Última actualización: 18 de febrero de 2015
lainfelicidad se ha convertido en una realidad bastante común en nuestra vida diaria: basta salir un día a dar una vuelta entre la gente para darse cuenta de que la mayoría de la gente realiza las actividades cotidianas de forma monótona. El cansancio, la falta de estímulo y entusiasmo, el sentido de homologación se reflejan en la mayoría de los rostros que vemos en las tiendas, oficinas o lugares a los que vamos todos los días. Sin embargo, el peor descubrimiento es mirarse al espejo y darse cuenta de que nuestro rostro también lleva las señales de ese mismo sentimiento de tristeza.
Normalmente, cuando nos damos cuenta de que somos infelices, lo primero que queremos hacer es pasar de un extremo al otro y cambiar nuestra vida por completo. ¿Qué camino debemos seguir?
1. Identifica la causa de tu infelicidad
La infelicidad es un sentimiento que surge cuando no estamos donde queremos estar. Es decir, cuando somos conscientes de que nos gustaría hacer otra cosa, compartir nuestra vida con otras personas o simplemente perseguir nuestros sueños. Esta conciencia genera infelicidad. Identificar la causa te permitirá dar un primer paso: tomar la decisión de cambiar, de llegar a lo que quieres.
2. Define lo que quieres
Ahora que sabes que lo que tienes no te hace feliz, piensa: ¿qué haría en su lugar? Responder a esta pregunta puede llevar mucho tiempo, generar dudas y darte la sensación de que sería mucho más fácil seguir viviendo como hasta ahora. Claro que es más fácil no cambiar, pero antes de tirar la toalla piensa si vale la pena essere felici o si realmente quieres estar contento con lo que tienes.
3. Convierte tus objetivos en un plan de acción
Cuando sabes lo que te puede hacer verdaderamente feliz, ha llegado el momento ven con un plan. Por ejemplo, si no te gusta tu trabajo y quieres abrir tu propio negocio, lo mejor es que no dejes tu trabajo de inmediato, sino que puedas mantener el horario de trabajo y concentrarte en planificar tu negocio durante tu tiempo libre. Se trata de ser feliz, no de poner en riesgo tu vida o tu bienestar.
4. Persigue un objetivo a la vez
Llegar a donde estás ahora fue el fruto de un proceso gradual; los cambios que te harán feliz, por lo tanto, también deben ser graduales. Debes darte tiempo para cambiar un aspecto de tu vida a la vez y disfrutar de la felicidad que esto traerá. Si no lo haces, lo más probable es que termines lastimando a alguien con tus palabras o causando serios problemas en tu relación o con tus amigos.
La infelicidad no viene ni va sola
Cada decisión que tomamos afecta nuestra vida y cómo nos sentimos al respecto. Por eso sé feliz o infeliz depende sólo de nosotros y de nuestra determinación de vivir como realmente queremos o de cambiar de rumbo cuando sea necesario.