Última actualización: 25 marzo, 2015
laadmiración: esa fuerza casi irresistible que nos hace tener a alguien o algo en especial consideración. Incluso personas que, a veces, ni siquiera conocemos. Cuando admiramos a alguien, sentimos una mezcla de atracción y devoción. La admiración lleva al asombro y al reconocimiento de cualidades que, en ocasiones, incluso podemos llevar demasiado lejos.
Es un sentimiento que no siempre se comporta de la misma manera. Por ejemplo, no es lo mismo admirar a un profesor que a una estrella de cine. Hay quienes ven la admiración como una especie de envidia disfrazada, un intento espontáneo de buscar en nosotros mismos un reflejo de lo que nos gusta de la otra persona.
Como dijimos anteriormente, la forma en que admiramos a alguien no siempre es la misma. Cuando sentimos admiración por alguien que conocemos y que forma parte de nuestra vida, esto también puede ser un acto de gratitud hacia el apoyo que nos ha brindado o, por ejemplo, hacia lo que nos ha enseñado., como en el caso de un maestro, amigo o familiar. También podemos admirar a una persona porque nos gusta su carácter, su personalidad, su forma de pensar o de ver la vida, de afrontar las dificultades de la vida o de su aspecto físico.
Podemos admirar a alguien que hace el mismo trabajo que nosotros y que vemos como un ejemplo a seguir, un modelo a seguir para que aprendamos de él o ella. En este sentido, la admiración se convierte en una especie de reconocimiento de la existencia, en esa persona, de cualidades o virtudes que son importantes para nosotros. Ese individuo se convierte en un referente, un modelo que nos estimula a esforzarnos y mejorar.
Cuando admiramos a un extraño
En cambio, cuando admiramos a alguien que no conocemos, solemos atribuirle cualidades que no siempre se corresponden con la realidad y que, en ocasiones, incluso alcanzamos. idealizar. En este sentido, podemos admirar a un actor o cantante famoso por su popularidad o por la vida que imaginamos que tiene. Hay quienes piensan que incluso elenamorarse trae contigo una cierta cantidad de admiración por la otra persona.
Hay personas, por ejemplo, que desarrollan este sentimiento gracias a los valores que representan determinadas personas, y que todos reconocemos como positivos. Por ejemplo, Ghandi o Nelson Mandela son dos personajes que, gracias a su lucha pacífica y constancia, han logrado transformaciones muy positivas en el mundo.
Incluso el misterio que rodea a la naturaleza puede despertar admiración.: una puesta de sol, un fenómeno astronómico o un paisaje impresionante pueden provocarnos sentimientos de admiración y sorprendernos. El propio Aristóteles defendía que la filosofía nació de la admiración, porque el hombre se dio cuenta de que el mundo que le rodeaba estaba regido por leyes racionales superiores a nosotros.
Pese a todo, sin embargo, hay quienes sostienen que la mayor admiración que podemos sentir es que por noi stessi.