Discute, defiende tu idea y enfócate.
Te preguntas cómo puede pensar de manera tan diferente.
Regresas, defiendes tus argumentos y te frustras.
Crees que tus posiciones son irreconciliables.
Hasta que de repente, por lo general, una tercera persona dice: "¡Pero tú estás diciendo lo mismo!" Solo entonces te das cuenta de que defendías la misma posición desde un punto de vista diferente.
Si esta situación le resulta familiar, es probable que haya experimentado un pseudoconflicto.
¿Qué es un pseudoconflicto?
Un conflicto es un desacuerdo resultante de dos fuerzas que ejercen presión en direcciones opuestas. Podemos tener conflictos internos, con nosotros mismos, que suelen aparecer cuando nos enfrentamos a grandes problemas en la vida. Y podemos tener conflictos interpersonales, que aparecen cuando nuestras ideas, valores o sentimientos van en sentido contrario a los de los demás.
Los conflictos son a menudo una gran fuente de tensión y provocan una gran excitación emocional. Pero hay momentos en que los conflictos no son tan reales como pensamos. Entonces caemos en un pseudoconflicto.
El pseudoconflicto ocurre cuando las personas están de acuerdo pero, debido a una mala comunicación, piensan que no. El pseudoconflicto es un conflicto falso, pero la gente no entiende que sus diferencias son causadas por un malentendido o una mala interpretación, no por diferentes opiniones.
¿Cómo surge el pseudoconflicto?
Los conflictos son el resultado de diferencias entre dos o más personas. Estas diferencias pueden deberse a muchos factores, desde diferencias en el nivel de información disponible hasta diferencias en personalidades o valores. Dado que cada persona es única y tiene su propio conjunto de valores, actitudes y creencias, los conflictos son inevitables.
No importa cuán empáticos queramos ser, siempre seguiremos teniendo una perspectiva individual del mundo que no siempre coincide con la de los demás. Esto produce diferentes opiniones. Pero la percepción también influye en la aparición de conflictos. Y la percepción a menudo juega malas pasadas, especialmente en un área compleja como la comunicación. Por tanto, es probable que surja un pseudoconflicto.
Un pseudoconflicto es a menudo el resultado de conclusiones apresuradas basadas en suposiciones erróneas. Por ejemplo, podemos sacar conclusiones a partir de pequeñas pistas proporcionadas por nuestro interlocutor que está enojado y defiende una posición opuesta a la nuestra, cuando en realidad este no es el caso. También es común cuando existe un conflicto latente con la otra persona.
Un pseudoconflicto es, por tanto, el resultado de una percepción distorsionada, que nos lleva a formular hipótesis erróneas de las que sacamos conclusiones que no se ajustan a la realidad.
El pseudoconflicto no es real, pero sus consecuencias son
Si no lo resolvemos a tiempo, el pseudoconflicto puede convertirse rápidamente en un conflicto. El hecho de que no haya posiciones diferentes no significa que no puedan surgir, porque todos tenemos puntos de desacuerdo. En última instancia, lo que es real en nuestra mente puede volverse real en el espacio compartido.
Si creemos que nuestro interlocutor defiende una posición diferente a la nuestra, es probable que nos pongamos a la defensiva y acabemos atacándolo, esto a su vez genera una respuesta defensiva que puede desencadenar un conflicto real y dañar a los involucrados en la situación.
Por eso, antes de concluir que tenemos un conflicto, vale la pena hacer una pausa un segundo para reflexionar y preguntarnos si es una diferencia real o si hay más cosas en común de lo que parece.
¿Cómo evitar pseudoconflictos?
Para gestionar de forma asertiva un pseudoconflicto, es importante que:
1. Pregunte, pregunte, pregunte ... Si no está seguro de lo que ha dicho su interlocutor, no caiga en la tentación de hacer suposiciones que conduzcan a conclusiones erróneas. Simplemente pídale que aclare lo que dijo. La mejor forma de evitar malentendidos en la comunicación es pedir aclarar las palabras y frases que no hemos entendido correctamente.
2. Desarrolle la escucha activa. Significa detenerse para ponerse en el lugar del otro. Muchas veces surgen pseudoconflictos porque estamos demasiado concentrados en defender nuestra idea, por lo que no nos damos cuenta de que estamos defendiendo la misma idea pero desde diferentes puntos de vista. Sintonizar las ideas de su interlocutor le ayudará a encontrar puntos en común y le evitará muchos argumentos.
3. Olvídese de "ganar". Entrar en una discusión con la idea de vencer al supuesto oponente implica alimentar un clima de guerra. La comunicación debe ser un intercambio de ideas en el que ambos logren algo positivo, no un campo de batalla para demostrar una supuesta superioridad intelectual o tener razón. Es un cambio de actitud sutil, pero muy importante, porque renunciar a las ganas de imponer tu punto de vista te abrirá a las ideas de tu interlocutor y te permitirá ver que realmente estás hablando de lo mismo y no hay nada. verdadero y propio conflicto, pero un pseudoconflicto.
Y recuerde que "la paz no es la ausencia de conflicto, sino la presencia de alternativas creativas para responder a los conflictos", dijo la periodista Dorothy Thompson. Incluso a partir del conflicto podemos lograr cosas positivas, si aprendemos a manejarlo de manera asertiva.
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