Última actualización: 23 agosto 2015
Lo que otros piensan de ti es su realidad, no la tuya. Conocen tu nombre pero no tu historia, no han usado tu ropa, ni han caminado en tus zapatos. Lo único que saben los demás de ti es lo que les has contado o lo que han podido adivinar, pero no conocen ni tu lado bueno ni el malo.
A menudo sucede que no te comprendes a ti mismo; sin embargo, no dudamos en formular hipótesis sobre los demás. En realidad, es imposible estar seguro de lo que sienten los demás, de lo que han vivido y aprendido.
Por esta razón, no debemos dar peso a lo que otros dicen de nosotros, porque sus palabras son el mero resultado de una realidad ilusoria, creada por su mente curiosa.
gente crítica
Hay personas que continuamente dan su opinión sobre ti, tu vida y tus decisiones, aunque nadie les haya preguntado.. Por lo general, estas opiniones son negativas o tienen el único propósito de lastimarte, menospreciarte o dificultarte.
Por lo general, se trata de personas con baja autoestima que ni siquiera se aceptan a sí mismas, lo que les dificulta aún más aceptar a los demás. Las etiquetas que ponen a los demás son un reflejo de su visión de sí mismos, la proyección de sus dificultades emocionales.
Nuestro camino solo puede ser recorrido por nosotros
Vive tu vida como te gusta
No de la forma en que otros quieren que lo experimentes.
Probablemente, si pudiéramos entrometernos en el cuerpo y la mente de los demás, no nos atreveríamos a juzgar. Sería una prueba de fuego muy interesante., capaz de revelar nuestro valor.
Dejando a un lado las fantasías, debemos enfocarnos en apreciarnos y dejar de subestimarnos. Lo que los demás piensen de nosotros no nos da precio. Así como no debemos permitir que otros nos digan cómo debemos vestirnos, tampoco debemos dejar que elijan nuestro "vestuario emocional".
Si vivimos en base a lo que los demás piensan de nosotros, perdemos nuestro estilo y personalidad individual.. Nos veríamos obligados a llevar mascarilla y nuestro reflejo en el espejo representaría inseguridad y falta de autoestima.
Curar la parte herida por la crítica
Las personas más infelices del mundo son aquellas que se preocupan demasiado por lo que piensan los demás.
Para sanar las heridas emocionales provocadas por la crítica, primero debemos estar convencidos de que somos personas únicas e insustituibles; debemos abandonar el miedo a sentir y pensar por nosotros mismos.
Son los demás los que critican y juzgan, no tú. La crítica no constructiva trae consigo una gran pobreza emocional en lo más profundo de quien la pronuncia. Por tanto, si la persona en cuestión decide no enriquecerse interiormente, lo más conveniente es ser emocionalmente egoísta, porque cada uno tiene su propia cruz que llevar.
FOTOS
Aléjese de la negatividad y reflexione sobre el hecho de que su vida es mucho más fácil si no se entromete en la vida de los demás. Siga estas instrucciones:
- Como ya hemos dicho, dando lugar a juicios ajenos, terminaremos convirtiéndonos en alguien que no somos. Sacrificar nuestra identidad para complacer a los demás es una locura.
- ¿Sois buenas madres? ¿Gente exitosa? ¿Inteligente? ¿Eficiente en el trabajo? ¿Te gusta? Al preocuparse por todas estas cosas, perderá mucha energía preciosa.
- En realidad, los demás piensan en nosotros mucho menos de lo que pensamos. En otras palabras, tendemos a sentir que somos el centro de atención de los demás cuando, en realidad, la mayoría de las cosas que hacemos no interesan a los demás. Elimina este miedo, ya que en gran parte es un mero producto de tu imaginación.
- No importa lo que hagas y cómo lo hagas, siempre habrá alguien que verá algo malo en ello.. Intenta vivir y actuar con naturalidad: si haces las cosas porque realmente tienes ganas de hacerlas, siempre será la elección correcta. No tienes que justificarte ante los demás, lo importante es que seas sincero y en sintonía contigo mismo.
No espere que otros entiendan su viaje, especialmente si nunca han tenido que recorrer su camino.
Imagen principal cortesía de bruniewska