¿Te sientes mal cuando tienes que saltarte un entrenamiento? ¿Estar en forma se ha convertido en una obsesión? En este artÃculo hablaremos de cuándo y cómo el cuidado del cuerpo se convierte en un problema.
Última actualización: 22 de junio de 2022
Hoy en dÃa somos más conscientes de la importancia de llevar un estilo de vida saludable y de las consecuencias del sedentarismo. Nos cuidamos mejor que hace treinta o cuarenta años, porque sabemos que esto significa no sólo vivir más, sino también mejor. Pero no todo es sencillo: ¿cuándo el deporte puede convertirse en un problema?
Los cambios en el estilo de vida, a su vez, nos han hecho más conscientes de la necesidad de reconectarnos con el bienestar. Sabemos que es recomendable mantener la salud fÃsica y mental.
Hoy cuidamos el cuerpo y la dieta sin precedentes. No solo tenemos más conocimientos sobre nutrición y ciencias del deporte, sino que también tenemos numerosas fuentes de donde obtener más información. La desventaja de todo esto es que nuestra sociedad le da mucha importancia a la apariencia fÃsica.
Cuando el deporte puede convertirse en un problema
Para muchas personas, la actividad fÃsica se convierte en una obsesión, sentir la necesidad de practicar ejercicio de alta frecuencia e intensidad casi compulsivamente para evitar la culpa.
Es difÃcil saber si esta angustia es una obsesión o una adicción, ya que esta es un área de investigación reciente y los términos a menudo se confunden.
Independientemente de si lo etiqueta como una adicción o una obsesión por los deportes, puede llevar algún tiempo darse cuenta del problema. Lo paradójico es que al tratarse de una actividad saludable, que ofrece múltiples beneficios más que comprobados, es difÃcil verlo de otra forma..
Cómo saber si se ha desarrollado una adicción al deporte
La adicción al deporte comparte caracterÃsticas con varios trastornos mentales y del comportamiento, como el dominio sobre otras actividades, los trastornos emocionales, la tolerancia y los sÃntomas de abstinencia. Por lo tanto, es bueno conocer las siguientes señales de alarma:
- Sentir la necesidad de entrenar prácticamente todos los dÃas y empezar a vivirlo como una necesidad.
- Si un dÃa no es posible hacer el entrenamiento, al dÃa siguiente intentas recuperarte.
- Se vuelve difÃcil disfrutar plenamente del tiempo libre con otras personas porque se ve como una pérdida de tiempo que podrÃa dedicarse a entrenar.
- Sentirse mal cuando no es posible entrenar.
- Dedica gran parte de tu tiempo a entrenar. No interrumpa incluso si está enfermo o si tiene una lesión.
- El deseo de mantenerse en forma lleva a discutir con la familia u otros seres queridos. porque no entienden la necesidad de capacitarse y requieren más atención.
Cuando el deporte se vive de esta manera, no solo provoca un desgaste fÃsico sino también mental.. La preocupación intensa por la actividad fÃsica también puede enmascarar problemas más serios, como un trastorno alimentario o dismorfismo muscular (vigorexia).
En el primer caso, la actividad fÃsica pretende compensar los excesos con una menor ingesta de alimentos y el beneficio buscado es el mantenimiento o reducción del peso corporal. En el caso del dismorfismo muscular, se altera la percepción del cuerpo, por lo que la persona nunca se siente lo suficientemente musculosa.
Más allá de eso, el propio deporte puede convertirse en un mecanismo de escape para evitar pensar o enfrentarse a determinados problemas. Lo que inicialmente puede parecer un antÃdoto contra el estrés termina convirtiéndose en un problema cuando se adopta como estrategia de afrontamiento preferida.
¿Cómo lidiar con los sentimientos de culpa?
La culpa puede atraparnos fácilmente en los casos descritos. Para gestionarlo, podemos tener en cuenta lo siguiente:
- El cuerpo debe descansar. Un deportista es consciente de la importancia del descanso; no pierdas de vista este aspecto.
- Conoce los beneficios de la actividad fÃsica para la salud y la importancia de practicarlo con moderación, sabiendo que es perjudicial si se realiza con demasiada frecuencia e intensidad, como fracturas por estrés o tendinitis crónica.
- Recuerda las razones iniciales. Probablemente empezamos a hacer deporte por placer y para mejorar, no para evitar enfermarnos.
- Presta atención a los mensajes internos.. Reconocer y cuestionar los pensamientos dañinos es clave. Puede ser más complicado de lo que parece y puede requerir ayuda profesional. No dudes en pedirlo.
- Evita instalar aplicaciones vinculados a la actividad fÃsica, ya que pueden alimentar la adicción y la obsesión, especialmente si te desafÃan a alcanzar ciertas metas, afectando la autoestima.
- Compartir los resultados en las redes sociales hace que el ejercicio sea competitivo y esté sujeto a la opinión externa. Esto podrÃa causar problemas a los más vulnerables.
- DedÃcate a lo realmente importante. El deporte te ayuda a sentirte mejor y a aliviar el estrés. Da sensación de bienestar gracias a las endorfinas, pero nada como pasar tiempo con las personas que más quieres para tener una vida plena.
- Evita las carreras, especialmente si se convierten en una fuente de estrés.
Dedicarnos tiempo a nosotros mismos, evitar el sedentarismo, cuidar la alimentación y respetar una higiene saludable del sueño y el descanso es la base de la salud fÃsica y mental.
Sin embargo, si nos convertimos en esclavos de una vida sana, obsesionados por estar en forma, con patrones y horarios de alimentación estrictos, el deporte puede convertirse en un problema. El secreto es siempre el equilibrio.