Última actualización: 28 octubre, 2015
Cuando puedas, haz el siguiente ejercicio: mira alrededor de un lugar lleno de gente (en el autobús, en la sala de espera de un médico, en un restaurante) y cuenta las personas que están enfocadas en su teléfono o tableta. ¡Te sorprenderá lo que notas!
Ciertamente el porcentaje de "tecnológicos" supera el 80%. Todo sacado de redes sociales, de mensajes, de vídeos, de emails… ¿Y adónde ha ido la vida real? Va mucho más allá de Facebook, WhatsApp, Youtube, Gmail, Android y Apple.
Lo más alarmante es que las nuevas generaciones (los nacidos a partir del año 2000) conviven con la tecnología y la saben utilizar muy bien.. Un niño de un año sabe que tiene que tocar la pantalla con el dedo índice para que un teléfono inteligente funcione. Una niña de dos años le pide a su mamá que le muestre la foto que acaba de tomar en el parque para ver si se ve bien. Y siguen los ejemplos...
¿Alguna vez te has detenido por un momento a pensar
a todas esas cosas
que la tecnología nos ha robado?
Es cierto que la tecnología también nos ha facilitado en muchos aspectos, no decimos que haya que aislarse en una montaña o en un templo budista. Sin embargo, todo tiene un límite y la línea que separa usar dispositivos electrónicos por necesidad y depender de ellos es muy delgada..
La tecnología ha robado partes importantes de nuestras vidas, entre ellas se encuentran:
1. Los pensamientos. No pasamos tiempo a solas con nosotros mismos. No nos reflejamos frente al espejo. No nos detenemos a pensar en lo que está pasando y qué decisiones debemos tomar. Cuando la mente no está tan estimulada, puede vagar libremente y encontrar la solución a muchos problemas, tener ideas brillantes. La tecnología, por otro lado, solo mata nuestra creatividad e imaginación.
2. La experiencia de perderse. ¿Cómo lo hacía la gente antes de la era del GPS? Tal vez tú también lo pensaste, mirando a un transeúnte que intentaba descifrar un mapa de la ciudad y te perdías de todos modos. No hay nada mejor que perderse para descubrir los secretos de una ciudad, esos que seguramente no se mencionan en una guía turística. Ahora esto ya no ocurre porque tenemos la costumbre de orientarnos con el navegador del teléfono. A veces es importante perderse para redescubrir lo esencial.
3. La oportunidad de relacionarse con gente nueva. Volviendo al ejemplo de los viajes, una vez que conoces a alguien del lugar y la relación también puede convertirse en una hermosa amistad. A través de una pantalla no es posible entender los sentimientos, pese al abundante uso de emoticonos o mensajes de voz. Para ello, es necesario enfrentar a las personas “cara a cara”.
4. El sonido del silencio. El mundo occidental y las grandes ciudades están llenos de ruido. La tranquilidad y el equilibrio se encuentran en el silencio. En el silencio podemos encontrar una conexión con nosotros mismos, disfrutar de la ausencia de ruidos molestos y empezar a apreciar más la calma..
5. La energía del medio ambiente. Está científicamente comprobado que electrodomésticos como la televisión o el ordenador desprenden energía negativa en la estancia en la que se encuentran. Para ello, te aconsejamos que no los guardes en el dormitorio o que los apagues antes de irte a dormir..
Por otro lado, estamos tan acostumbrados a fotografiar todo lo que vemos que perdemos la oportunidad de disfrutar realmente del paisaje que tenemos delante. A través del lente de la cámara o de la pantalla del smartphone no se puede apreciar en su totalidad la grandeza de la naturaleza, los aromas, los sonidos o las emociones.
Empezar a vivir,
¡apaga tu celular!
6. Relájate y medita. Antes de la llegada de los teléfonos móviles, las personas se llamaban de vez en cuando si estaban lejos o se visitaban si vivían cerca. La ansiedad y el estrés que genera hoy por no responder un mensaje son considerables. Por no hablar de los dos ticks azules de WhatsApp o el tiempo que se muestra el mensaje en Facebook. ¡Estas cosas te vuelven loco!
También llevamos el teléfono al baño, dormimos con el celular pegado a la almohada, lo dejamos en el escritorio de la oficina o en el escritorio de la escuela. No podemos esperar ni un segundo antes de echar un vistazo cuando se reproduce. Si disminuyes el uso de la tecnología, estarás más tranquilo y relajado.
Por último, recuerda que al usar muchos dispositivos electrónicos, especialmente el teléfono móvil, te estás perdiendo los detalles y la alegría de vivir intensamente..
¿Cuándo fue la última vez que viste la puesta de sol, la lluvia caer o los pájaros volar?