Sexo y tecnología es una combinación que puede volverse excepcional si se entiende, pero que puede convertirse en una pesadilla si no se respetan ciertos límites
Última actualización: 18 de marzo de 2022
Sexo y tecnología son dos términos que muestran una relación cada vez más estrecha. Durante miles de años, la sexualidad ha vivido al margen de los avances tecnológicos. Sin embargo, en la actualidad, la tecnología ha superado sus límites habituales, entrando también en el ámbito sexual.
Todo esto ha sido posible gracias a ciertos dispositivos, pero también porque la forma de entender y vivir la sexualidad también se ha transformado. Si quieres aprender más sobre la combinación moderna de sexo y tecnología y profundizar en todos sus mecanismos internos, no te pierdas este artículo.
Sexo y tecnología: influencias mutuas
Los avances tecnológicos han ofrecido al ser humano nuevos espacios y formas para poder expresarse. Sin duda, esto también ha favorecido una nueva forma de socializar, tan amplia que supera viejos tabúes y llega hasta los espacios más secretos de la intimidad.
Siendo la sexualidad un aspecto tan importante en la vida de todo ser humano, cualquier elemento que la condicione cobra importancia. En cuanto a la tecnología, las aplicaciones móviles, internet y las redes sociales son probablemente las que más han influido en ella.
Hoy casi todo el mundo tiene un smartphone “sombra”, llamado así porque nos sigue a todas partes. Sin embargo, se hacen muchas menos llamadas que antes. Se prefieren formas de comunicación más distantes. En este sentido, la evolución se está dando a tal velocidad que es difícil estudiar y sacar conclusiones sobre cómo nos comportamos con respecto a las diferentes tecnologías.
Pero no cabe duda de que, a nivel personal y social, su influencia es importante. Y, aunque a veces parezca impredecible, es acertado analizar la nueva relación entre tecnología y sexo, sobre todo si nos referimos a conductas inapropiadas o patológicas.
internet y sexo
Internet no tiene límites y el número de páginas y referencias con contenido sexual es prácticamente infinito. Tanto recreativa como informativa, la gran red es un destino favorito para los amantes del sexo, aunque no necesariamente es adecuado para todos.
Por otro lado, en el estrato social más joven (incluidos los adolescentes), compartir contenido sexual autogenerado es una práctica común. La web tiene características que la hacen muy atractiva, el protagonista toma la vista, en un mundo de gente cada vez más visual, y no requiere mucho tiempo ni esfuerzo.
contenido para adultos
Podemos encontrar infinidad de material sexual y en diferentes formatos. No hay necesidad de buscar demasiado. Por otro lado, las estadísticas nos dicen que es un género que tiene una gran audiencia y se extiende por un amplio rango de edades.
Sin embargo, este no es un fenómeno inofensivo. El contenido consumido y compartido afecta en gran medida las expectativas sexuales de las personas involucradas. En cierto sentido, el cerebro no parece procesar lo que percibe como ficción.
Sexting
Una de las prácticas que combinan sexo y tecnología, y una de las más peligrosas, es el sexting. Se da mayoritariamente entre jóvenes y adolescentes y consiste en el envío de fotos y videos con contenido sexual explícito.
Si bien, por un lado, puede ser una práctica que introduce la seducción en la vida sexual adulta, entre los jóvenes se ha convertido en un juego erótico de riesgo. Además de aumentar el deseo, el material a menudo cae en manos de personas equivocadas que lo difunden libremente.
Entre las perversiones de esta práctica encontramos también la solicitación. El groomer es un individuo que sabe utilizar muy bien las tecnologías, internet y las redes sociales y que, mediante la creación de perfiles falsos, pretende atraer a los menores. Su objetivo es obtener material sexual explícito de sus víctimas.
"Temo el día en que la tecnología vaya más allá de nuestra humanidad: el mundo estará entonces poblado por una generación de idiotas".
Albert Einstein
Sexo y tecnología, una relación polémica
Podemos decir que sexo y tecnología forman hoy una combinación que despierta mucha polémica. La tecnología ofrece infinitas posibilidades para el sexo, pero puede usarse de manera absolutamente inapropiada. Elegir bien lo que queremos o no, además de ser nuestro derecho, está íntimamente ligado a nuestra autoestima y empatía.
Por otro lado, la tecnología ha revolucionado la forma en que las personas crean vínculos afectivos. Aplicaciones como Tinder, que dan lugar a relaciones o pseudorelaciones en las que todas las etapas suelen quemarse muy rápidamente, encajan muy bien con una concepción un tanto perversa del amor que se ha convertido en un mero objeto de consumo.
La tecnología también ha desarrollado lo que se conoce como dispositivos hápticos (relacionados con el tacto), lo que significa que simulan la sensación de tocar o ser tocado por otra persona. Pero todo este sexo virtual, que puede considerarse una ventaja, no implica que la comunicación íntima mejore. En muchos casos genera conflictos, desconfianza y graves perjuicios a las parejas.
La combinación de sexo y tecnología es muy fuerte en la era moderna. La aplicación de las nuevas tecnologías a la vida sexual no es en sí negativa, pero cualquier uso obsesivo, exagerado o violento no puede producir ningún beneficio.