Última actualización: 27 de enero de 2018
Las situaciones emocionalmente difíciles y dolorosas forman parte del ciclo de la vida. Estas situaciones a menudo están fuera de nuestro control o son el resultado directo de nuestras decisiones o acciones. Así que tendemos a cerrarnos en nosotros mismos sin saber qué hacer o cómo reaccionar. Este es uno de los casos en los que la psicología budista nos puede ayudar.
Al hacer frente a cualquier situación desagradable, a menudo es el apoyo de las personas que nos rodean lo que nos mantiene a flote o nos ayuda a seguir adelante. ¿Y cuando no queremos o no tenemos amigos o familiares a nuestro alrededor? Es hora de conocer más sobre los beneficios que nos puede ofrecer la psicología budista.
Psicología budista: nacida para acabar con el sufrimiento humano
El budismo es considerado como una de las principales religiones del mundo oriental. Hace 2.500 años esta corriente nació como un sistema filosófico y psicológico, sin ningún tipo de pretensión religiosa. Según el asceta Siddhartha Gautama, conocido como Buda, el budismo era la ciencia de la mente.
Buda fundó esta escuela con el fin de proporcionar un método para erradicar el sufrimiento, el nuestro. Para ello, partía de un conjunto de principios y una estructura de pensamiento que le resultaba muy útil para comprender y aceptar nuestros sentimientos.
4 Nobles Verdades de la Psicología Budista
La psicología budista parte de una idea que, aunque pueda parecer pesimista, es confiada: la naturaleza de la vida humana es el sufrimiento. Partiendo de este supuesto, se proponen cuatro nobles verdades que contienen la mayor parte de las enseñanzas de la psicología budista y que son la base sobre la que descansa esta forma de meditación:
- El sufrimiento existe.
- El sufrimiento tiene una causa.
- El sufrimiento puede agotarse, extinguiendo su causa.
- Para extinguir la causa del sufrimiento, debemos seguir el Noble Óctuple Sendero.
Erradicar nuestro sufrimiento o "dukkha"
Para afrontar situaciones difíciles y erradicar el dolor, Buda sugiere conocer su origen. Y sólo cuando hayamos identificado esta causa podremos deshacernos de nuestro sufrimiento. Sólo entonces podremos ver la futilidad de nuestras preocupaciones y desalientos.
“El 10% de nuestra vida está ligada a lo que nos pasa, el 90% restante a nuestra forma de reaccionar.”
-Stephen R. Covey-
Según la psicología budista, las personas mantienen muchos hábitos que las han llevado a ser ignorantes de la vida. Sabemos cuáles son los procesos y etapas de la vida y esto es lo que nos hace sufrir.
“Dukkha proviene del deseo, el apego y la ignorancia. Pero se puede derrotar".
-Buda-
Los postulados prácticos
La última de las cuatro verdades habla del Noble Óctuple Sendero. Un camino o camino que consta de 8 ramas o postulados prácticos que te permitan alcanzar la armonía, el equilibrio y el desarrollo de la conciencia plena. Suele representarse con la rueda del dharma, en la que cada uno de los radios simboliza un elemento del camino. Estas ramas se pueden agrupar, a su vez, en tres grandes categorías:
- Sabiduría: comprensión y pensamiento correcto.
- Conducta ética: palabra, acción y ocupación correctas
- Entrenamiento mental: compromiso, conciencia y concentración, meditación o correcta absorción.
Estos ocho principios no deben interpretarse como pasajes lineales. Más bien, deben desarrollarse al mismo tiempo. en base a las capacidades personales.
La felicidad mal entendida
Todos queremos ser felices, pero nadie se pone de acuerdo en cómo definir la felicidad. Cada persona tiene una idea diferente al respecto.: un ascenso al trabajo, la abundancia material, tener hijos... La psicología budista asegura que uno no se siente completo incluso cuando alcanza las metas establecidas.
Cuando se cumple uno de nuestros deseos, pasamos a otro y luego a otro. Y entonces, poco a poco acabamos entrando en un circulo vicioso que no parece tener fin. Todo con la falsa esperanza de ser feliz algún día.
Necesitamos liberarnos del apego.
La psicología budista cree que los deseos establecidos en nuestra mente nos llevan a la deriva psicológica y conducen a la adicción (de las personas, de los bienes materiales, de las creencias…). Esta es precisamente una de las principales causas del sufrimiento, pues al apegarnos nos identificamos con objetos o personas y perdemos nuestra identidad. Nos olvidamos de nosotros mismos y de las necesidades humanas reales.
El budismo nos ofrece herramientas para trabajar el apego y alcanzar el conocimiento. Sólo a partir de ella podemos entender lo que necesitamos (desarrollo personal, vida afectiva armoniosa...) y pasar a la escuela de la vida con mayor conciencia.
¿Cómo dejar de sufrir?
A través de la meditación. Como hemos visto, las prácticas de reflexión budista tienen como objetivo aumentar la comprensión y la sabiduría y erradicar el sufrimiento. Aunque las técnicas varían según cada escuela y tradición, todas tienen el objetivo común de alcanzar un estado de máxima atención y tranquilidad.
Estas son las principales corrientes del budismo que nos pueden ayudar a dejar de sufrir en momentos especialmente difíciles:
- Theravada: se define como analista. Es por esto que anhela describir diferentes estados psicológicos o meditativos para sistematizar la experiencia meditativa.
- Zen: se centra en la espontaneidad y la intuición de la sabiduría. Su práctica busca una armonía natural en el individuo y evita el dualismo en la comprensión de la realidad.
- tibetano: busca incrementar la comprensión de la realidad a niveles profundos, por lo tanto se enfoca en los mecanismos simbólicos e inconscientes de la mente. Es la más simbólica y mágica de todas las tradiciones budistas.
- de la tierra pura: destaca la devoción, la humildad y la gratitud como caminos directos a la realización espiritual. Es una meditación devocional en la que los mantras son los protagonistas.
En fin El budismo se trata de una relación directa con las propias emociones.. Hacerlas conscientes, definirlas y aceptarlas. Son parte de nuestra existencia, pero como todo lo demás son cambiantes, por lo que no hay necesidad de controlarlos.
