Los sacrificios en el amor a veces nos empujan a crear una deuda emocional: si he renunciado a ciertas cosas por ti, ahora tienes la obligación de hacer lo mismo por mí...
Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.
Última actualización: 15 2021 noviembre
Los sacrificios por amor sólo son buenos si son justos. En una relación de pareja, los continuos sacrificios no hacen que el amor sea más grande ni más romántico, todo lo contrario. Las continuas renuncias consumen y erosionan, nos alejan de nosotros mismos, hasta convertirnos en personas diferentes. En una relación afectiva, el compromiso es más importante que los sacrificios.
Si no nos quejamos, es probable que alguien disfrute golpeándonos porque piensa que no nos lastima. Esta misma idea se aplica a los vínculos afectivos. Los sacrificios por amor son normales y perfectamente comprensibles en un dado.
Sin embargo, nadie puede pasar por alto que todo sacrificio tiene un precio. Cualquier renuncia duele. Cualquier cambio en la última hora es lamentable. Cualquier desviación de sentido en el camino de nuestra vida no es fácil para la otra persona y quema, a veces pesa y hasta duele, pero lo hacemos con el corazón porque estamos comprometidos con el mismo proyecto.
Si la pareja no aprecia o no es consciente de este costo emocional (y personal) que implica un sacrificio, entonces estamos en el camino equivocado. La confianza se irá oxidando lentamente hasta que, tarde o temprano, surjan los resentimientos. Los fantasmas de cada renuncia hecha dolerán porque cada pedazo de nosotros, que hemos tirado por el camino, nunca regresa, se pierde para siempre.
La abnegación sin fronteras en las relaciones de pareja no es saludable. Renunciar, renunciar, renunciar hoy, mañana y pasado mañana es una triste manera de aniquilar la autoestima y de dar forma a un sustituto del amor, doloroso e indigesto.
"Si nada nos salva de la muerte, que al menos el amor nos salve de la vida".
-Pablo Neruda-
Sacrificios en el amor: ¿dónde está el límite?
Suele decirse que los grandes amores, como los grandes éxitos, exigen sacrificio. Nadie tiene ninguna razón para negarlo. Si hoy saliéramos a la calle y hiciéramos esta pregunta, habría muchas personas que nos podrían contar más sobre una renuncia hecha por el compañero. Renuncias que han hecho que sus vidas tomen un nuevo rumbo y que, sin duda, han valido la pena porque, ahora, están viviendo un presente pleno y feliz.
Sin embargo, hay sacrificios en el amor que no son admisibles. Todavía demasiadas personas piensan que cuanto mayor sea la renuncia, más auténtica y romántica será la relación. En estos casos, es como si el amor fuera una especie de antigua deidad atávica a la que adorar, una entidad por la que sacrificarse.
Es necesario entender que no todo está permitido, no todo vale. En lo afectivo no hay que sacrificarse, porque el sacrificio por amor no debe ser sinónimo de abnegación. Así como no conviene encender una hoguera en la que arrojar los valores, la identidad y el corazón de la autoestima. Hay límites, barreras de contingencia que necesitan ser conocidas.
La voluntad de sacrificarse es mejor que el sacrificio continuado
Los psicólogos Van Lange, Paul AM, Rusbult y Caryl E, Drigotas realizaron un interesante estudio que se publicó en el Journal de personalidad y psicología social. En él, demostraron que una de las variables que más determinaba el compromiso, la estabilidad y la felicidad de la pareja era la disposición al sacrificio.
- Una persona no necesita que su pareja se rinda todo el tiempo o ceda siempre a su favor. Lo realmente importante es saber que podrá hacerlo en presencia de una circunstancia puntual y extraordinaria.
- Saber que podemos contar con este apoyo incondicional y absoluto en momentos de necesidad, es lo que realmente nos da seguridad y satisfacción.
Sacrificios en el amor y deudas afectivas
Todos sabemos que el amor requiere compromiso. Entendemos que a veces nos vemos obligados a hacer algunos sacrificios para que la relación tenga futuro, para que se consolide tal y como deseamos. Es por tanto un medio para un fin, donde las ganancias superan a las pérdidas y en el que nos movemos con seguridad y libertad, porque nos ayudará a crecer como pareja.
A veces, sin embargo, el el sacrificio en el amor puede convertirse en una deuda. Incluso hay quienes lo usan como una licencia para la extorsión emocional: "Después de todo lo que he hecho por ti, no puedes ni rendirte ahora", "Después de todas las cosas que dejé atrás para estar contigo, ahora". sales con una actitud tan egoísta”.
Este aspecto es un detalle que no podemos dejar de lado, por muy oscura que sea su esencia. Porque hay quienes pretenden amor en términos absolutos y, por supuesto, extremos: yo te doy todo, pero tú también debes darme todo. Estas son las situaciones en las que nos sentimos obligados a sacrificar nuestra identidad para convertir nuestro ego en nosotros y así perder cualquier atisbo de dignidad.
Los sacrificios por amor deben ser sensatos, limitados y justificados. Porque en lo afectivo no hay razón para abandonarnos. No hay razón para cancelar lo que valemos y lo que nos define.
Podemos hacer mucho por nuestro ser querido, incluso hacer algunos sacrificios. Sin embargo, hay algunas barreras infranqueables, como ceder frente a un chantajear o convertirnos en alguien que no somos.