Manejar el estrés con espiritualidad

Manejar el estrés con espiritualidad

Hay varias formas de manejar el estrés a través de la espiritualidad: la oración, la meditación, el arte. 

Manejar el estrés con espiritualidad

Última actualización: 28 agosto 2020

Negli ultimi anni, varias investigaciones han demostrado que la espiritualidad ayuda a controlar el estrés. Aunque muchas personas asocian el concepto de espiritualidad con la religión, en realidad se puede vivir independientemente de las creencias religiosas sin que ello suponga ningún tipo de contradicción.


En este sentido, la religión se entiende como un conjunto codificado de creencias y prácticas compartidas por un grupo de individuos en relación con un poder superior. La espiritualidad, por otro lado, se refiere a la relación de un individuo con el espíritu, que puede ser superior (como la divinidad) o simplemente una representación de la conexión del ser humano con una realidad metafísica mayor. Es por eso que puede ayudar a controlar el estrés.


Por eso la gente puede ser religiosa sin ser espiritual y viceversa. También hay personas que viven su espiritualidad fuera de la religión que profesan.

Según algunos estudios, la espiritualidad ayuda a proteger contra la depresión ya que engrosa la corteza cerebral. En concreto, un estudio realizado en 2014 por investigadores de la Universidad de Columbia mostró un agrandamiento de la corteza cerebral asociado con la meditación u otras prácticas espirituales o religiosas. Esta podría ser la razón por la que actividades de este tipo protegen al organismo de la depresión, especialmente en personas predispuestas a esta enfermedad.

La espiritualidad ayuda a controlar el estrés

La espiritualidad se puede expresar de diferentes maneras, como orar, participar en celebraciones religiosas, interactuar con quienes comparten las mismas creencias, meditar, crear/contemplar arte, escuchar música, observar la naturaleza, Etc.


Por ejemplo, las personas religiosas suelen encontrar en la oración una forma de conectarse con su dios. Les ayuda a sentirse más tranquilos, más seguros, lo que puede reducir en gran medida el estrés. La meditación parece tener beneficios similares a la oración, ayuda a bajar la presión arterial y a aumentar el sistema inmunológico, entre los múltiples beneficios para combatir el estrés.


La oración y la meditación traen paz interior y una sensación de calma.

Ser agradecido y expresar tu gratitud son otras formas de experimentar la espiritualidad que nos ayudan a manejar el estrés. La gratitud reduce los niveles de estrés. La contemplación del arte o de la naturaleza y la propia expresión artística pueden ser útiles en este sentido si se practican con la perspectiva de la espiritualidad, de la gratitud.

Espiritualidad y paz interior

La espiritualidad ayuda a manejar el estrés de varias maneras. Genera una sensación de tranquilidad y paz interior que favorece la recuperación de la comunicación con nosotros mismos y con nuestro estado mental y físico.

Pasamos muchas horas en el trabajo, pasamos de una actividad a otra o incluso hacemos muchas cosas al mismo tiempo. Dedicamos nuestro tiempo a los demás en un intento de distraernos ya que una gran cantidad de pensamientos invaden nuestra mente sin control.

Practicar la espiritualidad te ayuda a encontrar un respiro en la vida cotidiana. El tiempo que dedicamos a la meditación, a la oración o a apreciar lo que sucede dentro y fuera de nosotros nos hace asumir una actitud inteligente ante la realidad. Es como contratar a un asistente personal que tiene la ventaja de tener información muy importante sobre nosotros.


La espiritualidad también interviene en la gestión de la incertidumbre y la inseguridad, que muchas veces resulta ser fuente de frustración porque controlarlo todo es una meta imposible. Si nos deshacemos de esto como una necesidad, nuestros niveles de ansiedad disminuirán.


Por otro lado, la espiritualidad nos invita a vivir todo, positivo o negativo, de manera significativa, es decir, aprendiendo la lección en lugar de hacernos las víctimas o enfrentar las situaciones de manera superficial.


La espiritualidad también mejora el sentimiento de conexión con el mundo. Sentirse parte de algo más grande nos hace sentir menos aislados y menos solos. Por lo tanto, la mayoría de los factores estresantes son más insignificantes y más fáciles de manejar si sabemos que pertenecemos a algo más grande..

El sentido de pertenencia y significado que proviene de las prácticas espirituales nos permite mirar más allá, tener un propósito, lo que aumenta nuestro sentido de responsabilidad hacia la comunidad y hacia el universo en general.


En definitiva, la espiritualidad ayuda a gestionar el estrés gracias a la diferente perspectiva en la que se basa. La práctica espiritual puede impulsarnos a convertir obstáculos aparentemente insuperables en desafíos aceptables.. También aclara cuáles son nuestros valores y principios, invitándonos a centrarnos en las cosas que realmente importan.

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