El idioma es una de las herramientas más poderosas que tenemos. Con las palabras podemos acercarnos, entendernos, pedir ayuda, recibir consuelo ... Pero con las palabras también podemos distanciarnos, malinterpretarnos, lastimarnos ...
A veces, "las palabras violan el entendimiento, confunden a la gente y llevan a la humanidad a innumerables y vanas controversias y errores", dijo Francis Bacon. Las palabras pueden convertirse en una forma más o menos sutil y disfrazada de abuso psicológico en las relaciones. Sin embargo, la violencia verbal solo genera insatisfacción, frustración y, en última instancia, sumisión.
El principal problema es que identificar el abuso verbal no es fácil. A veces es difícil distinguir una discusión acalorada en la que decimos cosas que no se deben decir mediante manipulación y abuso, por lo que terminamos justificando al otro o buscando justificaciones para nuestras palabras.
Por otro lado, la violencia y la manipulación verbal engloban un amplio abanico de actitudes que van más allá de los insultos y las amenazas. Muchas veces el abuso verbal ocurre en secreto, y como proviene de aquellos a quienes amamos, es difícil reconocerlo.
5 formas de manipulación verbal en las relaciones
1. Retención, silencio e indiferencia como armas de control
La retención es una forma de abuso psicológico en la que una persona se niega sistemáticamente a compartir información con la otra. La persona recurre al silencio. Deja de hablar como castigo y se limita al uso de monosílabos y frases esenciales. Entonces hace que la otra persona se sienta culpable y ceda a sus demandas.
Cuando en una relación uno de los dos no comparte sus ideas y sentimientos, se condena al otro a una especie de ostracismo psicológico, sometiéndolo a una fuerte presión. La víctima comprende que algo anda mal en la relación, pero se mueve como un ciego porque se cortaron los canales de comunicación. De esta forma se crea una especie de guerra fría de la que es muy difícil salir sin capitular.
2. Bloqueo del diálogo, cuando el objetivo es mantener el conflicto
Esta estrategia de manipulación verbal es desviar la atención del problema principal. La persona es quien decide qué temas de comunicación son apropiados y bloquea los que siente más sensibles, generalmente porque minan su posición de poder en la relación.
De esta manera trae un elefante a la habitación. Ambos son conscientes de que existe un conflicto, pero este se convierte en un tabú que la víctima no se atreve a tocar porque teme la reacción del otro.
3. Trivialización, minimización del mundo interior del otro
La trivialización es una estrategia de manipulación verbal en la que la persona invalida los sentimientos o ideas del otro. Puede suceder a través de una crítica o una broma, pero el objetivo siempre es menospreciar la realidad interior del otro o hacer que sus pensamientos, acciones o sentimientos parezcan insignificantes y triviales.
La persona trivializa todo lo que dice o sugiere su víctima, incluso negándole la validación emocional que todos necesitamos para sentirnos empoderados. Él puede etiquetarla como demasiado sensible, infantil o sin experiencia. Luego llega el punto en el que la víctima cuestiona y duda de sus propias opiniones. En casos extremos, la víctima se sentirá mal por pensar cómo piensa o siente lo que siente. Creerá que hay algo incorrecto o inapropiado en sus reacciones.
4. Negación, negación de la propia responsabilidad.
La negación es una estrategia de manipulación verbal muy común. Ocurre cuando la persona no reconoce que ha cometido un error, niega su comportamiento o los resultados del mismo. Es la negación de la responsabilidad individual y la negativa total a aceptar las consecuencias de las propias acciones, actitudes o palabras.
Esta persona siempre buscará la forma de justificar y racionalizar su comportamiento. El problema es que al negar la parte de responsabilidad de uno, la relación entra en un callejón sin salida, tanto que la víctima se ve obligada a soportar el peso, un peso que debe ser compartido.
5. Culpar y criticar, la última estrategia de manipulación
La manipulación y el sentimiento de culpa son herramientas a través de las cuales intentamos transferir toda la responsabilidad al otro. No hay negación sino acusación directa. La persona culpará al otro por todos los conflictos y problemas en la relación. También suele culparla por sus propias insatisfacciones y fracasos en la vida. De esta forma logra someter a su víctima.
Es normal que la persona utilice la crítica como arma. Continuamente criticará y juzgará a su víctima hasta que pierda la autoestima y la confianza en sí misma. Cuando la víctima acaba sintiéndose más vulnerable psicológicamente, acepta la culpa que intentan depositar sobre él y se somete a los deseos del otro.
Ser capaz de identificar la manipulación verbal es el primer paso para frenarla. Por eso es importante estar atento a los pequeños signos que indican que la comunicación en una relación ya no es asertiva. Una señal es que las discusiones, lejos de resolver problemas, generan nuevos conflictos y aumentan el descontento. En ese momento hay que detenerse a recapitular, porque quizás uno de los dos esté utilizando el conflicto como arma para obtener beneficios secundarios en la relación.
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