Cada vez son más las personas que redescubren el placer de cultivar, de ver crecer las plantas a partir de semillas. Cuidarlos y observar cómo entregan su fruto también alimenta nuestras esperanzas.
Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.
Última actualización: 15 2021 noviembre
Hoy es una imagen común: son muchas las personas que se han lanzado a la empresa de cultivar una huerta en casa. En la terraza, en el balcón, en la veranda o en las ventanas hay macetas en las que crecen tÃmidas plántulas. Plantas que con nuestro cuidado, nuestra dedicación y nuestra paciencia ofrecerán frutos comestibles en pocos meses.
Para muchas personas es poco más que una moda. Las redes sociales se saturan de imágenes de personas, tanto anónimas como famosas, que han comenzado a presumir de sus pequeños huertos familiares. Estas fotos obtienen miles de likes, mostrándonos cómo podemos crear un jardÃn ecológico a partir de unas pocas semillas, compensando la falta de espacio con creatividad y dedicación.
Pero para los expertos no se trata de moda y ni siquiera es un intento de dedicarnos a una actividad creativa cuando no tenemos nada que hacer. En realidad este ejercicio, o pasión, es también una forma de volver a los orÃgenes, de contactar con la tierra, a algo básico para el ser humano.
No nos mueve el miedo a quedarnos sin comida en cualquier momento; ni siquiera es un intento desesperado de alimentarse de manera autosuficiente, de cultivar ajos y tomates en el balcón en caso de hambruna. Es un regreso a la naturaleza para encontrar la calma, para reconectar con un elemento primordial y tranquilizador.
Cultivar una huerta en casa: el regreso a la tierra
El poeta Rabindranath Tagore solÃa decir que la gente tiene la costumbre de maltratar la tierra y no ofrece a cambio sus frutos. Eso es todo.
Un gran número de personas en estos dÃas está experimentando el interés de volver a la tierra, en contacto con ese suelo que nutre, protege y, en definitiva, da vida.
De repente, tener tiempo y vivir a un ritmo más pausado, Ãntimo y con una mirada introspectiva, despertó en nosotros la curiosidad por la tierra y el interés por ver brotar plantas, semillas, flores y frutos... Cultivar una huerta en casa no es una tarea sencilla. capricho en los dÃas aburridos. Muchos están experimentando beneficios inesperados de esta actividad.
Cultivar la tierra para reconectar con uno mismo
A veces necesitamos espacio para sentirnos bien, para pensar, para encontrar la calma en un mundo que sufre, que cambia rápidamente. Sobrevivimos lo mejor que podemos, pero también descubrimos algo nuevo cada dÃa.
Muchos crean, otros simplemente descansan para regenerarse, para calmar la ansiedad. Y otros han optado por dedicar unas horas de su dÃa al cultivo casero.
Es interesante descubrir que cultivar una huerta en casa es un ejercicio que regenera nuestra salud mental.
Jennifer Atkinson, profesora de la Universidad de Washington, explica en su trabajo de investigación Nature, Fantasy and Everyday Practice que un huerto o una huerta ayuda a manejar el estrés, ayuda a pensar en posibles formas de resolver problemas y favorece la conexión con nosotros mismos.
Cultivar una huerta no por miedo, sino para entrar en contacto con la tierra y verla brotar
DecÃamos al principio: cultivar una huerta en casa no es una actividad en respuesta al miedo. No tenemos miedo de quedarnos sin opciones.
Sin embargo, debemos decir que en tiempos de crisis y penurias esta práctica era común y puede haber dejado en nosotros un pequeño rasgo instintivo.
Más allá de que nos dediquemos a esta práctica por necesidad o no, hay un hecho innegable: cultivar semillas, verlas crecer y dar un fruto o una verdura es uno de los ejercicios más gratificantes para el ser humano. Siempre ha sido asÃ. El contacto con la tierra nos devuelve a los orÃgenes y esto no nos ofrece un simple placer.
Surge en nosotros una especie de esperanza de ver cómo crecen las plantas, cómo brota el fruto y, finalmente, cómo cuelga la planta, con la esperanza de hacerse notar.
Cultivar una huerta en casa, una alternativa a los dispositivos electrónicos
Cultivar un huerto en casa es una forma de relajar el cerebro. Este Dia la tecnologÃa es nuestra aliada, es un hecho. Gracias a ella estamos en contacto con amigos, familiares, compañeros de trabajo. Las pantallas de los móviles y los ordenadores llenan nuestras horas y crean puentes con los que están lejos.
A pesar de ello, cuando contestamos el teléfono o finalizamos una videollamada nos sentimos invadidos por una sensación de vacÃo. Ese vacÃo inexplicable se puede llenar con la jardinerÃa y esas huertas en la terraza o balcón.
Cultivar es crear, entrar en contacto con la tierra, aprende a cuidarlos y a ser paciente. Los dÃas pasan más rápido viendo crecer y florecer esa planta, dar sus pequeños frutos...
No tienen nada que perder con intentarlo, sumergiéndonos en esta práctica milenaria que muchas veces va mucho más allá del abastecimiento y la nutrición.