la tristeza, la frustración, el miedo y el nerviosismo también te hacen daño.
“A veces, no tenemos la elección entre lágrimas y risas, sino entre lágrimas y lágrimas, por lo que tenemos que decidir expresar las más bellas”.
(Maurice Maeterlinck)
Habrás tenido tiempo de saber qué es lo que te duele. El siguiente paso es crear una estrategia para avanzar y resolver los problemas pendientes. No te detengas y llores todo lo que quieras, luego sigue. Después de todo, también lloramos de felicidad.
Llorar evita problemas de salud
A menudo, olvidamos que nuestra mente y nuestro cuerpo están conectados y los tratamos como si fueran dos entidades completamente distintas. Esto es un grave error ya que, cuando la mente sufre, el cuerpo se enferma.
Por esta razón, no es raro ver a personas deprimidas o viviendo en una profunda soledad que también tienen serios problemas físicos. Otro ejemplo es el estrés que provoca el dolor de espalda. Presta atención a tu cuerpo y llora sin parar cuando lo necesites. Tu cuerpo es mucho más sabio de lo que crees y siempre te alertará, comunicándote tus necesidades.
“Las lágrimas corren por mis mejillas sin que sienta la necesidad de cerrar los ojos. ¿Qué es lo que me hace llorar así? Simplemente me pasa de vez en cuando. No hay nada que pueda entristecerme. En cualquier caso, la felicidad pasada se ha ido por completo de mi memoria, si se puede decir que alguna vez la hubo”.
(Samuel Beckett)
Llorar te recuerda que eres humano
No llores sólo por motivos de salud, llora también para entrar en contacto con tu lado más humano. Crecemos con la idea de que llorar nos muestra débiles o derrotados. Puede que en algunos casos lo sea, pero también es una forma de acercarte a tu parte más humana y frágil.
“Las lágrimas son a menudo la última sonrisa del amor”.
(Stendhal)
Date la oportunidad de llorar frente a los demás, incluso si crees que puede parecerles extraño o molesto. Las lágrimas pueden ayudarte a demostrar mejor tus sentimientos.; cuando son reales, están perfectamente permitidos. Sin embargo, debes evitar usar las lágrimas como una forma de chantaje.
No te avergüences de tu necesidad de llorar, no hay una buena razón para contenerte. ¡Deshazte de la idea de que llorar es algo malo!
Imagen por concesión gentil de Christiaan Lieverse