Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.
Última actualización: 15 2021 noviembre
El arte de ser madre no se enseña en la escuela, no se hereda ni se aprende en los libros. Se siente, nace y aparece de repente como una armadura que nos cubre y nos da una fuerza enorme, que nunca supimos que poseíamos.
Incluso ser papá, abuelo, abuela, tío o tía significa descubrir de repente que una parte de nuestra esencia toma forma y conquista nuestro corazón. Es maravilloso. Sin embargo, es el acto de dar a luz una nueva vida que establece el vínculo más fuerte, más profundo y más íntimo: que entre la madre y su hijo.
Ser madre significa dar forma a un amor que nunca creíste que pudiera existir. E incluso si sabes que no eres la única mujer que ha dado a luz a un niño, tu experiencia es, para ti, única en el mundo. Te sientes más vivo y cada día te sorprendes de que algo tan pequeño pueda ser tan grande.
Ser madre es una aventura que siempre merece la pena
Cuando una mujer toma a su hijo en brazos, sella un pacto con él. En voz baja, casi susurrando, promete que hará todo lo posible para que sea una persona feliz, para protegerlo de cualquier daño y para apoyarlo en todas sus elecciones, todos los días de su vida.
Su corazón de repente se hace más grande y, con él, su capacidad de amar. Es un amor diferente, y tan poderoso que te hará perdonar lo que otros no perdonan. Y no importarán las noches de desvelo, esas horas desperdiciadas cuidándolo cuando está enfermo, cuando te llamará porque le tiene miedo a la oscuridad...
Ellos serán niños una sola vez en su vida, pero ustedes serán sus madres para siempre. Y este es un pacto que aceptáis con inmensa serenidad, conscientes de lo que conlleva, de la responsabilidad que conlleva. Ser mamá o ser papá es una aventura que siempre valdrá la pena.
Ser madre: un hilo invisible que nutre, educa y libera
Hay quienes perciben cuando "es el momento". El momento en que quiere ser madre, porque siente que debe serlo, y porque su situación personal se lo permite. En otros casos puede ser un evento inesperado que nos asusta al principio, hasta que podemos aceptarlo y eventualmente se convierte en el mejor evento inesperado de nuestra vida.
Ser madre significa estar unida a nuestros hijos por un hilo invisible que no se puede cortar.
Pero hay una cosa que muchas madres (y padres) temen: es el miedo a hacer algo mal. De no seáis buenos padres. Muy a menudo recordamos los errores de nuestros padres, y nos repetimos a nosotros mismos que no queremos cometerlos también:
- Ese sentimiento de distancia que nunca nos ha permitido establecer un vínculo real con ellos.
- Sentir cada día que algo faltaba en nuestra infancia: falta de reconocimiento, inseguridad, crítica.
- Habiendo recibido una educación muy rígida, en la que faltaba el adecuado diálogo y en la que sólo había reglas, distancia y frialdad.
- Al contrario, haber sufrido las consecuencias de uneducación sobreprotectora, que impidió nuestro desarrollo personal, dañando nuestra capacidad de elegir y estar seguros de nosotros mismos.
Es obvio que nadie tendrá en sus manos el manual perfecto para mamá o papá, pero lo que debemos entender es que no es necesario ser perfecto. Lo que tenemos que hacer es “ser madres”, estar ahí; y para ello basta con poner en práctica estos principios.
Un niño que es reconocido, amado y valorado en la familia se sentirá más seguro al explorar el mundo.
Como madre, ofreces los valores esenciales que te definen: respeto por uno mismo y por los demás, amor, comprensión, empatía, libertad, respeto por la naturaleza, superación personal, humildad, etc.
Ser madre significa ante todo promover su felicidad, para que mañana sean adultos libres, maduros, capaces de hacer a su vez felices a los demás.
Vínculos afectivos que no juzgan y no someten. Restricciones que protegen y cuidan.
Hay madres que se sorprenden de la personalidad de sus hijos, como si, en cierto modo, quisieran que fueran copias exactas de ellas mismas o de sus maridos. Los juzgan y a veces los regañan por ello, incluso frente a otras personas.
Pero los niños no son copias de sus padres., los niños son criaturas libres con carácter propio y necesidades específicas que los adultos deben comprender para poder estimularlos, alentarlos y guiarlos por el camino de la felicidad.
Ser madre también significa aceptar a nuestros hijos tal como son, tomándolos de la mano para acompañarlos por el mejor camino posible. Posteriormente, les animaremos a ser independientes convirtiéndolos en personas responsables y comprometidas.
No es una tarea fácil, pero sí un proyecto de vida en el que el vínculo que establezcas con tus hijos se convertirá en el motor principal que te dará fuerzas y te mantendrá en marcha. Porque todo vale la pena cuando se hace con amor.