Última actualización: 16 de junio de 2015
¿Alguna vez has sentido o pensado algo que parecía difícil de expresar? Probablemente le ha pasado a todo el mundo. No es fácil expresar ciertos sentimientos como la ira, la tristeza, el amor,... Si podemos entender las razones por las que luchamos por sacar lo que llevamos dentro, nos será más fácil encontrar una solución.
Normalmente, no expresar lo que sientes genera frustración y, si nos seguimos callando, puede convertirse en estrés.. A continuación encontrarás las 6 razones más frecuentes por las que nos cuesta tanto decir lo que oímos.
1. Perfeccionismo
Mucha gente piensa que los sentimientos negativos no deberían existir, cuando en realidad todos los seres humanos hemos experimentado miedo, ira, ansiedad, tristeza, etc. al menos una vez. Alguien lo reconoce y exterioriza lo que escucha, otros lo ocultan porque creen que estar enfermo es sinónimo de debilidad. En este sentido, el perfeccionismo es un pensamiento irracional, porque no hay ser humano que sea perfecto y que nunca haya sufrido.. Reconocer esto muestra un gran coraje. Ocultar y guardar lo que sientes puede ser perjudicial para tu salud a largo plazo. Si te es imposible expresarte en un ambiente en el que te sientas seguro, sería bueno que al menos anotes las emociones que sientes para sacar la negatividad que llevas dentro.
2. El miedo a ser rechazado
Muchas veces, detrás de la incapacidad de mostrar nuestros sentimientos, está el miedo a ser rechazados. Especialmente cuando se trata de amor, estamos convencidos que si nos declaramos y no nos pagan seremos humillados, en cambio que no nos paguen no es tan malo, no tiene nada que ver con el valor de una persona.
Muchas veces, entonces, dejamos de comunicar nuestros desacuerdos por miedo a ser rechazados, cuando en realidad es mucho mejor que alguien nos rechace por mostrar nuestras verdaderas opiniones que callarnos para complacer a esa persona. De esta manera, de hecho, no entenderíamos si somos aceptados por lo que somos.
3. El miedo a desencadenar una discusión
El miedo a desencadenar una discusión a menudo nos empuja a no expresar nuestras opiniones personales para no hacer sufrir o enfadar a los demás. Este miedo es propio de las personas que no se creen capaces de afrontar una discusión acalorada, temen no estar a la altura de la situación en la que el interlocutor perderá el control de sus emociones.
Este miedo hace que huyamos de los problemas en lugar de afrontarlos con conciencia de nuestras opiniones, lo que podría dañar mucho nuestra autoestima, ya que callar para no enfadar o no herir indica que estamos dando más peso a los demás que a los demás. Nosotros mismos.
4. El poder de la adivinación
Consiste en permanecer en silencio. No decimos lo que pensamos porque estamos convencidos de que las personas que nos rodean necesariamente deben saber lo que nos pasa. Sin expresar lo que sentimos, queremos que los demás adivinen y nos ayuden sin preguntarles. Muy a menudo esto sucede en la familia o en una amistad íntima: creemos que, dado que nos quieren, las personas que nos rodean deben saber en todo momento lo que nos sucede y deben ayudarnos justo cuando lo necesitamos.
Este es un razonamiento totalmente erróneo porque, aunque nos conocen muy bien, es difícil saber lo que sentimos y lo que necesitamos en un momento dado.
5. Renunciar
A veces pensamos tan negativamente que creemos que aunque expresemos nuestros sentimientos no habrá nada que hacer; es decir, las personas no expresan lo que sienten porque creen que es imposible encontrar una solución.
Esta falta de esperanza puede llevar a un inmenso malestar y tristeza, porque sin una mirada positiva y optimista se entra en una fase de estancamiento. La persona se deja llevar por la corriente sin poner en ello ningún compromiso personal, porque cree que no hay nada que hacer por mucho que se queje o exprese sus sentimientos.
6. Una autoestima débil
La baja autoestima provoca la incapacidad de expresar los sentimientos porque crees que no tienes derecho a pedir nada.. También tendemos a creer que nuestra opinión no interesa a los demás y, por lo tanto, elegimos guardarnos las cosas para nosotros.
Si una persona no se da cuenta de lo que vale, le resultará inútil expresarse frente al mundo. En su lugar, debemos recordar que cada ser humano en este planeta puede hacer algo digno de mención o que sea importante para otra persona. Siempre puedes sobresalir en algún aspecto, así que date el valor que te mereces, ya que tienes exactamente los mismos derechos que cualquier otra persona.
Imagen cortesía de Metin Demiralay