"La crítica no será agradable, pero es necesaria", dijo Winston Churchill. La crítica oportuna puede evitar males mayores y plantar la semilla para un cambio enriquecedor. Pero las críticas nacidas de la ignorancia, la envidia o el odio pueden provocar heridas que tardan mucho en cicatrizar.
La filosofía budista también se expresa en este sentido. Si bien enfatiza la importancia de desarrollar una actitud compasiva y no juzgar a los demás, también nos advierte que hay momentos en que las palabras agradables no ayudan mucho y se deben hacer críticas que ayuden a las personas a corregir sus errores y encontrar el camino de regreso.
El libro Las enseñanzas de Buda sobre la armonía social y comunitaria, una antología del Canon Pali de Bhikkhu Bodhi, incluye los consejos de Buda a los monjes. Nos advierte que "nuestro discurso puede ser oportuno o inoportuno, verdadero o falso, bondadoso o duro, conectado con el bien o el mal, hecho por una mente de bondad amorosa o con odio interno", por lo que es importante estar más consciente de nuestras propias palabras
En el capítulo IV, Buda aborda el discurso explicando cuándo es necesario alabar y cuándo es apropiado criticar, indicando también cómo podemos corregir asertivamente a una persona. Luego mencione los cinco preceptos que debemos seguir para hacer una crítica positiva.
Los 5 preceptos del Buda para criticar correctamente
1. Que la crítica proviene de la verdad
Una crítica no tiene sentido si se hace bajo una premisa falsa. Las palabras basadas en mentiras o suposiciones no tienen valor y, a menudo, solo sirven para generar caos y confusión. La crítica positiva, por otro lado, debe comenzar con honestidad. Esto significa que antes de criticar debemos preguntarnos si somos lo suficientemente objetivos.
Según el budismo, llegamos a la verdad cuando desarrollamos la perspectiva correcta, lo que implica la eliminación de nuestros juicios de valor, expectativas y apegos. Esto implica que debemos asegurarnos de que nuestra crítica no tenga motivaciones egoístas, que no surja de nuestras expectativas frustradas o que no sea un intento de manipular a través de la culpa.
2. Elige el momento adecuado
“Habla en el momento adecuado, no elijas un momento inoportuno”, dice una frase budista del Canon Pali. La crítica, por positiva y constructiva que sea, a menudo desencadena reacciones negativas, ya que puede verse como un ataque al ego. Para mitigar su impacto, debemos ser lo suficientemente inteligentes como para elegir el momento adecuado.
Si una persona está enojada o frustrada, es probable que nuestras críticas fracasen, simplemente porque estas emociones le impiden pensar con claridad. Del mismo modo, si está pasando por un momento difícil, las críticas pueden convertirse en una carga adicional muy difícil de manejar. Por lo tanto, para que una crítica sea útil, debe hacerse en el momento adecuado.
3. Critica con amabilidad
Decir la verdad no significa cometer sincericidio disparando lo primero que se nos pasa por la cabeza sin pensar en las repercusiones que tendrá en los demás. Las palabras pueden doler, incluso si son verdaderas. Esto significa que para hacer una crítica positiva debemos partir de la más profunda empatía, con sensibilidad y tacto.
La crítica más difícil, si se hace con delicadeza, no solo mitiga, sino que también es más constructiva. Cuando criticamos con amabilidad y delicadeza, rompemos los muros emocionales en los que las críticas a menudo rebotan, creando un terreno fértil para que prosperen y realmente conduzcan a un cambio positivo.
4. Deja que la crítica beneficie al otro
La crítica positiva es aquella que construye y aporta valor. La crítica negativa, en cambio, perjudica a las personas y genera distancias difíciles de salvar. Por eso, es importante que antes de criticar, pensemos en cómo nuestras palabras pueden ser beneficiosas para la otra persona, cómo pueden ayudarla a mejorar o crecer.
Esto también significa que las críticas deben ir acompañadas de una posible solución. Notar un problema o un error es importante, pero aún más importante es ofrecer una salida para que la persona no quede atrapada en los pensamientos y actitudes que generaron esa situación.
5. La crítica debe surgir de la bondad amorosa
"Habla con una mentalidad amable y amorosa, sin albergar odio [...] No pronunciaremos malas palabras, pero respetaremos y sentiremos lástima por el bienestar de esa persona, con una mente amable y amorosa, sin odio interno, sin hostilidad. y sin malas intenciones, dijo Buda.
Las críticas positivas son aquellas que surgen de una mentalidad mettā, ya que la actitud amorosa, benevolente y activa hacia los demás se define en el budismo. Esa mente ha dejado atrás la ira y la angustia para abrazar un amor más incondicional. Si no hemos logrado esa paz interior, pero abrigamos rencores y frustraciones, deberíamos preguntarnos si somos la mejor persona para criticar.