Conoces a una persona, se presenta, y después de cinco segundos te das cuenta de que has olvidado su nombre. Estás tan avergonzado que no tienes el valor de preguntarle de nuevo y cuando vuelves a verla, no puedes recordar su nombre.
En realidad, no hay razón para avergonzarse, es algo que le pasa a todo el mundo. De hecho, es un fenómeno tan común que los investigadores de la Open University, Walton Hall, organizaron un experimento para comprender por qué solo los nombres propios se olvidan tan fácilmente.
Estos psicólogos concluyeron que olvidamos los nombres porque no tienen para nosotros el mismo significado que puede tener, por ejemplo, una profesión. Además, cuando conocemos a una persona, estamos tan ocupados procesando su primera impresión para adaptar nuestro comportamiento a ella, que nuestros recursos cognitivos se saturan.
Pero la mayorÃa de la gente espera que otros recuerden sus nombres, por lo que serÃa muy beneficioso socialmente aplicar algunas técnicas para recordar nombres nuevos. AsÃ, en nuestro próximo encuentro, dejaremos gratamente sorprendidos a nuestros interlocutores y daremos muy buena impresión.
- Repite el nombre
¿Recuerdas cuando fuiste a la escuela y trataste de memorizar las tablas de multiplicar? ¿Qué hiciste? Seguramente los repitió en voz alta. Podemos aplicar la misma estrategia para fijar el nombre de una persona en nuestra mente. Repita esto varias veces durante la conversación, por supuesto, asegurándose de que suene natural. AsÃ, no solo memorizarás el nombre, sino que también serás más simpático, porque demostrarás que es importante para ti.
Vale la pena mencionar que este es un truco cientÃficamente probado por algunos psicólogos de la Universidad de Waterloo. Estos investigadores reclutaron a un grupo de estudiantes y les pidieron que memorizaran algunas listas. La diferencia fue que algunos debÃan repetirlo en voz alta mientras que otros debÃan aprenderlo en silencio.
Como puede adivinar, aquellos que pudieron repetir la lista en voz alta la recordaron mejor. ¿Porque? Estos psicólogos creen que la explicación depende de que cuando hablamos nuestro cerebro procesa la información de forma diferente, priorizándola y por tanto facilitando la memorización.
- Asociar el nombre con una caracterÃstica personal
En realidad, los nombres propios no tienen significado, son sÃlabas sin sentido, y por eso nos cuesta más recordarlos que la profesión de la persona. Por tanto, una excelente estrategia para memorizar un nombre es asociar esta palabra con alguna caracterÃstica propia de la persona o colega. Por ejemplo, en el caso de un hombre con bigote, es posible vincular su nombre a un personaje que nos parece significativo y que también tenÃa bigote.
De esta forma, estamos creando una red dentro de nuestra memoria, lo que hará que el nombre sea más fácil de recordar. Imagina la memoria como una tienda departamental, si pones el nombre en el primer estante al azar, probablemente ya no podrás encontrarlo. Pero si todo está ordenado, mediante conexiones, sabremos llegar fácilmente al nombre.
- Jugar con el nombre
Tendemos a recordar mejor las cosas que nos parecen divertidas. Varios estudios han demostrado que el humor nos ayuda a recordar mejor, uno de los más recientes se llevó a cabo en la Universidad de Texas. En esa ocasión, se reclutó a un grupo de estudiantes que deseaban aprender inglés. Durante una semana, algunos utilizaron la gramática clásica mientras que otros utilizaron una dosis de buen humor. Los psicólogos descubrieron que después de un mes, los estudiantes que se habÃan divertido también recordaban gran parte del contenido.
¿Cómo aplicar esta idea para recordar un nombre? Juega con el nombre, imagina situaciones extrañas y divertidas. Por ejemplo, si el nombre que desea recordar es "César", puede imaginar que la persona está vestida como un emperador romano. El único lÃmite es tu imaginación.