Alcanzar la paz interior es un regalo que no podemos negarnos a nosotros mismos.
Última actualización: 24 agosto 2020
La paz interior es un concepto muy antiguo que recientemente ha regresado. Para entender de qué se trata, basta con pensar en el ruido del mundo que nos rodea. No nos referimos solo a los molestos ruidos con los que nos enfrentamos a diario en las grandes ciudades, sino también a la multitud de elementos que alteran nuestra tranquilidad. Con tanto ajetreo y bullicio, ¿cómo es posible lograr la paz interior??
Podemos hablar de paz externa e interna. El silencio exterior está dado por la ausencia de ruido, corresponde a esos momentos extraordinarios en los que el ruido exterior desaparece. El silencio interior, por su parte, hace referencia a un estado subjetivo en el que no existen elementos que perturben nuestra tranquilidad.
Tanto la paz interior como la exterior ofrecen grandes beneficios al cerebro. La ausencia de ruidos y estímulos estresantes favorecen un descanso único en su género. Ellos revitalizan. Despejan la mente y moderan las emociones. Nada regenera como el silencio. Así que veamos cómo lograr la paz interior y vivir mejor.
Todos los problemas de la humanidad provienen de la incapacidad del hombre para sentarse solo en silencio en una habitación.
-Blaise Pascal-
Lograr la paz interior y el contacto con uno mismo
Uno de los aspectos más difíciles de soportar en el mundo moderno es el bombardeo de estímulos al que estamos expuestos. La mayoría de ellos parecen ser urgentes. No tenemos tiempo para despertarnos cuando nos asaltan numerosas preocupaciones.
La tecnología está absorbiendo gran parte de nuestro tiempo. En parte por el trabajo y en parte porque hemos desarrollado cierta adicción a las redes sociales: un espacio de socialización que necesitamos urgentemente consultar continuamente.
En estas condiciones es prácticamente imposible establecer una conexión real con nosotros mismos. Para hacer esto, necesitaríamos encontrar espacios tranquilos dentro de nosotros; es decir, debemos minimizar el volumen de los estímulos y dedicarnos un tiempo libre que nos permita volver a nuestros pensamientos y emociones para escucharlos.
Viviendo en un mundo ruidoso
El silencio interior y exterior están conectados entre sí. Recibimos demasiados estímulos auditivos hoy que en el pasado. Siempre nos vemos obligados a abandonar nuestros pensamientos para responder a los ruidos externos. La sirena de una ambulancia, un motor que arranca, un sonido que anuncia la llegada de un mensaje. Todo esto sucede a un ritmo impresionante.
A veces sentimos la necesidad de alejarnos, de trasladarnos a un oasis de paz, libre de ruidos. Si tienes la oportunidad hazlo. Desafortunadamente, muchas veces esto no es posible porque nuestros compromisos nos lo impiden. Sin embargo, no debemos resignarnos a esta carga constante.
No es necesario empezar a hacer ejercicios de yoga o meditación. Basta con reducir el número de estímulos que recibimos; en definitiva, simplificar nuestra vida. Eliminar el sentido del deber hacia todo y detenerse sólo en lo esencial.
Escúchate y toma contacto
Cuando no logramos alcanzar la paz interior, nos sentimos tensos. Y con el paso del tiempo, esta tensión se convierte en sufrimiento. Vivimos en el sufrimiento. Para salir de este estado, debemos aprender a ponernos límites, tanto en los estímulos que recibimos como en los deberes que nos imponemos cumplir.
En el mundo moderno, el primer límite a establecer se refiere a la tecnología. Perdemos mucho tiempo en redes sociales y direcciones de correo electrónico. Nos hemos acostumbrado a pensar que todo esto es una gran ventaja para nuestra vida, pero no lo es. Nos roban momentos valiosos y nos impiden escucharnos a nosotros mismos.
Una buena idea es tener dos celulares: uno para el trabajo y otro para la vida privada. Una vez terminada la jornada laboral debemos apagar el teléfono para trabajar y encenderlo recién al día siguiente. También vale la pena reflexionar todos los días sobre cuál es el beneficio real de tener conversaciones en las redes sociales. Probablemente nos encontraremos con que es muy escaso y esto podría llevarnos a usarlos menos.
Solo con el silencio interior podemos escuchar lo que nos dice nuestro cuerpo. Las señales de advertencia que envía, sus dolores y su placer. También necesitamos un poco de tranquilidad para redescubrirnos y entender lo que pensamos y lo que sentimos. hacia nuestra vida. Alcanzar la paz interior es un regalo que no podemos negarnos a nosotros mismos.