¿Alguna vez te has sentido tan estresado y exhausto que no puedes pensar con claridad? Probablemente ya sepas que el estrés crónico, prolongado en el tiempo, no es bueno para ti, pero también debes saber que provoca una disminución de volumen en determinadas zonas del cerebro, precisamente las implicadas en el pensamiento, la regulación emocional, el autocontrol y la creación de nuevos recuerdos.
El estrés te sumerge en un ciclo de negatividad
Los neurocientíficos de la Universidad de Yale encontraron que el estrés reduce el volumen de materia gris en áreas del cerebro responsables del autocontrol; en particular, provoca una pérdida de conexiones sinápticas entre las células cerebrales. Los datos indican que el estrés suprime la expresión de varios genes que son esenciales para la formación de estas conexiones.
De hecho, estos investigadores vieron que las personas que habían sufrido estrés crónico y habían pasado por numerosos eventos negativos en su vida mostraban menor volumen en áreas como la corteza prefrontal, la ínsula, la corteza cingulada anterior y el hipocampo, regiones que regulan las emociones y son vinculado con el autocontrol, la memoria, el aprendizaje y el procesamiento cognitivo.
Y por si fuera poco, esta reducción de volumen aumenta la vulnerabilidad a la depresión, al desarrollo de adicciones u otros trastornos psicológicos. El problema es que si el cerebro sufre estos cambios te será más difícil lidiar con situaciones estresantes, y esto te sumirá en un ciclo negativo porque también te será difícil tomar el control y prevenir situaciones y tus reacciones de se está saliendo de las manos.
Un cerebro estresado tiene menos capacidad de procesamiento de datos y, a menudo, lo maneja de manera fragmentada. Esto explica por qué, cuando estamos estresados, nuestro patrón de pensamiento es tan negativo y repetitivo, porque no podemos dejar de pensar en los problemas y las preocupaciones no nos hacen dormir. En la práctica, es como si el cerebro estuviera atrapado en un ciclo negativo que se repite una y otra vez.
5 formas científicamente probadas de revertir el daño que el estrés causa al cerebro
No se desanime. No es imposible reducir el nivel de estrés e incluso revertir el daño cerebral. Pero cuanto antes empieces mejor, porque aunque el cerebro tenga una enorme plasticidad que le permita recuperar zonas dañadas, todavía no es un mecanismo mágico.
¿Cómo se puede revertir este proceso?
William James nos da una pista: "La mejor arma contra el estrés es nuestra capacidad para elegir un pensamiento sobre otro".
1. Diga "no" más a menudo. Un estudio realizado en la Universidad de California reveló que cuanto más difícil es para las personas decir "no", más probabilidades tienen de sufrir estrés, fatiga e incluso depresión. Aprender a decir "no" de una manera determinada te permitirá no involucrarte en demasiados proyectos ni asumir compromisos que sean una fuente de estrés adicional.
2. Disfrute del silencio. Un experimento realizado en el Centro de Investigación de Terapias Regenerativas de Dresde descubrió que el silencio es una herramienta excelente para promover la neurogénesis en el hipocampo. Por eso, además de ayudar a relajar y aliviar el estrés, disfrutar de unas horas tranquilas al día también es bueno para el cerebro.
3. Practique la meditación de atención plena. La meditación de atención plena no solo reduce el estrés y elimina los pensamientos rumiativos, sino que también estimula el crecimiento de la materia gris. Esto fue demostrado por investigadores de la Universidad de Harvard, quienes encontraron que 27 minutos de meditación al día durante ocho semanas es suficiente para que ocurran cambios estructurales positivos en el cerebro, que también involucran una amígdala menos activa, una señal de que el estrés y la ansiedad disminuyen.
4. Ejecutar. Numerosos estudios, incluido uno realizado en la Universidad de Jyväskylä, confirman que el ejercicio aeróbico, en particular correr, es muy beneficioso para el cerebro ya que estimula la neurogénesis en áreas como el hipocampo. También se ha encontrado que correr alivia el estrés al promover la producción de endorfinas y, por último pero no menos importante, libera la mente y aumenta el flujo sanguíneo a las áreas prefrontales del cerebro, precisamente aquellas relacionadas con el pensamiento y el autocontrol.
5. Tenga más sexo. Sí, los neurocientíficos de la Universidad de Princeton han descubierto que el sexo no solo promueve la neurogénesis, sino que también estimula el crecimiento de las dendritas, que son esenciales para que las neuronas se comuniquen entre sí.