Última actualización: 14 de abril de 2020
Los rasgos que distinguen a las personas emocionalmente fuertes no tienen nada que ver con la dureza de carácter o la inflexibilidad o la tendencia a imponerse a los demás. Por el contrario, la fuerza emocional no se expresa a través de gestos de fuerza, sino principalmente a través de la resistencia y el autocontrol.
Las características comunes a las personas emocionalmente fuertes se asocian, por tanto, al concepto de moderación y equilibrio. Venimos al mundo sin uno y sin el otro, pero potencialmente podemos desarrollar ambos. Depende de cada uno de nosotros alimentarlos.
Por lo tanto, el dominio propio es la palabra clave. Esto no tiene que ver con la represión de los sentimientos, sino con la capacidad de filtrar lo que sentimos., para que no “explote” y nos lleve a actuar de manera que nos perjudique a nosotros mismos y a los demás. Los rasgos de personalidad emocionalmente fuertes nos hablan de autocontrol. Aquí hay 7.
Características de las personas emocionalmente fuertes
1. No intentan llamar la atención
Una de las características de las personas emocionalmente fuertes es que se valoran a sí mismas. Esto significa que no dependen de la opinión de los demás para pensar o sentir que lo que dicen tiene valor y sentido. Se dejan guiar por ellos mismos.
Al contrario, una de las características de la fragilidad emocional es la excesiva dependencia de las opiniones de los demás. Esto significa que no se valoran lo suficiente y que le dan a otros el control de sus vidas.
2. Resiliencia
Esta característica está fuertemente relacionada con la anterior. Uno de los rasgos típicos de la fuerza emocional es la capacidad de sobrellevar el rechazo y manejarlo sin que duela, deje cicatrices o afecte las propias acciones.
Claramente, a cualquiera de nosotros nos duele ser rechazado. Sin embargo, cuando el rechazo desencadena un miedo excesivo, acabamos diciendo “sí” cuando queremos decir “no” por miedo a que los demás nos excluyan o nos cuestionen. Estamos dotados de fortaleza emocional cuando nos enfrentamos a este miedo y aprendemos a manejarlo de la manera correcta.
3. Hacen lo que quieren
Hacer lo que uno quiere no significa actuar de manera arbitraria y caprichosa, como lo hace un niño. La "voluntad" típica de la infancia es diferente a la de un adulto. En el primer caso es fruto de un impulso, en el segundo es fruto de un conocimiento profundo de uno mismo y del autocontrol.
Una persona emocionalmente fuerte es capaz de decidir lo que quiere tras un proceso de reflexión. También tiene suficiente fuerza de voluntad para perseguir lo que quiere y no dejarlo ir.
4. No intentan hacer daño a los demás.
El deseo de hacer daño a los demás surge solo cuando hay algo indefinido o sin resolver dentro de nosotros.. En todas las circunstancias, los seres humanos se necesitan unos a otros; esto se debe a que somos seres interdependientes.
Una persona sana emocionalmente lo sabe y por eso ve a los demás como sus iguales. Ella los respeta y les da cierto valor, así como ella pretende ser respetada y valorada a su vez. Sabe que la cooperación y la comprensión son los caminos para lograr una vida plena de satisfacciones.
5. Eligen sus amistades
Uno de los rasgos de las personas emocionalmente fuertes es que son selectivas con las personas que dejan entrar en su vida. Saben que no pueden abrir completamente las puertas de su corazón a nadie.
También entienden que parte de su bienestar depende de la calidad de las relaciones que tienen con los demás. Por esta razón rechazan las ataduras asfixiantes, las conflictivas o las que llevan puestas. Por el contrario, buscan relaciones saludables.
6. No le temen al cambio
No tener miedo al cambio es un signo inequívoco de fortaleza emocional. Si somos, o nos sentimos, frágiles, lo normal es intentar seguir religiosamente nuestra rutina para sentirnos seguros. De esta manera, nos sentimos protegidos, aunque nos prive de una vida plena.
Cuando nos percibimos como personas emocionalmente fuertes, surge en nosotros el deseo de explorar, de cambiar. Por eso buscamos nuevas experiencias. Todo lo nuevo suele producir una especie de miedo, pero en algunos momentos de nuestra vida también es la única forma de seguir adelante.
7. No se dejan influenciar
Una persona emocionalmente fuerte cuestiona la información que recibe. Antes de aceptarlas como verdaderas, las analiza y evalúa. No está atento a las tendencias de la moda, ni a las físicas o mentales del momento.
Obviamente, esto requiere suficiente confianza en sí mismo. Pero lo más importante, requiere que cada uno de nosotros sepa qué es lo mejor para nosotros. Por eso, todo lo que es elegido y seguido por la mayoría se convierte en objeto de examen.
Los enumerados son solo algunos rasgos que son típicos de las personas emocionalmente fuertes. Hemos elegido una lista para simplificar una realidad realmente compleja. Lo importante no es entender si entras en la categoría, sino tomar esta información como punto de referencia para la autocrítica constructiva.
Imágenes cortesía de Hulay Ozdemir