Última actualización: 10 de diciembre de 2015
En la vida no faltan oportunidades para sorprendernos con las actitudes de las personas que nos rodean, a quienes creíamos fieles y leales al sentimiento de amistad. De hecho, no podemos reconocer a un falso amigo hasta que nos hace daño.
Lo cierto es que los ataques por la espalda nos causan un gran sufrimiento.. Sufrimiento que a veces parece insoportable, y por lo tanto lleva a la ruptura de la confianza y la relación con alguien en quien creíamos al 100%.
Si bien es muy difícil defendernos de la hipocresía y la traición de quienes consideramos amigos, siempre debemos recordar que aunque no sea oro todo lo que reluce, podemos tener fe en el mundo.
La amistad es un bien muy valioso
Como todos sabemos, la verdadera amistad es un bien escaso, que se alimenta de sentimientos positivos, esperanzas y expectativas. Quien encuentra un amigo no encuentra un tesoro, sino un patrimonio real.
Sin embargo, por terrible que nos parezca, las amistades también caducan (o mejor dicho, las relaciones se acaban). Caducan cuando dejamos de cuidarlos y cuando olvidamos los valores que los sustentan.
Pero lo peor es cuando la traición y la mentira entran en juego disfrazadas de buenas intenciones en medio del juego; en ese punto, el campo se llena de hipocresía y falsedad.
En estos momentos, podemos sentir que algo se rompe dentro de nosotros. y nuestro mundo se pone patas arriba. Nuestro castillo se derrumba y nos enfrentamos a un universo completamente derruido.
Entonces, reconstruir la fe en la humanidad y los sentimientos sinceros puede volverse difícil. También puede resultar difícil tener que desprenderse de esa presencia que nos ha acompañado hasta ese momento.
En este sentido, las amistades que nos traicionan no hacen honor al término "amigo"; eran simplemente relaciones que podrían haberse convertido en algo hermoso, pero que se pudrieron a la mitad o quizás al principio.
5 tipos de falsos amigos
Hay 5 posibles perfiles de amigos falsos que es bueno reconocer para evitar su influencia en nuestra vida.
1 - El que siempre quiere ser el mejor
Tener ambiciones y deseos no es malo, pero hay personas que siempre quieren sentirse superiores. Nunca se regocijan en nuestros resultados. Siempre serán mejores o peores que nosotros y no nos escucharán, solo querrán ser escuchados.
2 - El que siempre está lleno de problemas
Se caracterizan por la incapacidad de sentirse afortunados; Estoy constantemente buscando compasión y apoyo. Se quejan de todo y la vida es un verdadero drama para ellos. No importa si estamos pasando por un momento difícil, terminaremos por consolarlos por su desesperada petición de palabras de consuelo.
3 - El que siempre te hace sentir mal
Estas son personas que te hacen sentir culpable y egoísta cada vez que abres la boca o haces algo. Nada de lo que hagas está bien, nunca te harán sentir que estás haciendo las cosas bien, a menos que busquen algo de ti.
4 - El que solo quiere chismear
Chismear, hablar mal de los demás y juzgar cada movimiento son sus grandes pasiones. Cuando estás con este falso amigo, sientes que solo quiere meter la nariz en los últimos acontecimientos de tu vida. Por su parte, no hay interés sincero, se nota por su tono y su insistencia.
5 - El que solo quiere aprovecharse de ti
Hay gente que trata de sacar provecho de todo, incluso de las desgracias. En general, la balanza se inclina a su favor; solo se acercan cuando están seguros de que pueden ganar algo con la situación.
A pesar de todo sigo creyendo que hay gente buena
Sí, hay gente buena. Ni cien traiciones pueden convencernos de que el mundo está lleno de oscuridad. Está claro que no somos infalibles y que, a veces, nos equivocamos sin querer dar una puñalada por la espalda a nuestros amigos.
De hecho, el mundo no es todo bueno ni todo malo, pero, cuando somos traicionados, el protagonista de este acto nos parece un demonio. No obstante, debemos atesorar estas experiencias para saber qué es lo que queremos y de qué personas es mejor rodearnos.
Es probable que, por muy fuerte que sea la armadura que llevemos, sigamos encontrándonos con relaciones negativas en nuestro camino. Por eso, dado que la duda, la sospecha y la falsedad sólo nos hieren y nos envenenan, debemos esforzarnos por cultivar la franqueza, la honestidad y la lealtad. Sin coraza y sin máscaras, solo con sinceridad.
Imágenes cortesía de Nicoletta Ceccoli
