¿Demasiadas peleas con tu pareja? ¿Demasiados celos? ¿Has olvidado lo que significa la palabra intimidad? Si es así, tal vez sea hora de considerar la terapia de pareja.
Última actualización: 15 de febrero de 2022
Las discusiones y discusiones diarias son una de las buenas razones para considerar la terapia de pareja. Si bien hay problemas que puedes resolver por tu cuenta, sin llegar a esta decisión, en algunos casos es la mejor opción, si no la única, para salvar la relación.
Cuando la tensión supera el límite y no hay salida, la relación no crece y queda atrapada en una dimensión sin futuro. Ser consciente de los puntos débiles de la relación es el primer paso hacia un cambio positivo. A continuación te mostramos 5 señales que indican la necesidad de iniciar terapia de pareja.
5 razones para considerar la terapia de pareja
1. Esos celos que lastiman la relación
Aunque los celos son un problema típico de las parejas, no conviene despejarlos, sino analizarlos. Generalmente se acepta que los celos son una demostración de amor. En realidad denota una profunda inseguridad o, a veces, es señal de que es el celoso el que le es infiel.
Los celos pueden conducir al abuso: La inestabilidad emocional que acompaña a la inseguridad a menudo resulta en violencia. Esta es una de las razones por las que vale la pena considerar la terapia de pareja.
2. Las interminables discusiones
A veces escuchamos que discutir es normal para una pareja, ¡incluso todos los días! Esto es sorprendente: las discusiones se desgastan y, con el tiempo, terminan minando o destruyendo la relación. Un final probable, sobre todo si las discusiones adquieren un tono duro.
La confrontación constante puede ser consecuencia o causa de problemas de comunicación. Los principales motivos son la gestión de responsabilidades, el respeto a los espacios de los demás, la educación de los hijos, etc.
3. Los proyectos a largo plazo ya no coinciden
Uno de los principales problemas en la relación está relacionado con la creencia errónea de que la pareja no puede cambiar o que debe hacerlo de la forma que a nosotros nos gusta. En el transcurso de la relación, cambias. Quizás uno de ustedes quisiera mejorar su carrera mudándose a otro país o comienza a sentir deseos de ser madre o ser padre, mientras que el otro aún no se siente preparado.
Cuando los planes a largo plazo comienzan a desmoronarse, es hora de renegociar acuerdos. Y si la comunicación no es fluida, podría valer la pena buscar la ayuda de un terapeuta.
Los problemas prácticos pueden resolverse si ambos están dispuestos a hacerlo. Con los niños, sin embargo, debemos tener cuidado. Si ninguno de los dos cede en su posición, es hora de considerar seriamente el futuro de la relación.
4. La inexistencia de intimidad, una de las razones para plantearse la terapia de pareja
La intimidad es un elemento importante. Es lo que distingue la relación de pareja de la amistad. Con la palabra intimidad nos referimos a un lugar que va más allá de la esfera sexual.
Es la dimensión de la confianza, las confesiones, los sueños, la escucha y las respuestas sinceras. Una burbuja que protege y anima a la pareja, pero que también permite el crecimiento individual.
5. El deseo de cambiar al otro
Puede generar un sentimiento de fuerte impotencia. Todo encaja de maravilla con nuestra pareja, excepto esas dos o tres piezas… que nos encantaría cambiar. Este pensamiento hace que la pareja a menudo intente cambiar al otro, consciente o inconscientemente. Nuestros deseos nos hacen olvidar que no tenemos derecho a hacerlo, que de esta manera cruzamos una línea peligrosa. El cambio puede ser sugerido, discutido, pero no forzado.
Cuando sientas el deseo de cambiar al otro, un poco de terapia puede ser útil. Un camino hacia la aceptación, la negociación abierta y sincera o, en definitiva, la ruptura. La terapia puede ser un avance que resuelva definitivamente la insatisfacción o un punto de quiebre.
Si te has encontrado con uno o varios de estos problemas en tu vida amorosa, te recomendamos que evalúes unas sesiones de terapia de pareja. Si bien ir al psicólogo individualmente puede ser muy enriquecedor, hacerlo en dos ayuda a mejorar la relación.