Problemas de relación y trastornos psicológicos.

Problemas de relación y trastornos psicológicos.

Ciertos trastornos psicológicos nos convierten en terreno fértil para ciertos problemas de pareja. Descubre cuáles son.

Problemas de relación y trastornos psicológicos.

Última actualización: 16 2022 noviembre

Parece una regla: cuando tenemos problemas serios sin resolver con nosotros mismos, generalmente tendemos a proyectarlos en los demás. En particular, es claro que hay algunas dificultades psicológicas que nos convierten en terreno fértil para ciertos problemas de pareja. Estos son inconvenientes subjetivos que impiden que la relación funcione sin problemas.



El obstáculo, o más bien la tentación, surge de que inconscientemente tratamos de llenar un vacío o de solucionar problemas muy personales volcando todo sobre nuestra pareja. Como la mayoría de las veces esta situación es imposible, no solo no lo logramos, sino que también podemos dañar la relación debido a estas expectativas neuróticas.

Lo más complicado es que esto sucede en el suelo del inconsciente. Por este motivo, nunca podemos identificar los trastornos psicológicos que derivan en problemas de pareja. Solo percibimos las consecuencias y solemos buscar las causas en otra parte. Veamos tres de estos trastornos con más detalle.

No dar lo mejor de nosotros a alguien es la pista de que no lo amamos.

-Paul Claudel-

Trastornos psicológicos que desencadenan problemas en las relaciones

1. Ausencia de emociones

La ausencia de emociones es sin duda una de las principales dificultades psicológicas que subyacen a los problemas de pareja. Se define como la falta de predisposición emocional para acomodarse a las necesidades de la pareja. En otras palabras, apatía e indiferencia hacia lo que le sucede.

La mayoría de las veces esto no sucede por accidente. Simplemente, la persona puede haber recibido una educación en la que él era el centro de atención o, por el contrario, puede haber sufrido de abandono emocional. En ambos casos existe una especie de bloqueo frente a la capacidad de establecer contacto afectivo con los demás.



A veces, estas barreras pueden caer por un tiempo, pero luego reaparecen. En ese momento uno de los miembros de la pareja -o ambos- se encierran en una burbuja y no ven las necesidades del otro. Las carencias o el egocentrismo son tan fuertes que no permiten mirar más allá de las propias necesidades. 

2. Ver a la pareja como una figura materna o paterna

Es otro trastorno psicológico que suele generar problemas de pareja. Normalmente, el proceso de crecimiento trae consigo un desapego paulatino de las figuras paternas. Esto debe inducir una autonomía gradual, en la que la persona se perciba a sí misma como capaz de influir en su propio destino.

A veces, sin embargo, esto no sucede. Si una persona fue criada sobre la base de la adicción, lo más probable es que no en la pareja no sólo busque un compañero de vida, sino también una fuente de protección, apoyo y cuidado. Al hacerlo, los roles comienzan a sufrir.

Justo en ese momento puede ocurrir que una persona se vuelva muy pretenciosa con su pareja. No espera de él (ni de ella) sólo una absoluta disponibilidad afectiva, sino también un apoyo incondicional. También puede esperar que su pareja se ocupe de las situaciones difíciles o de los aspectos problemáticos de la relación tal como lo haría una madre o un padre.

3. Problemas de relación por la falta de equilibrio entre dar y recibir

Esta es una dificultad que la mayoría de las veces ocurre al mismo tiempo que las anteriores. Se trata de la falta de equidad entre dar y recibir. Tanto lo uno como lo otro, en exceso, acaban definiendo una relación, hasta el punto de destruirlo.


Hay quienes se esfuerzan por dar, exagerando con este comportamiento llevándolo al extremo, asfixiando a la pareja con personalidad propia, con atención y con total disponibilidad. No deja de dar, contribuyendo al crecimiento de la relación.


A estas alturas, lo más habitual es que quien da más espere recibir lo mismo. Si eso no sucede, se siente traicionado e incluso burlado. Esta situación termina por socavar el amor. Para que una relación continúe, debe haber lagunas, lagunas, ya que estos son los factores que alimentan el deseo.

Por otra parte, también hay quienes sólo quieren recibir. Son adultos inmaduros que no esperan ser amados, sino adoptados de la otra persona. Se sienten impotentes y piensan que es trabajo de su pareja contrarrestar su vulnerabilidad.


Los trastornos psicológicos que conducen a problemas en la pareja nos hablan de un crecimiento individual incompleto. El amor adulto, en cambio, requiere generosidad, madurez, paciencia y flexibilidad. Estos elementos deben ser recíprocos para que la relación se consolide y dure mucho tiempo. De lo contrario, hasta los grandes amores acaban sucumbiendo a la contaminación neurótica.

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