Última actualización: 02 de diciembre de 2017
Cuando éramos niños la tecnología era prácticamente inexistente o al menos no tenía el protagonismo que tiene ahora. Y estábamos emocionados de salir y jugar. Después de la escuela, solo queríamos visitar a nuestros amigos o correr a lo largo y ancho del parque. No necesitábamos las nuevas tecnologías; la peonza, las canicas o una pelota nos bastaban para ser felices y disfrutar de nuestro tiempo libre.
Hoy la situación parece haber cambiado. En muchos casos, los niños pasan sus horas libres pegados a las pantallas de los dispositivos tecnológicos. Comienzan viendo la televisión después de la escuela y continúan jugando en la tableta o el celular de sus padres. Y así… ¿Qué podemos hacer para evitar que utilicen demasiado las nuevas tecnologías? ¡Sigue leyendo!
“Vivimos en una sociedad que depende profundamente de la ciencia y la tecnología y donde nadie sabe nada sobre estos temas. Esto representa una receta segura para el desastre”
-Carl Sagan-
Los peligros de estar constantemente pegado a las pantallas
En muchas ocasiones, cuando nos cuesta conseguir que un niño haga algo (como comer, por ejemplo) recurrimos a internet oa la televisión. Le mostramos unas viñetas para que no proteste y esté tranquilo. Si logramos nuestro objetivo de esta manera, ¿qué hay de malo en eso? El problema surge cuando el uso se hace excesivo y acaba siendo adictivo.
Así, por ejemplo, en el caso que acabamos de ver puede ocurrir que cara de bebe yo capricci cada vez que no tiene una pantalla frente a él cuando tiene que comer. Se quedará atascado sin querer comer sin sus caricaturas. ¿Qué hacer cuando el remedio se vuelve peor que la propia enfermedad? Este es el quid de la cuestión.
"El remedio es peor que la enfermedad"
-proverbio español-
La realidad es que el mal uso de las nuevas tecnologías puede provocar que los niños pasen horas pegados a sus pantallas. De esta forma dedican menos tiempo a otras actividades, como jugar con otros niños, hablar con su familia, relajarse o hacer los deberes. La calidad y cantidad de sus relaciones interpersonales, por tanto, pueden verse significativamente reducidas, dado que tienen la posibilidad de aislarse y perder el apoyo social.
Lo mismo sucede con las notas escolares: se puede ver un marcado deterioro por la falta de tiempo dedicado al estudio. Finalmente, como con los caprichos antes mencionados, el comportamiento del niño puede volverse complicado y perturbador, hasta la posible aparición de trastornos de conducta.
“La tecnología es solo una herramienta. Las personas usan herramientas para mejorar sus vidas”
-Tom Clancy-
Los padres tienen la clave del cambio: promover el uso responsable de las nuevas tecnologías
Los padres tienen la clave para evitar esto. Se puede fomentar el uso responsable de las nuevas tecnologías en casa, que en sí mismos no son necesariamente malos si se usan en la medida adecuada. De esta manera los niños harán un uso saludable de ella.
Para que los más pequeños puedan aprovechar estas herramientas de información, aprendizaje y entretenimiento, lo primero que deben hacer los adultos es saber qué les gusta a sus hijos. Navegar por Internet o jugar algunos videojuegos juntos les ayudará a ponerse en sintonía., conocerse y comunicarse mejor con ellos. Así sabremos directamente qué les gusta hacer y qué no.
Esto nos permitirá proponer otras actividades para pasar el tiempo libre. Por ejemplo, podemos pasar de sugerirle que lea en general a sugerirle que busque un libro sobre un tema que sabemos que despierta su interés de una manera particular. Es una buena manera de motivarlos más para que varíen sus formas de entretenimiento.. Lo mismo ocurre cuando nos proponen un deporte para practicar o excursiones para hacer, porque podemos hacerlo según sus gustos.
La normativa sobre nuevas tecnologías
Pero no solo, también es necesario comprobar cuánto tiempo utilizan las nuevas tecnologías. A título indicativo, se aconseja limitar el uso de la televisión a una hora al día, y el de las consolas a 3 o 4 horas a la semana. Los padres, por tanto, deben establecer un horario preciso para estas actividades, informando al niño cuándo puede realizarlas o no.
En cuanto a la ubicación de la TV, consolas y computadora, es mejor que estén en un lugar accesible para todos, no en la habitación del niño. De esta forma, podemos saber qué webs está visitando o qué está viendo en la televisión, asegurándonos de que son adecuadas para su edad. Pero no solo eso, también evitaremos que se aísle del resto de la familia o duerma poco por usar estas nuevas tecnologías.
Finalmente, para la educación de nuestros hijos solemos recurrir al uso de diversas cosas (materiales y no) tanto como refuerzo positivo como como castigo, para que los niños cambien comportamientos que consideramos inapropiados. Es mejor no utilizar las nuevas tecnologías para este fin, porque podríamos promover un papel destacado de los niños, aumentando su ansiedad cuando no tienen acceso a ellas.
Imágenes cortesía de Pan Xiaozhen, Jeshoot.com y Tetsuya Tomomatsu.