Última actualización: 15 de diciembre de 2015
Quien vive intensamente su vida se habrá encontrado ante situaciones en las que la puerta que tenía delante estaba entreabierta. La vida, en efecto, oscila eternamente entre ir y venir, entre soltar o querer que algo o alguien se quede con nosotros.
Sabemos que puede ser complicado, pero se nos da una sola vida, y para eso debemos ir en busca de lo que nos hace felices al vivirlo.
Por esta razón, parte de nuestra felicidad radica en saber que puertas cerrar y cuales abrir por completo. Es bueno recordar que una puerta entreabierta, por lo tanto, solo equivale a la mitad de la felicidad.
Cierra las puertas que no conducen a ninguna parte
Por injusto que parezca, a veces hay circunstancias, situaciones o incluso recuerdos que nos bloquean en el presente. No podremos avanzar y no tendremos ganas de avanzar hasta que soltemos las cadenas que nos mantienen atados. y que, probablemente, nos perjudiquen.
Cuanto antes nos demos cuenta de lo que nos está haciendo daño, antes podremos cerrar esa puerta y seguir adelante.
“No por orgullo, no por incapacidad, no por orgullo, sino simplemente porque ya no hay lugar para eso en tu vida. Cierra la puerta, cambia el disco, limpia la casa, quita el polvo, deja de ser la persona que has sido y conviértete en la persona que eres."
-Paulo Coelho-
Seguro que te ha pasado, por ejemplo, que alguien a quien amabas o en quien tenías plena confianza ha decidido irse o simplemente se fue, sin decidirlo. Todo cambió de un momento a otro, y por eso el mundo nos parece un lugar cruel. No hay razón, pero lo que queríamos con nosotros ahora se ha ido.
Cuando sucede algo así, tienes que aprender a soltar y cerrar la puerta al dolor. Llega un momento en que el dolor ya no tiene por qué doler: las experiencias están hechas para aprender y los recuerdos para saber quiénes somos, no para impedirnos ser.
No dejes que lo que quiere detener tu vida pueda hacerlo. Nuestro hoy no es el mismo que ayer, y no podemos dejar que se convierta en mañana si no nos hace felices: nadie debe quedarse en el umbral, sin poder entrar o salir.
Una persona que no quiere estar con nosotros no nos deja dudas. Tomar decisiones y obligar a otros a tomarlas: quedarse o irse.
Decídete a abrir las puertas que quieras abrir
No es sólo nuestro presente el que permanece paralizado, sino también nuestro futuro. Y no son solo las cosas que no soltamos las que nos paralizan, sino también las cosas que no permitimos que nos alcancen.
"Si la oportunidad no llama, constrúyele una puerta".
-Milton Berle-
Todo el mundo tiene miedo de una situación nueva o desconocida. No sabemos qué será de nosotros ahora que esa persona se ha ido o qué pasará si dejamos que algo o alguien entre en nuestra vida y los moleste.
Pero recuerda, si sientes esta duda es porque algo dentro de ti te pide que le des una oportunidad. La vida es para aquellos que tienen el coraje de vivirla, no lo olvides.
Abre las puertas a nuevas experiencias, permite que se queden los que quieren quedarse. Puede ser la mejor manera de ser verdaderamente feliz.
Busca siempre tu felicidad completa
A veces podemos llegar a pensar que nuestras puertas hacia el futuro están completamente cerradas y que no hay nada detrás que sea capaz de darnos fuerza.
Aún así, tu felicidad depende de ti, y lo que pueden parecer puertas cerradas pueden, de hecho, estar abiertas. En realidad, muchas veces tenemos lo que necesitamos al lado y no nos damos cuenta porque estamos convencidos de que lo que nos está pasando no tiene solución.
Por nuestro bien, debemos entender que el mundo no dejará de girar para darnos tiempo para quejarse de algo que ya ha pasado o negarnos algo que necesitamos pero no tenemos el coraje de enfrentar. El camino continúa, y debemos continuar con él.
“Y cuando no puedas abrir una puerta, recuerda que no siempre es la llave la que está mal; a veces es la cerradura la que está o tal vez estás tratando de abrir la puerta equivocada".
-Marwan-