vacaciones y relacion

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Las vacaciones de verano son una prueba para cualquier pareja, ya que se pasa de compartir unas horas al día y los fines de semana a pasar 24 horas juntos.

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Última actualización: 24 marzo, 2022

Las vacaciones de verano son una prueba para cualquier pareja, ya que se pasa de compartir unas horas al día y los fines de semana a pasar 24 horas juntos.. Requieren una adaptación, que será un éxito o un fracaso, en función de las características de la relación de pareja y la flexibilidad psicológica de los socios.



En este artículo te explicaremos por qué la relación de pareja puede verse amenazada por las vacaciones, cuáles son los principales conflictos que viven las parejas en verano y cómo mejorar tu relación siguiendo 2 sencillas ideas.

¿Las vacaciones comprometen su relación más que otras relaciones?

La respuesta es si. La relación de pareja tiene algunas características que la diferencian de otras relaciones interpersonales, como las relaciones familiares, de amistad o laborales.

Por ejemplo, a diferencia de las relaciones con los familiares, con quienes, en la mayoría de los casos, tenemos un vínculo que consideramos indisoluble (pase lo que pase, la familia siempre permanece), la relación de pareja puede verse influenciada (según cómo vaya, estaremos juntos o no).

Ante esto, es muy común tener más paciencia con los familiares que con la pareja. Aunque sea inconscientemente, pensamos en el hecho de que hemos elegido a la pareja, pero no podemos elegir a la familia. En general, hay más tolerancia con los miembros más cercanos y directos de nuestra familia (madre, padre, hermanos, hermanas, primos, etc.), en comparación con la media naranja, con la que somos más exigentes.



¿Cómo afectan las vacaciones a la relación de pareja?

El verano y las vacaciones traen consigo cambios bastante importantes en nuestro día a día. Durante la mayor parte del año estamos atentos a horarios, hábitos, deberes (hijos, trabajo) y la pareja queda en un segundo plano.. Por esta razón, las personas están más acostumbradas a trabajar más en equipo que en pareja a nivel romántico.

Con la llegada del verano, la pareja cobra protagonismo, ya que es la época en la que se tiene más tiempo libre para estar juntos. Al pasar al primer lugar y dedicar más atención y tiempo, surgen una serie de problemas que, si no se gestionan correctamente, acaban provocando conflictos o problemas.

Problema No. 1: "Es como si mi media naranja me estuviera molestando"

Este problema surge cuando, acostumbrados a estar solos o más bien atentos a nuestras necesidades y deberes, nos vemos “obligados” a utilizar parte de nuestro tiempo y espacio y dárselo a nuestra pareja.

En otras palabras, si durante todo el año pasas poco tiempo con tu pareja, porque estás ocupado con el trabajo, la vida social y los niños, cuando los tienen, durante las vacaciones de verano todo esto falla y puede alterar el equilibrio.

Cada persona, aunque lleve mucho tiempo junta y se lleve bien todo el año, tiene intereses y hábitos diferentes y únicos. A lo largo del año podemos satisfacer nuestras necesidades individuales, pero durante las vacaciones de verano, también debe prestar más atención a los intereses y necesidades de su pareja. Esta condición se puede vivir con cierta incomodidad, lo cual es normal, pero debemos saber manejarla correctamente para no llegar a la conclusión de que nuestro amorcito es una fuente de molestia, porque no nos deja hacer estamos acostumbrados. a hacer ".



"El amor comienza cuando una persona siente que las necesidades del otro son tan importantes como las propias"
-Harry S. Sullivan-

Problema nº2: "No usamos el tiempo de vacaciones, no hacemos nada"

Hay parejas que discuten porque sienten que no están aprovechando el tiempo que pasan de vacaciones. O se quedan en casa, van al campo a visitar a su familia o incluso hacen un viaje que resulta ser una mala experiencia. En estos casos, El conflicto surge cuando ambos esperan que el otro planifique el tiempo de vacaciones o tome la iniciativa y proponga actividades, paseos o salidas.

Es posible que uno de los dos haya adoptado el rol de quien “propone y dirige” y el otro el rol de quien “toma y no toma la iniciativa”. Puede ocurrir que para uno de los dos miembros de la pareja no sea fácil proponer actividades recreativas en vacaciones y que, en consecuencia, el otro se ocupe de proponer y planificar.

El conflicto surge cuando el que "propone y dirige" se cansa de tener que tomar la iniciativa, por lo que ella responsabilidad de planificar las vacaciones recae en la persona que no sabe cómo hacerlo porque nunca lo ha hecho.

De esta forma, ambos socios depositan la responsabilidad de organizarse en el otro, y como nadie toma las riendas (cada uno por sus propios motivos), las vacaciones se convierten en un momento de regaños por lo que hacen o dejan de hacer.

Llega un momento en que regañamos a la otra persona por no poder ir a un lugar u otro, como uno de nosotros no lo dijo, no lo propuso o porque a pesar de que se sugirió la actividad o la caminata, nadie realmente intentó hacerlo.


Problema # 3: "De repente me doy cuenta de que todo está mal"

Es normal ver en nuestra pareja comportamientos y actitudes que nos gustan y otros menos, y siempre tener expectativas sobre cómo debe ser la persona con la que estamos conectados. Cuanto más tiempo pasamos con una persona, más normal es que nos molesten los defectos que notamos. Cuando pasamos más tiempo con nuestra pareja, sentimos que lo que nos molesta nos molesta aún más. En lugar de desarrollar tolerancia, es nuestra vulnerabilidad la que aumenta.


Por ejemplo, si normalmente nos molesta que nuestro amorcito sea lento al levantarse por la mañana, es posible que experimentemos altos niveles de malestar durante las vacaciones. Esto se debe a que este hábito puede llevarte a no terminar nada por la mañana, a llegar tarde a los lugares que quieres visitar o a tener la sensación de que tu pareja te frena y te impide disfrutar de tus vacaciones.

El conflicto surge cuando las características de la pareja que no nos gustan se notan más que las que nos gustan. Es más, la gente, en general, se vuelve más exigente con los demás durante las vacaciones porque los esperamos todo el año e invertimos tiempo y dinero.

Por ello, en vacaciones mantenemos un margen de tolerancia a la frustración más estrecho, queremos que todo salga perfecto y soportamos menos contratiempos que, en otras ocasiones, aceptaríamos sin alterarnos.

¿Es inevitable tener una ruptura de pareja durante las vacaciones?

No, absolutamente no. Es cierto que el verano pone a prueba a muchas parejas. Sin embargo, la relación se mantiene sana y sólida. Puede haber algunas discusiones durante las vacaciones como resultado del tiempo que pasa con su pareja, pero eso no conduce necesariamente a una ruptura de la relación.

Lo ideal para no tener una crisis durante las vacaciones de verano es trabajar a nivel personal. Para ello, aquí tienes algunas ideas prácticas para mejorar y hacer crecer tu relación de pareja.

 

3 ideas para mantener los conflictos matrimoniales bajo control este verano

1. Esfuérzate por encontrar los aspectos positivos de tu pareja y señalárselos

Es muy importante tener los 5 sentidos preparados para captar lo que más nos gusta de nuestra pareja. Los seres humanos tenemos una importante tendencia a considerar y valorar más los aspectos negativos que los positivos. Y debemos contrarrestar activamente esta tendencia para hacer crecer el vínculo que nos une a nuestra pareja o socio.

"Sigue tu corazón pero lleva tu cerebro contigo" -Alfred Adler-

Es de vital importancia hacerle saber a nuestra pareja qué cualidades nos gustan de ella o él. Es muy tranquilizador que nos señalen las cosas en las que somos buenos, que nos digan que somos atractivos, tales observaciones aumentan mucho nuestra energía positiva.

2. Mantener una buena comunicación, con escucha activa, empatía y contacto visual

La comunicación es la clave para gestionar con éxito las diferencias en la pareja. Además, es un vehículo que nos permite establecer relaciones intensas e íntimamente conectadas. Para que la comunicación sea efectiva, debe darse a través de la escucha activa, la empatía y el mantenimiento del contacto visual.. De esta forma le hacemos saber a la pareja que todos nuestros sentidos están activos para una buena comunicación.

3. Organiza las vacaciones y planifica momentos en los que todos sean libres

Estar de vacaciones no significa necesariamente pasar todo el tiempo juntos. Es muy sano y provechoso para la pareja que cada uno aproveche momentos en los que pueda estar solo, sin estar atado a la otra persona. Saber estar con uno mismo es la mejor receta para ganar seguridad y confianza en uno mismo y proyectar todo ello en la relación de pareja. Tómate un momento de intimidad y soledad para ayudarte a conectarte con tus emociones y necesidades individuales.

En conclusión, recuerda que la relación es una parte de tu vida que debes nutrir y nutrir durante todo el año. El verano pondrá a prueba tu relación, si es sólida y los aspectos positivos son más que los negativos, una discusión no tiene por qué llevar a una ruptura oa pensar que la pareja no es la adecuada para nosotros.

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