La pornografía en línea es una forma de erotización de la violencia. Los adolescentes legitiman así la agresividad de las relaciones que entablan, porque eso es lo que ven todos los días en sus teléfonos inteligentes.
Escrito y verificado por el psicólogo. GetPersonalGrowth.
Última actualización: 15 2022 noviembre
¿La pornografía en línea y la violencia sexual están relacionadas de alguna manera? Esta es una pregunta que muchos se hacen, pero la respuesta es desconocida. Sí, existe un vínculo directo entre estos dos mundos, y esta correlación se refleja particularmente en la población adolescente.
Hay un aspecto profundamente interesante, y es que pocas áreas tienen tan mala reputación como la pornografía. Si estamos en compañía de nuestros amigos, pocos de ellos comentarán positivamente esta realidad.
Sin embargo, en la vida privada y en lo más profundo de la propia casa, hay cientos de millones de consumidores de este producto audiovisual.
No requiere una inversión de dinero, es de fácil acceso y nadie puede testificar que hemos navegado por plataformas dedicadas a la pornografía.
Esta accesibilidad y proximidad a este material aparentemente inocuo está dejando en realidad una profunda huella en nuestra sociedad. Ser voyeur porno tiene sus consecuencias, pero hoy todavía no se habla lo suficiente de ello.
¿Cómo explica la correlación entre la pornografía en línea y la violencia sexual?
Como si el fácil acceso a la pornografía en línea no fuera suficiente, recientemente se introdujo la realidad virtual. De repente tenemos la oportunidad de pasar de meros observadores a los verdaderos protagonistas.
Si hay, por tanto, un aspecto relacionado con este fenómeno que estamos presenciando es que en lugar de estar regulado y en lugar de enfrentarse a una limitación al consumo, éste se está volviendo cada vez más refinado.
Todo esto sirve para crear verdaderos adictos y despertar una creciente curiosidad en los adolescentes. A pesar de lo anterior, es posible que algunas personas no noten ninguna relación entre la pornografía en línea y la agresión sexual.
Algunos podrían decir que lo que vemos es una cosa, lo que hacemos en la vida cotidiana es otra. Sin embargo, la realidad está ante nuestros ojos: varios estudios científicos nos hablan de los efectos no deseados de la pornografía en línea.
Países como el Reino Unido han hecho hincapié en la necesidad de hacer campaña contra la pornografía, así como contra el tabaco y las drogas. Averigüemos por qué.
El noviazgo entre adolescentes y las relaciones violentas
En 2022, un estudio realizado por las universidades de Denver, Northeastern y Brown se centró en la relación entre la pornografía en línea y la violencia sexual. Durante el estudio, surgió una constante: los adolescentes imitan las prácticas violentas que presencian a través del acceso a plataformas pornográficas.
- Todo ello coincide también con lo denunciado por Save de Children, según el cual el 54,9% de los adolescentes dice querer poner en práctica lo visto en estas páginas.
- La discriminación de las niñas es común en el noviazgo adolescente. De lo contrario, es posible observar con qué frecuencia en jóvenes entre 15 y 16 años ya están surgiendo conductas machistas que llevan a cabo los chicos y que las chicas aceptan como normales.
- Además, hay otro aspecto que emerge con fuerza, y es que los preservativos rara vez se utilizan en este material. Tal cosa a menudo fomenta el sexo sin protección, lo que resulta en embarazos no deseados y/o enfermedades de transmisión sexual.
Por otro lado hay un aspecto no menos peligroso: la facilidad de acceso a material pornográfico online (de forma voluntaria e incluso no intencionada) permite a los niños entrar en contacto con estos contenidos cada vez más precozmente (Schick, Calabrese, Ruma y Zucker, 2010).
La corriente principal de la pornografía y la irrealidad en las relaciones.
El término corriente principal indica la corriente de pensamiento o la tendencia predominante. El acceso más fácil a Internet y la revolución tecnológica están provocando que los adolescentes, así como los adultos, difuminen por completo las líneas entre lo real y lo virtual. Esto significa que percibimos, sentimos y concebimos el sexo de forma distorsionada.
Muchas personas asumen que lo que ven en los sitios pornográficos es la regla, que es lo que se espera de ellos en el ámbito sexual y relacional. ¿Qué consecuencias puede traer todo esto? De hecho, muchas implicaciones entran en juego:
- El vínculo entre la pornografía en línea y la violencia sexual a menudo se muestra en las creencias y deseos expresados por muchas personas. En la pornografía convive el deseo, dominación y violencia, que resultan en la exclusión de las relaciones de aspectos como la empatía.
- Luego hay otro aspecto preocupante y es el papel que le atribuye el porno a la mujer: una posición de total subordinación al hombre. Lo que importa es satisfacer el deseo masculino, para así transformarse en puros instrumentos de placer.
- Por otra parte, también hay que decir que la pornografía se parece al cine: no todo es real. En estos contenidos abundan los cuerpos perfectos, que alimentan estereotipos realmente peligrosos. La pasividad de las mujeres, las posturas incómodas y acrobáticas, pero, sobre todo, la ausencia de emociones, afecto y sentimiento durante las relaciones sexuales hacen que el porno sea altamente peligroso.
La correlación entre la pornografía en línea y la violencia sexual depende de una educación cada vez más distorsionada
La educación sexual impartida en la escuela no siempre es la más adecuada ni la más completa. Como sabemos, entonces, los adolescentes tienen su propia forma de conocer el mundo del sexo a través de los teléfonos móviles.
El acceso temprano, a los 9, 10 o 0 años favorece el nacimiento de expectativas o la normalización de algunas escenas que no coincidenll 'verdadera intimidad, porque pueden resultar desagradables o incómodas para la otra persona.
Todo lo que sucede en el mundo de la pornografía es fruto de un guión escrito, mientras que en las relaciones sexuales reales, fuera de los focos, no es así.
En definitiva, estamos dejando la educación de nuestros hijos en manos del mundo de la tecnología y esto sucede porque no existen filtros, ni una legislación clara, que limite el acceso a estos contenidos.
El aspecto más preocupante es que internet avanza mucho más rápido que los mecanismos que lo regulan. Muchas veces llegamos tarde, y en este tema salimos de una sociedad derrotada.