Según investigaciones recientes, existe un gen que promueve la felicidad de pareja. ¿Qué dice este descubrimiento y qué implicaciones tiene?
Escrito y verificado por el psicólogo. GetPersonalGrowth.
Última actualización: 15 2022 noviembre
¿Por qué es fácil enamorarse, pero es tan difícil construir una relación seria, estable y gratificante? Quizás la explicación esté escrita en nuestros genes. Así lo afirma un grupo de investigadores que han descubierto el gen de las relaciones felices.
Al parecer hay un genotipo que nos predispone a establecer estos lazos. ¿Significa esto que aquellos que tienen la suerte de nacer con este rasgo genético están destinados a ser felices en el amor? Obviamente no.
Como sabemos, la relación de pareja es compleja, y la felicidad depende de muchas variables, algunos de los cuales están fuera de nuestro control.
Hay que admitir, sin embargo, que la ciencia nunca deja de sorprendernos. Saber que el ADN puede contener la fórmula que aumenta las posibilidades de tener un vínculo feliz es curioso por decir lo menos.
El gen de las relaciones felices
Que exista un gen para las relaciones felices puede sonar a ciencia ficción. O podría hacernos pensar que existe algún determinismo biológico. O, quizás, que podríamos pretender analizar la herencia genética antes de lanzarnos a una relación sentimental.
Bueno, tal vez sea mejor no trabajar demasiado con la imaginación, porque la pregunta es mucho más simple. El estudio publicado recientemente fue realizado por la Universidad de Arkansas, la Universidad Estatal de Florida y la Universidad McGill.
El objetivo fue identificar los marcadores genéticos que pueden explicar la estabilidad y satisfacción en la relación de pareja; los datos que surgieron son muy interesantes.
El gen CD38 y su papel en la producción de oxitocina
Al parecer, el gen CD38 tiene la función específica de liberar oxitocina en abundancia cuando estamos involucrados en una relación. ¿En qué se traduce esto?
En un efecto importante: podremos experimentar más pensamientos, emociones y conductas encaminadas a fortalecer el vínculo sentimental.
Como todos sabemos, la oxitocina es la hormona del afecto, el apego saludable y el amor. Esta molécula multipropósito impulsa la mayoría de nuestros comportamientos de cuidado hacia los demás.
El gen de la relación feliz se expresa a través de tres creencias
La investigación duró tres años e involucró a 73 parejas, con un doble objetivo. El primero, para analizar la marcha de la relación. El segundo, analizar muestras genéticas (saliva) para identificar posibles marcadores que pudieran explicar la estabilidad y felicidad de la pareja.
El resultado, como se anticipó, es que las parejas más establecidas y felices tenían el gen CD38. Además de favorecer una mayor liberación de oxitocina, se observó que este efecto estaba ligado a tres creencias (pensamientos) sobre las relaciones afectivas:
- El informe se basa en un principio fundamental: confianza. Esta dimensión necesita ser alimentada todos los días.
- La capacidad de perdonar. Los conflictos, las discusiones, los pequeños errores siempre merecen comprensión, un esfuerzo de empatía.
- sentimiento de gratitudParejas con el gen de la relación feliz que llevan más de tres años juntas han dicho que están agradecidas de compartir la vida.
El genotipo CC en hombres
En el transcurso de esta investigación se descubrió una pequeña diferencia en la variable género: los hombres con el genotipo CC tienen una identidad y un sentimiento de pareja más fuertes.
Esto significa que los hombres con este genotipo particular tienden a sentirse más comprometidos hacia el compañero. En otras palabras, serían menos propensos a la infidelidad o al comportamiento despreocupado o desatento.
¿Cuáles son las implicaciones del descubrimiento del gen CD38?
Podríamos pensar que el descubrimiento de este gen es una especie de piedra de Rosetta. ¿Es entonces suficiente tener ese genotipo para que la relación de pareja sea satisfactoria y exitosa? En realidad, este no es el caso
Un gen aumenta la probabilidad de que se manifieste un rasgo específico, pero no es decisivo. Sin mencionar que el gen CD38 puede estar presente en nuestro ADN, pero no en el ADN de la pareja. Esto sugiere que el éxito de una relación no depende únicamente del factor genético.
Otras variables como la personalidad, la madurez emocional o la empatía son mucho más importantes. Además de esto, la pareja se ve amenazada por una serie de obstáculos y desafíos que no siempre pueden controlar.
Saber que tienes el gen de la relación feliz es interesante y curioso, pero no es este elemento el que marca nuestro destino.