Última actualización: 21 agosto 2015
A veces tenemos expectativas muy altas de algunas personas. Es inevitable, un hábito que todos tenemos, algunos más y otros menos: pensar que la pareja debe apoyarnos en todo lo que hacemos sin estar en desacuerdo, esperar que nuestra familia solucione todos nuestros problemas o que nuestros amigos estén siempre ahí. lo necesitamos ...
Tener expectativas demasiado altas de quienes nos rodean, sin embargo, puede convertirse en una actitud egoísta y puede hacer que se sientan obligados a cumplir todos nuestros deseos. De esta manera limitamos su libertad, cuando en realidad la única persona de quien deberíamos esperar esto somos nosotros mismos..
Pasamos la mayor parte de nuestras vidas “esperando algo”: esperando que suceda lo que queremos, esperando que las personas se comporten de una manera que sea consistente con nuestra opinión sobre ellas. Sin embargo, no somos del todo conscientes de que “esperar” a veces es sinónimo de “desear”, lo que implica una pequeña manipulación por nuestra parte.
Las personas que forman parte de nuestra vida, en efecto, deben actuar siempre con plena libertad y según su voluntad. Si hacen algo por nosotros, es porque lo quieren hacer desde el fondo de su corazón, y es bueno estar agradecidos con ellos; pero, si no lo hacen, eso no debe preocuparnos ni obsesionarnos.
Es sólo de nosotros mismos que debemos esperar todo: nosotros mismos tenemos que ser capaces de resolver nuestros problemas sin que nadie más tenga que hacerlo por nosotros, nosotros que tenemos que enfrentarnos a nuestros miedos, en lugar de proyectarlos en los demás...
Vamos a hablar de.
El peligroso poder de las expectativas
“No esperes nada de nadie más que de ti mismo“. Tal vez esta afirmación te haya parecido demasiado fuerte. Sin embargo, estamos seguros de que te habrá recordado alguna situación en la que describe perfectamente lo que sucedió. Todos creamos expectativas para nosotros mismos todos los días, que esconden un cierto grado de dentro de ellos. esperanza.
Puedes crear expectativas muy concretas para tu pareja: que se quede contigo para siempre, que no renuncie a nada, pero que siempre te tenga como prioridad en la vida. Pero luego sucederá que llega el verano y le comunicas, por ejemplo, que le gustaría viajar con sus amigos. Una parte de ti no podrá evitar sentirse sumamente decepcionado, pues una pequeña parte de tus expectativas se habrán roto y no sabrás cómo enfrentar la situación.
¿Significa esto que tu pareja no te quiere? Ciertamente no. El punto es, simplemente, que tú mismo habías construido una mentalidad demasiado idealista. En este caso, la expectativa implica el gran riesgo de estar convencido de que algo sucederá y, cuando no sucede, tus certezas comienzan a derrumbarse.
Todos tenemos una tendencia casi natural a anticiparnos a los acontecimientos ya hacer suposiciones sobre los demás a través de "Espero que" o "Deseo que". Cuando algo sale mal, aparece la desilusión. ¿Y sabes de qué se alimenta la decepción la mayor parte del tiempo? Expectativas y esperanzas a las que habíamos atribuido un grado de "certeza" demasiado alto.
Nunca des nada por sentado, así la decepción será menor. Además, si evitas tener expectativas demasiado altas, también darás más libertad a los demás. Espera todo solo de ti mismo, porque eres el arquitecto de tu vida.
Huye de las certezas, acepta lo inesperado
Sabemos que es agotador, sabemos que no es fácil aceptar que la vida es inconstante y que los que hoy te aman quizás ya no te necesiten mañana, que los que hoy te apoyan quizás dentro de una hora no piensen lo mismo. ¿Cómo lidiar con todas estas incertidumbres diarias?
Al mantener el equilibrio y seguir siendo la columna vertebral de su vida, ¿por qué eres la persona con la que siempre debes poder contar en primera instancia. Eres tú quien debe resolver tus miedos y llenar tus vacíos. No delegues esta tarea en nadie, no hagas a nadie esclavo de tus expectativas, obligado a resolver tus problemas por miedo a decepcionarte.
Deja que te ame libremente y sin ser sumiso, deja que haga algo por ti solo si quiere; y si no lo hacen, no los castiguen y no los desanimen, que hagan lo que quieran. Y actúas como te plazca, aprendes a moverte por el mundo con seguridad y madurez, construyendo tu propia felicidad respetando a los demás. Espera todo de ti mismo y vive en armonía con los demás.
Imagen cortesía de Viccolatte