Última actualización: 12 de enero de 2018
No estamos hablando de escapadas románticas de fin de semana que ayudan a desconectar, ni de relaciones que duran 48 horas y luego se desvanecen. Hablemos de las parejas de fin de semana, esas parejas que solo se ven los sábados y domingos. ¿Vivir en una luna de miel perenne realmente funciona?
Estas personas suelen estar en la cima de su carrera profesional. Tienen entre 25 y 35 años y viajan con frecuencia. Al no tener mucho tiempo para dedicar a su pareja entre semana, deciden verse solo los fines de semana.
La recompensa de un sacrificio diario
Muchas relaciones se rompen bajo el peso de la distancia. Al no renovar continuamente la pasión y el cariño, los kilómetros acaban por resquebrajarlos. Pero esta situación no parece ser un problema para aquellas parejas que mantienen viva la llama de su amor al menos durante el fin de semana. Saben que esos dos días son solo para ellos y les sirven como recompensa de duros días de trabajo.
Se echan mucho de menos durante la semana, por eso los sábados y domingos tienen unas ganas tremendas de verse. Esto permite que continúe su fase de enamoramiento. Verse con menos asiduidad, por tanto, hace que cada vez que se vean sea como la primera vez. Una especie de amor continuo a primera vista que enfatiza los aspectos positivos de la relación..
Otra ventaja es que, al tener tan poco tiempo para compartir con su pareja, ambos dan lo mejor de sí los fines de semana. Por ello, evitan perder el tiempo en discusiones absurdas, bloqueando conflictos para aprovechar al máximo el tiempo disponible. Esto a su vez le permite concentrarse en lo que su pareja ha contribuido y en sus cualidades.
Parejas de fin de semana: los profesionales también abundan
Hemos enfatizado que la distancia física es uno de los grandes desafíos de cualquier compromiso o matrimonio. Las parejas de fin de semana también pueden ser víctimas de ello. La inseguridad que se crea sin el contacto diario puede generar dudas y celos hacia la pareja. Esto, alimentado todos los días, puede ser causa de ruptura e incluso de infidelidad.
Por otro lado, revivir este amor cada fin de semana no significa que la relación proceda, esta forma de verse, al contrario, puede encallarla. Es como si la situación nos conviniera a los dos y nadie quisiera dar un paso adelante.
Es un sentimiento de impotencia y conformismo a partes iguales. Puede generar la sensación de vivir en una espiral de frustración, impaciencia e incluso aburrimiento.
Cuanto más duradero, más fuerte
Si bien la cantidad puede no ser sinónimo de calidad, en este caso parece serlo. Con el tiempo, los lazos y los cimientos de la relación se fortalecerán. Como resultado, hay menos posibilidades de que una relación termine por la distancia.
Por ejemplo, imagina una relación de dos años en la que uno de los dos miembros tiene que irse a trabajar temporalmente a otro país. La distancia puede incluso fortalecer el vínculo entre los dos socios.. Lo pone a prueba y si todo va bien, se convierte en un pilar más del mismo.
Por el contrario, si la relación ha durado solo unos meses, hay una alta probabilidad de que no sea lo suficientemente fuerte como para continuar.
¿Saben que son compatibles?
Las parejas de fin de semana conviven unas horas. Los sábados y domingos comparten cama, comida y tiempo, pero ¿es comparable al día a día de una pareja que vive en el mismo hogar y se enfrenta a responsabilidades compartidas?
Estos encuentros esporádicos no permiten saber cómo la otra persona hace las tareas del hogar, ni cómo reacciona cuando se enfada, qué obsesiones tiene, qué le gusta hacer cuando llega a casa o cómo cocina. Es una relación un poco superficial. que tal vez revela sólo algunos detalles.
Secretos del éxito en pareja
En cualquier caso, las parejas de fin de semana son una realidad. Nadie puede determinar la duración de una relación basándose en cómo se conocieron los dos socios o en los parámetros de la relación. Sólo la pareja sabe lo que sucede en su vida.
Sin embargo, hay algunas características que surgen en todas las parejas exitosas. Entre ellos, por ejemplo, eladmiración, respeto mutuo y ausencia de codependencia. Además, las expectativas de ambos deben ser realistas y basadas en una elección: amar a la otra persona.
Sin duda, la base debe ser la comunicación y la confianza. Necesitas poder hablar de todo y expresar tu punto de vista, sin temor a ser juzgado o rechazado. Las parejas comparten momentos hermosos y felices, pero cuando llegan los más difíciles, necesitan poder decirse cómo son las cosas y qué piensan.
Todas estas características pueden estar perfectamente presentes en las parejas de fin de semana. Solo necesitas hablar claro sobre lo que estás dispuesto a dar, cómo vives la relación, cómo te afecta la distancia y si la situación los hace felices.
Si ambos están de acuerdo, ¡entonces puede ser una relación muy saludable y duradera!