La asertividad puede ayudarnos a gestionar con éxito las reuniones familiares. Debemos aprender a poner límites, a evitar discusiones que perturben la armonía ya disfrutar del calor familiar.
Escrito y verificado por el psicólogo. GetPersonalGrowth.
Última actualización: 15 2022 noviembre
Practicar la asertividad es, en ocasiones, la clave para sobrevivir a las reuniones familiares. ¿La razón? A menudo en Navidad, Semana Santa, comidas importantes u otros eventos, intervienen una serie de dinámicas que pueden hacernos perder la paciencia y el equilibrio interior. Una familia es, después de todo, una tribu compleja cuyos miembros tienen ideas diferentes y en la que no siempre reina la armonía.
Como dicen, todos tienen derecho a pensar fuera de la caja. Lo que importa es el respeto y la convivencia. Desafortunadamente, esto no siempre sucede, de hecho se complica durante las vacaciones, justo cuando nos olvidamos por un momento de los problemas laborales y nos preparamos para volver a ver a los familiares.
Hay quienes recorren largas (o cortas) distancias para llegar a esta cita que lleva tiempo marcada en el calendario. A veces, seamos realistas, la ansiedad nos asalta porque encontraremos a ese primo que le encanta desmantelar nuestras ideologías, pieza por pieza; porque veremos a nuestro padre por el que siempre nos hemos sentido juzgados oa la tía que nos preguntará cuándo casarnos, cuándo graduarnos, cuándo tener el primer hijo.
Se trata de pasar de nuestra zona de confort a un campo minado. No siempre es fácil. Puede que no sea un reencuentro idílico y mágico, pero la supervivencia es posible. Y no solo salir ilesos, sino también orgullosos de la forma en que lo manejamos. Aquí están las reglas principales.
Estrategias para practicar la asertividad en las reuniones familiares
Las estrategias para practicar la asertividad en las celebraciones familiares requieren entrenamiento. No es suficiente leerlos y entenderlos. Para ponerlos en práctica hay que añadir otros ingredientes básicos: coraje, ganas de cambiar y confianza en uno mismo.
Todo esto no se da por sentado. Cuando la persona que tenemos delante es un familiar, muchas veces es difícil comunicarse de forma asertiva. Nuestra parte emocional nos frena, tenemos miedo de ofender y muchas veces elegimos el camino del silencio o del desapego. Esta actitud no es la adecuada: todo lo que soltamos acaba pesando sobre nuestra autoestima y magullándola.
Estar presentes, conectados con nuestras emociones, siendo directos
El objetivo primordial de una reunión familiar es sentirse bien, compartir tiempo de calidad y divertirse en armonía. Es posible que algunas variables (personas) estén haciendo que te desvíes de tus buenas intenciones. Lo que puedes hacer es empezar con la siguiente idea: pase lo que pase, quiero estar bien y no quiero perder los estribos con nadie.
Esta actitud requiere una condición: estar presente. Por lo tanto, no vale la pena mirar continuamente tu smartphone o girar la cabeza mientras esperamos que el tiempo pase rápido. Estar centrados en el aquí y ahora nos ayuda a mantenernos en contacto con nuestras emociones. Para hacer frente a cualquier evento que potencialmente amenace nuestra tranquilidad, la mejor opción es ser directo. ¿Cómo?
- No tengas miedo de hablar por ti mismo y expresar tu voluntad. “No tengo ganas de hablar de esto. Estamos de fiesta y no es el momento”.
- Si siente que alguien quiere iniciar una discusión desagradable, deténgalo de manera asertiva de inmediato. “Este es un argumento que nos pone en desacuerdo. No estamos aquí para discutir, sino para pasar estas horas en buena compañía”.
- Si intuyes que se va a crear una situación crítica o problemática, trata de disolverla inmediatamente, por el bien de todos. ¿Recuerdas el propósito inicial? Estar cómodos juntos.
No tienes que responder preguntas.
Cuando practique la asertividad en reuniones familiares, recuerde una regla muy simple: no estás obligado a responder preguntas que te incomoden o que conciernen a tu esfera íntima. Ningún pariente, por cercano que sea, tiene esta autoridad.
Así que si no quieres hablar de un tema, no lo hagas. Esto se puede hacer con asertividad, respeto y calma.
Cómo practicar la asertividad con especialistas en mesas de discusión
Algunos parientes parecen haberse graduado en el arte de la discusión inútil, de las respuestas desagradables, de la contradicción por gusto. En este caso tenemos dos opciones: ignorarlos o bajar a la arena. Para ser asertivo también en este contexto, recuerde:
- A menudo, quien ama dar en contra, argumentar por sí mismo, parte de una posición de ataque para imponer su opinión y menospreciar al otro.. Desmontarlo así: “Entiendo tu punto de vista y lo respeto, pero seguir hablando de ello me parece una pérdida de tiempo. Yo tengo mis ideas y tú las tuyas, hablamos de cosas más agradables en lugar de discutir.
- Los especialistas en debates suelen preferir contradecir en lugar de proporcionar argumentos sólidos (y lógicos). En este caso, una buena estrategia puede ser hacerles muchas preguntas. Usando la calma, el buen humor y la determinación, tarde o temprano los veremos contradecirse.
Nuestro bienestar ante todo
Para sobrevivir con éxito a una reunión familiar, cuando el solo pensamiento nos causa malestar o ansiedad, necesitamos prepararnos mentalmente. Necesitamos convencernos de que será agradable y, para ello, ponernos límites. Mejor entonces trabajar en los siguientes puntos:
- Antes del evento, déjate claro qué situaciones no piensas tolerar.
- Visualice estos límites y determine que este será su territorio de seguridad. Saber qué cosas y circunstancias no piensas aceptar te dará una sensación de calma y consuelo.
En definitiva, si nos comprometemos a usar la asertividad en las reuniones familiares, la situación cambiará radicalmente. No solo saldremos ilesos de cualquier discusión o desacuerdo, sino que habremos ganado experiencia y podremos aplicar las mismas estrategias en cualquier otro contexto.