Última actualización: 24 marzo, 2022
Cuando alguien se siente en minoría, suele sentir malestar y miedo. Uno piensa: “¿Por qué percibo las cosas de manera diferente? ¿Por qué sufro más que los demás? ¿Por qué me siento aliviado cuando estoy solo? ¿Por qué observo y escucho cosas que los demás ignoran?”.
Ser parte del 20% de la población que se reconoce como personas altamente sensibles (PAS) no es una desventaja, ni etiqueta a las personas como diferentes. Es probable que durante tu vida, y especialmente durante la infancia, hayas sentido esa distancia emocional y, en ocasiones, hayas sentido que estás viviendo en una especie de burbuja.
La alta sensibilidad es un regalo, una herramienta que te permite profundizar y enfatizar las cosas. Pocas personas son capaces de entender la vida de esta manera.
Fue Elaine N. Aron quien, a principios de la década de 90, estudiando personalidades introvertidas, retrató meticulosamente las características de una nueva dimensión no descrita hasta ese momento, que reflejaba una realidad social: la de personas altamente sensibles, reflexivas, a quienes reaccionaban. emocionalmente
Si ese es tu caso, si te identificas con las características de las que hablaba la Dra. Aron en su libro “La Persona Altamente Sensible”Es importante que te convenzas de que la alta sensibilidad no tiene por qué hacerte sentir extraño o diferente. Al contrario, debes sentirte afortunado de tener estos 4 regalos:
1. El don del conocimiento emocional
Desde pequeños, los niños con alta sensibilidad perciben aspectos de la vida cotidiana que les provocan angustia, contradicción y fascinante curiosidad. Sus ojos captan aspectos que los adultos no consideran.
Esa sensación de frustración de sus maestros, esa expresión de preocupación en los rostros de sus madres... son capaces de percibir cosas que otros niños no ven y enseñarán a otros que la vida es difícil y contradictoria. Vendrán al mundo con los ojos ya abiertos al mundo de las emociones, sin saber todavía qué les guía, qué les hace vibrar o qué hace sufrir a los adultos.
El conocimiento de las emociones es un arma silenciosa pero poderosa. Nos acerca a las personas para comprenderlas, pero, al mismo tiempo, nos hace más vulnerables al dolor.
La sensibilidad es como una luz que alumbra, pero que nos hace más vulnerables al comportamiento de los demás, a la mentira, a los engaños, a la ironía... Lo das por todo -te lo dicen todo el tiempo- Eres demasiado sensible.
Y así es, pero eres lo que eres. Un regalo necesita una alta responsabilidad y el conocimiento de las emociones también requiere que sepas protegerte. Para saber cuidarse.
2. El don de disfrutar la soledad
Las personas altamente sensibles encuentran placer en los momentos de soledad. Son los refugios que necesitan para el mejor desempeño de sus funciones y acciones. Son personas creativas amantes de la música, la lectura. Y aunque eso no significa que no les guste estar cerca de otros, solo son realmente felices cuando están solos.
Las personas altamente sensibles no le temen a la soledad. Es precisamente en esos momentos que pueden conectarse mejor consigo mismos, con sus pensamientos, liberarse de apegos, cadenas y miradas ajenas.
3. El don de una existencia con el corazón
Alta sensibilidad significa vivir con el corazón. Nadie vive más intensamente el amor, los pequeños gestos cotidianos, las amistades, el cariño..
Cuando hablamos de personas altamente sensibles, muchas veces las asociamos con el sufrimiento. Su tendencia a la depresión, a la tristeza, a sentirse vulnerable ante los estímulos externos, ante el comportamiento de las personas. Sin embargo, hay algo que otros no saben: pocas emociones se viven con tanta intensidad como amar y ser amado...
No hablamos sólo de relaciones de pareja, sino de amistad, de cariño cotidiano, captar la belleza sencilla de un cuadro, un paisaje o una melodía, es una experiencia intensa para personas de alta sensibilidad, arraigada en el corazón.
4. El don del crecimiento interior
La alta sensibilidad no cura. Se viene al mundo ya dotado de este don, que se manifiesta desde temprana edad. Sus preguntas, sus intuiciones, su tendencia al perfeccionismo, su bajo umbral del dolor físico, la molestia que les provocan las luces y los olores fuertes, su vulnerabilidad emocional..
No es fácil vivir con un regalo así. Sin embargo, una vez que te das cuenta de que lo tienes, tienes que reconocerlo y saber lo que esto conlleva, porque llegará el momento en que tendrás que aprender a gestionar muchos de estos detalles. No tienes que permitir que las emociones negativas se desborden en ciertos momentos.
También debes aprender que los demás van a un ritmo diferente al tuyo, que no tienen el mismo umbral emocional que tú, que no vivirán ciertas cosas con la misma intensidad que tú, aunque eso no signifique que, por ejemplo, , te quieren menos. Respétalos, entiéndelos. Entiéndete a ti mismo.
Una vez que hayas descubierto tu ser y tus facultades, alcanzarás el equilibrio y fomentarás tu crecimiento personal. Sé único y vive con tu corazón. Sé pacífico, seguro y feliz.