El final de una relación importante siempre causa dolor, especialmente si el vínculo fue tóxico. En estos casos, el sufrimiento puede sobrepasar los límites por diversas razones. Averigüemos cuáles.
Última actualización: 28 septiembre, 2022
El final de una relación, ya sea por una separación o por la desaparición de una pareja, es una experiencia increíblemente dolorosa. Manejar el dolor en relaciones tóxicas es más difícil debido a las características de este tipo de restricción.
Cuando hablamos de dolor en relaciones tóxicas, tendemos a pensar inmediatamente en relaciones de pareja; en realidad, cualquier interacción humana puede asumir una dinámica perjudicial para el individuo. Vamos a averiguar porque es tan difícil superar el final de una amistad o la muerte de un familiar cuya relación no era sana.
¿Por qué es difícil manejar el dolor en las relaciones tóxicas?
Puede parecer ilógico que sea más difícil dejar ir a las personas que nos han hecho daño en lugar de aquellos que sólo nos han dado amor.
Quienes enfrentan el final de una relación tóxica pueden enfrentar la incomprensión o el juicio de las personas que los rodean. Para tratar de comprender mejor esta situación, debemos tener en cuenta algunos factores importantes.
personalidad
Por lo general, las personas en relaciones tóxicas tienen problemas sin resolver en su esfera emocional. Es común que estos individuos tengan un fuerte miedo al rechazo y al abandono., que son inseguros, indecisos y propensos a la dependencia emocional.
Incluso en términos poco saludables, la relación llena o mitiga esas heridas internas. La persona adicta centra toda su energía en la pareja. Al final de la relación, se ve obligada a enfrentarse a su mundo interior, devolviendo toda la atención a sí misma.
Los miedos y las heridas que nos acompañan afloran con mayor intensidad al final de una relación tóxica, haciendo muchas veces insoportable la ruptura. Recordamos que somos el único apoyo real con el que podemos contar: si ignoramos las heridas no resueltas, no podemos ayudarnos a nosotros mismos.
Autoestima
Uno de los aspectos más cruciales en el desarrollo de una relación tóxica es la autoestima. Un vínculo que causa tanto sufrimiento que socava la confianza en uno mismo.
El valor que un individuo se da a sí mismo disminuye cuanto más dura la relación tóxica. Uno se vuelve débil, inadecuado e incapaz de avanzar sin la otra persona.
El amor propio es clave para detectar el abuso y ponerle fin. Es lo que hace falta para recordarnos que valemos y que nos bastamos a nosotros mismos. Es la fuerza que nos empuja a no tolerar ningún tipo de abuso, incluso cuando la consecuencia es estar solos.
Las relaciones tóxicas aniquilan el amor propio. La persona se menosprecia, llega a pensar que no merece más de lo que recibe. La confianza en uno mismo está tan reducida que uno es incapaz de afrontar la ruptura. Esa base sólida que necesitamos para decir “basta” se derrumba ante los continuos abusos recibidos.
paz interior para Manejo del dolor en relaciones tóxicas.
En una relación sana, apenas hay asuntos pendientes. Cada uno contribuye, dando cariño, seguridad y comprensión al otro. Y así, cuando los caminos se separan, es más fácil cerrar el ciclo poniendo por delante de todo los buenos recuerdos y sentimientos vividos.
Por el contrario, manejar el dolor en relaciones tóxicas significa lidiar con la ira, el remordimiento, la ira o la decepción. Son relaciones basadas en la idea de que todo el esfuerzo realizado y el sufrimiento soportado deben ser recompensados.
Tarde o temprano se espera que el otro intercambie y redistribuya la energía invertida. Con el final de la relación, la esperanza de que esto suceda también se acaba, dejando espacio para la ira.
Por otra parte, pueden aparecer pensamientos disfuncionales que nos hacen creer que no hemos sido suficientes para esa persona. ¿Por qué no hemos sido capaces de hacernos amar? ¿Por qué no hemos hecho más para que la relación funcione? Tales ideas conducen a pensamientos negativos y no permiten superar el duelo.
El dolor experimentado a lo largo de la relación tiene características similares a la misma. Los lazos sanos y respetuosos provocan un dolor igualmente tranquilo y consciente. Aún así, manejar el dolor en relaciones tóxicas no es imposible.
El procesamiento de un dolor lleno de ira y desesperación, tan similar a los sentimientos experimentados cuando la relación estaba viva, requiere un trabajo más intenso y profundo encaminado a restablecer las bases del amor propio y confianza en sí mismo. Estos pilares son necesarios para sanar y no repetir los mismos errores.