Última actualización: 07 de febrero de 2016
La infancia es una de las etapas de la vida que solemos recordar con más cariño. Esto se debe a que, cuando somos niños, tenemos una fuente inagotable de entusiasmo. Cualquier objeto puede convertirse en un juguete, cualquier actividad en una aventura.
Con el tiempo, nos hacemos adultos, el estrés y las responsabilidades se apoderan de nuestra vida y, a menudo, nos olvidamos de tomarnos el tiempo para jugar, para ponernos en contacto con nuestro niño interior.
Es importante llegar a ese niño que todos llevamos dentro. Los estudios demuestran que dedicar tiempo a las actividades típicas de la infancia, que no implican responsabilidad ni competitividad, sino más bien desinhibición y juego, aumenta los niveles de felicidad y reduce el estrés.
Aquí, entonces, hay 8 formas diferentes de sacar el niño interior que llevamos dentro.
Colorear
Quizás ya conozcas el fenómeno de los libros con mandalas para colorear, sino pregunta en la librería más cercana y te sorprenderás.
Esto no es solo una moda, porque cuando coloreamos nos sumergimos en un estado de concentración y distanciamiento de los problemas todos los días, lo que ayuda a reducir el estrés.
jugar al aire libre
Los niños, especialmente en espacios abiertos, corren, saltan y trepan lo que encuentran. A pesar de ello, cuando somos adultos y en medio de la naturaleza, realizamos actividades más pasivas: comemos al aire libre, damos un paseo y, en algunos casos, practicamos deportes extremos.
Si bien todas estas actividades son buenas, es bueno hacer algo menos estructurado, que rompa la rutina diariamente y que pone al cuerpo en situaciones poco comunes, para entrenar habilidades como el equilibrio.
Por este motivo, es genial trepar a los árboles, columpiarse, saltar la cuerda, etc. Estos son diferentes estados físicos.
Los juegos al aire libre nos sacan del sedentarismo que muchos llevamos
Estas actividades y juegos no solo nos liberan del estrés y despiertan zonas olvidadas del cerebro, sino que también liberan endorfinas, nos llenan de ilusión y nos hacen redescubrir nuestro lado aventurero.
Soñador
Soñar despierto es como tomarse un momento para nosotros mismos, sin tener que hacer nada, durante el cual podemos dejar que la mente divague.
Puede ocurrir en cualquier situación: tumbado en el parque, en la bañera o simplemente sentado en el sofá de casa, mirando por la ventana.
La clave es no sentirse culpable porque "estamos perdiendo el tiempo" y tomar un momento para relajar nuestra mente, lejos del flujo continuo de la responsabilidad cotidiana.
Soñar despierto no solo nos relaja, también es un gran mecanismo para potenciar la creatividad porque, muchas veces, cuando dejamos que las ideas deambulen al azar, vuelven en orden y establecen conexiones que nos permiten ver la realidad, los problemas que tenemos entre manos, desde otro punto de vista.
Creación
Hablando de creatividad, todas las actividades que tienen algo de creativas son un estímulo perfecto para los estados de ánimo positivos. Quedó demostrado que las personas que tienen un pasatiempo creativo se estresan menos cuando lo practican.
Los niños colorean, hacen collages, crean collares con pasta, arman puzzles... Lo importante es dar rienda suelta a nuestra creatividad, a nuestras ganas de crear algo, aunque ello no suponga un beneficio material y aunque creamos que no se llevan.
¿Te gusta cocinar, tejer, dibujar, construir maquetas? Lo que venga a tu mente, lo importante es trabajar con las manos, realizando actividades que ayuden a ver la vida con más tranquilidad, Al menos un rato.
Abrazarlo
Los bebés son mucho más extrovertidos cuando se trata de contacto físico. Desafortunadamente, a medida que nos hacemos adultos, ponemos barreras físicas entre nosotros y los demás.
A pesar de esto, abrazar, tomarse de la mano, mostrar cariño a nuestros seres queridos a través del contacto físico es fuente de felicidad.
El abrazo fortalece los lazos afectivos, ayuda a crear un clima de intimidad y, cuando el ambiente en el que nos encontramos es tenso, es una buena manera de liberar toda esa tensión.
tomar una siesta por la tarde
Dormir bien en general. A veces, sacrificamos las horas de sueño para poder realizar todas las actividades que nos habíamos prometido hacer. Sin embargo, dormir bien y descansar el cuerpo y la mente es fundamental para la salud, tanto físicos como mentales.
Cuando dormimos nos regeneramos y es la única manera de obtener la cantidad de energía necesaria para afrontar los retos del día a día. Algunas veces, una siesta por la tarde puede ser una forma de reponer fuerzas para el resto del día.
No creas que estás perdiendo el tiempo cuando duermes, porque, en realidad, estás invirtiendo en ti mismo.
No tengas miedo de cometer errores
Mientras crecemos, tenemos que aprender todo y es normal equivocarse varias veces, ¡es parte del aprendizaje!
Por alguna razón, como adultos tendemos a ver los errores como fracasos y no como parte del camino a seguir y, a menudo, esto permite el miedo a equivocarnos, a paralizarnos y alejarnos de nuestros deseos y nuestras metas.
Fracasar no significa fracasar, es el síntoma de haberlo intentado y una buena forma de seguir aprendiendo
Siempre que puedas, por lo tanto, deja de lado los prejuicios, juega, corre, salta, pierde el equilibrio y realiza actividades sin fines prácticos o económicos. Verás como recuperas algo del entusiasmo y la emoción que, seguro, recuerdas como un preciado tesoro de la infancia.
Ese niño dentro de ti está esperando para tomar tu mano para salir y divertirme contigo.
(Inspirado en este artículo)