Los sueños no tienen edad, solo deseos

Los sueños no tienen edad, solo deseos

Los sueños no tienen edad, solo deseos

Última actualización: 29 de abril de 2016

No mido mis sueños por mi edad. Por haber medido las cosas según la edad, he llegado a caminos demasiado secos para mi sensibilidad, he atravesado apresuradamente campos donde hubiera podido detenerme a recoger frutos.

Llegué a estaciones desiertas donde no había ningún tren listo para abordar. No había nada allí para mí. Por haber actuado de acuerdo a mi edad, experimenté con severa desesperación una serie lineal de eventos que no quería terminar, pero ni siquiera vivir, porque no estaba lista.



Por haber actuado de acuerdo a mi edad, dejé escapar pasiones que creí fortuitas, creyendo que se expandirían o contraerían según mis futuros deseos. Dejé conclusiones inconclusas que me servirían a lo largo de mi vida, retirándome de las experiencias solo porque me sentía culpable por lo que estaba viviendo en un momento que consideraba incorrecto..

mis sueños no tienen edad

Creía que las lecciones vienen en etapas, no basadas en la experiencia. Pero ahora he aprendido que mis sueños no tienen edad, solo deseos. Quieren ser alimentados constantemente, con gratitud, esperanza y determinación. Ahora no veo en qué consiste el juego, porque sé en qué casilla estoy y porque soy yo quien tira el dado.

El dado tiene muchas caras, pero cae firme y seguro, como mi actitud actual frente al sueño que quiero perseguir. No tengo miedo de seguir jugando para perseguir mis sueños, porque para mí es algo más serio que una obligación que me han impuesto..


Mis sueños no se miden

Mis sueños no tienen edad, solo un deseo de hacerse realidad. Algo que no se mide con una cédula de identidad, un currículum vitae y/o un escalafón típico de desarrollo. Mis sueños se miden por el deseo de decirle al resto del mundo que no me importa si realizarlos corresponde a mi edad o no. Mis sueños se miden por la sensación de vacío que me queda cuando hice algo sin querer o la ansiedad de que no se repita.


Niego las tradiciones que no me gustan, las sutiles imposiciones que odio profundamente. Los abrazo cuando me es grato hacerlo y no cuando los demás esperan que lo haga, porque lo que importa para mi felicidad soy yo.. Mi alma.

Mis sueños no están en el aire, levitan levemente para mi placer personal.

Mis sueños no tienen una base fiable porque los he soñado más de lo que realmente he vivido. Me han entrenado mentalmente para disfrutar de mis sueños sin estar presente en mi vida porque soy hedonista, me gusta disfrutar de los placeres de la vida que la imaginación me puede dar.

Mi mente es tan poco generosa conmigo que cuando me muestra un camino tan maravilloso en mis circuitos neuronales, la alimento, para que no dejen de chispear; así sigo viviendo feliz y esperanzado. Es una estrategia de supervivencia que no denota ingenuidad, sino madurez, pues dejo de amargarme la vida, aunque sea por unos momentos al día..

Mis sueños nunca dolerán, pero pueden despertar envidia.

No sé por qué los sueños de los demás son tan molestos: la gente quiere sacarte de las nubes cuando estar ahí es lo mejor. Estoy decidida a hacer realidad mis sueños, pero no quiero dejar de disfrutar de ningún pasaje. Estoy convencido de que así como disfrutamos de la inocencia de la infancia, del mismo modo debemos saborear el aroma del sueño que envuelve nuestra vida, sin prisas ni constricciones..


Tengo que prestar atención a las personas que no tienen deseos ni esperanzas, quieren hacerme patinar hasta que noto el choque con la dura realidad, cayendo tan fuerte que solo veo las fracturas, los gritos y los días llenos de tristeza y rutina. Quiero decorar mis sueños con algo más, es un privilegio de mi mente que no quiero que nadie me quite.


No es que no haya luchado por mis sueños, pero no quiero que sean solo una pelea.

No quiero convertir mis sueños en mis pesadillas. Para ello, tengo que controlar los tiempos, los relacionados con mi madurez y la forma en que el mundo crece conmigo. Es importante llegar a la meta, pero de nada sirve hacerlo con la mirada vacía y el paso rápido. Este no es tu sueño, este es el ego que te pide que lo ganes todo, no que lo hagas como deseas.

No pasa un solo día en la vida de una persona que realmente quiere algo en el que no haya dudas sobre cómo lograrlo: incertidumbre, decepción, tristeza. El vacío, sin embargo, aparece solo cuando se abandona la lucha sin dejar de ser fuerte..


La sociedad no quiere personas con sueños distintos a los que intenta imponer y en ocasiones apela a la edad como método disuasorio para hacernos abandonar el camino. En realidad, la edad más pobre es la que carece de autoconocimiento. A los 16 puedes sentir un vacío existencial ya los 63 puedes vivir una vida en la que ese vacío no existe.

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