Última actualización: 16 de junio de 2015
Somos fascinantes conglomerados de actitudes, creencias, deseos y aspiraciones. Comprender por qué nos enamoramos de un hombre o una mujer en particular y no de otros es un desafío que ha atraído la atención de los psicólogos durante mucho tiempo. Las emociones arraigan en nuestro cerebro de una forma difícil de comprender; ellos, por naturaleza, penetran en nosotros, nuestra personalidad y nuestros deseos de forma espontánea y casi mágica.
La atracción muchas veces se basa en algunas necesidades de las que no somos conscientes, ciertas aspiraciones y deseos que probablemente aparecen en cierto tipo de personas y no en otras.
Profundicemos...
El cerebro enamorado
Cuando investigamos los procesos que tienen lugar en nuestro cerebro cuando estamos enamorados, perdemos un poco de encanto y magia y avanzamos hacia un mundo más frío donde estamos determinados por la química, por esa maravillosa mezcla de neurotransmisores capaces de hacernos experimentar la sensación conocida de tocar el cielo con un dedo. Las endorfinas, las encefalinas y la feniletilamina son las responsables de nuestra euforia y felicidad; son los que nos dan una inyección de emociones positivas. Pero, ¿qué es lo que activa este proceso y hace que nuestro cerebro se interese por un determinado tipo de persona y no por otro?
Teoría 1: símil familiar
A veces, nos atraen las personas que nos hacen sentir bien porque nos recuerdan de alguna manera a nuestros padres. Un hecho de este tipo nos aporta seguridad y confianza. Sentimos atracción porque los temas nos son familiares y estar con ellos nos da una sensación de agradable afinidad.
Teoría 2: correspondencia
Otra teoría es la de la "correspondencia": según los científicos, cuando nos enamoramos, el hecho de compartir experiencias similares, haber pasado por las mismas cosas, tener gustos y valores similares. Es una buena manera de elegir un compañero para toda la vida: todos estos aspectos hacen la vida más fácil y emocionante. Es otro tipo de afinidad y es muy enriquecedor.
Teoría 3: admiración
Sucede que para alguien la admiración se convierte en amor. Nos pasa con esa persona que nos sirve de modelo, en la que vemos virtudes, aspiraciones o dimensiones que siempre hemos querido para nosotros y que de alguna manera nunca hemos alcanzado. En estos casos, la atracción suele recaer en personas muy diferentes a nosotros: nos atraen las personas seguras de sí mismas, extrovertidas y emprendedoras, mientras que nosotros somos un poco más inseguros y tímidos. Los opuestos se atraen porque, en última instancia, se complementan y satisfacen las necesidades del otro.
Teoría 4: una cuestión de química, una cuestión de glándulas
Numerosos estudios confirman la importancia de llamadas "feromonas". Son sustancias secretadas por algunas glándulas presentes en los labios, axilas, cuello, ingles. Son imperceptibles, las personas no las sienten debido a un órgano llamado "vomeronasal", independiente del sentido del olfato. Es un olor que crea sensaciones, algo único en cada persona y que, de alguna manera, nos define.
Estas son las teorías más famosas formuladas sobre el enamoramiento; explican por qué nos sentimos atraídos por un tipo de persona y no por otro. Si son ciertos o no, el tiempo lo dirá y nosotros mismos lo veremos: cuando la fase cegadora del enamoramiento pierda su intensidad, sus nubes y sus chispas, entonces podemos ver la realidad.
