Última actualización: 15 de diciembre de 2015
A la soledad le tenemos miedo, todos, hombres y mujeres, pero no olvidemos que muchas veces no solo es necesaria, también es terapéutica. Estar solo significa poder pensar en nosotros mismos, lo que queremos, lo que soñamos y sobre todo lo que sentimos.
Estar solo no significa estar triste, significa disfrutar el momento, el día, los meses, los años, relajarse y vivir la vida.. La soledad se dignifica, nos aleja de relaciones incompletas, que nos hacen sentir mal.
se feliz contigo mismo
No podemos hacer que nuestra felicidad dependa de otra persona, de nuestra pareja. Amarnos a nosotros mismos es fundamental para que la otra persona nos ame. ¿Cómo podemos esperar que alguien más nos ame si no nos amamos a nosotros mismos?
La soledad está asociada al desarrollo espiritual, de hecho personajes como Cristo, Buda o Mahoma han tenido revelaciones cruciales en momentos de soledad. Además, la soledad está ligada a la creatividad, de hecho escritores, científicos y filósofos la han elegido como elemento fundamental para generar nuevas ideas.
Actualmente, las redes sociales como Facebook, Twitter e Instagram te permiten mantener contacto continuo con otras personas, pero parece que esto favorece la conexión con todos menos contigo mismo. El amor por nosotros mismos o pensar en nosotros mismos son a veces actos de egoísmo necesarios..
Hay una idea muy arraigada de por qué las cosas deben hacerse en compañía. Pero, ¿qué pasa si vamos solos al cine? ¿Y si nos quedamos solos en casa un sábado por la noche? ¿Si vamos a una exposición solos? Lo único que puede pasar es que disfrutemos del momento.
Con los años, la soledad es la mejor compañía.
Somos animales sociales, esto está bien establecido, pero con el paso de los años, la necesidad de estar continuamente con los demás disminuye cada vez más. A medida que envejecemos, tenemos más claros nuestros intereses y nos centramos en ellos, sin tener que intentar relacionarnos tanto con otras personas..
Simplemente logramos un equilibrio donde podemos disfrutar tanto de la soledad como del tiempo que pasamos en compañía de otras personas.. La soledad puede convertirse en una buena compañera para pasar el tiempo. No lo olvidemos.
La soledad puede ser la oportunidad de desarrollar nuestros miedos personales o laborales, de dedicarnos a nosotros mismos física y mentalmente. No estamos hablando de una soledad triste, sino de una soledad buscada y necesaria para reconciliarnos con nuestra mente y espíritu..
Di adiós a una relación incompleta
Muchas veces relacionamos la soledad con la soltería, pero si tenemos pareja y las cosas no van bien, sería bueno pensar profundamente en la relación que tenemos con esta persona y la que nos gustaría..
Mucho realismo crudo, duro, pero necesario para ver lo que no queremos ver. Una relación en la que no estamos bien no es sana, una relación en la que la pareja nos trata mal no es sana. Huimos de tales relaciones..
Decir adiós a lo que nos enferma es una tarea difícil, pero ciertamente no mata. Durante un tiempo recordaremos los buenos momentos compartidos con la otra persona, pero no debemos olvidar la realidad. Dejemos que el tiempo sane nuestras heridas, no debemos lanzarnos de cabeza a otra historia, más bien debemos aprender a disfrutar de nuestra propia compañía..
Obviamente, después de una ruptura siempre hay dolor, que puede durar seis meses, un año. Tal vez necesitamos llorar, caminar bajo la lluvia, tal vez necesitamos olvidar cada recuerdo que nos lleva al pasado... así que hagámoslo.!
Somos libres, con todo lo que implica esta condición. Decidimos, hacemos, paramos, caminamos, corremos, soñamos, besamos, abrazamos, miramos, miramos... vivimos la vida. Envolvámonos en la soledad, dejemos que se convierta en nuestro manto, liberemos nuestros pensamientos, dejemos que nuestros sentimientos lleguen a la superficie..