El ocio y el sueño necesitan tanta protección de los dispositivos digitales como nuestra capacidad de concentración. Pero la distracción y el descanso cada vez más digitales no van de la mano.
Por lo general, pensamos en nuestros dispositivos digitales y nuestras vidas que nos distraen del trabajo o que llaman nuestra atención cuando deberÃamos concentrarnos en otras cosas. Para los crÃticos de la cultura digital, revisar constantemente las redes sociales en el lugar de trabajo o enviar mensajes de texto mientras conduce (!), Son ejemplos de cómo la tecnologÃa se apodera de nuestras vidas.
Yo lo llamo: distracción digital.
Eso sÃ, es cierto que este tipo de distracción digital es problemático y cuando estás al volante de un coche es absolutamente peligroso. El tipo que entregó la bolsa equivocada a los Oscar parece haberse distraÃdo con un tweet. Algunos accidentes de aviones y helicópteros también se han atribuido a la distracción de los dispositivos. Pero como se ha demostrado ampliamente, estos accidentes pueden ocurrir incluso sin vehÃculos.
La distracción digital no solo es un problema cuando las personas están trabajando o tratando de concentrarse, sino que también puede ser un obstáculo para descansar.
No prestamos mucha atención al descanso y lo consideramos como una de las muchas cosas en las que podemos mejorar. Vivimos en una cultura que trata el exceso de trabajo como una insignia de honor. El descanso parece ser visto como una especie de debilidad y asume que las largas horas en la oficina y el agotamiento son el precio del éxito.
Un siglo de investigación ha demostrado que el esfuerzo excesivo crónico es terrible tanto para las personas como para las organizaciones. La ciencia también deja en claro que los descansos, las vacaciones y los fuertes lÃmites entre el trabajo y la vida privada hacen que las personas sean mejores trabajadores. Finalmente, trabajos recientes en neurociencia y psicologÃa muestran que las actividades recreativas aparentemente improductivas (como las largas caminatas después del trabajo duro) juegan un papel secreto en la vida de algunas de las personas más creativas y prolÃficas de la historia.
Las personas muy creativas suelen dedicar mucho tiempo a lo que los psicólogos denominan "divagación mental", un estado en el que no te concentras en nada en particular, pero le das a tu mente la libertad de explorar por sà misma.
Lo que muchos futuros premios Nobel, autores de éxitos de ventas y pintores destacados descubren es que durante esos perÃodos de divagación mental, su subconsciente creativo a menudo genera conocimientos y soluciones a problemas que han escapado a sus esfuerzos conscientes por resolverlos. En otras palabras, lo que al principio parece ser una pérdida de tiempo es realmente muy valioso, de hecho, lo suficientemente valioso como para hacer que las prácticas que apoyan la deambulación mental sean una parte integral de su rutina diaria. Y los dispositivos obstaculizan el descanso y, en última instancia, la distracción mental y la creatividad.
Subestimamos sistemáticamente el tiempo de interacción con nuestros dispositivos. A fines de 2015, los psicólogos de investigación de la Universidad de Lancaster instalaron una aplicación para teléfonos inteligentes que midió con precisión cuánto tiempo pasaban interactuando con sus teléfonos, y luego lo compararon con la cantidad de tiempo que se estima que pasaron los usuarios.
Descubrieron que los usuarios subestimaban en gran medida la cantidad de veces que revisaban sus teléfonos y la cantidad total de tiempo que pasaban interactuando con sus dispositivos. La mayorÃa de las interacciones consistieron en breves interrupciones de encendido y apagado que duraron unos segundos o un minuto, lo que las hizo fáciles de subestimar. Los usuarios también tendÃan a suponer que verificaban rápidamente solo una cosa, pero luego eran desviados o arrastrados a una conversación o video.
Como dijo la autora principal, Sally Andrews
"El hecho de que usemos nuestros teléfonos con el doble de frecuencia de lo que pensamos indica que el uso de teléfonos inteligentes parece ser habitual, un comportamiento automático que desconocemos".
El hábito de buscar dispositivos cuando las cosas se ponen un poco aburridas, o reaccionar ante el aburrimiento revisando nuestro correo, dificulta que aprendamos a practicar el descanso intencional. Cuando la mente se acostumbra a estÃmulos perpetuos, un flujo constante de navegación, desplazamiento y salto entre pestañas y ventanas y aplicaciones (o adquiere "el mal hábito de disfrutar a la ligera y olvidar por completo una serie interminable de ideas desconectadas", como dijo el psicólogo Graham Wallas ), es más difÃcil para la mente quedarse quieta y no concentrarse. Estas inyecciones de dopamina son difÃciles de dejar.
Finalmente, por supuesto, solo hay 24 horas en un dÃa. Cuanto más tiempo pasamos en lÃnea, menos tiempo tenemos para nosotros. Cuanto más tiempo pasamos viendo lo que hacen los demás, cuanto menos tiempo tenemos para nuestros pensamientos.
Entonces, ¿cómo lidiamos con esta situación? No podemos abandonar los dispositivos digitales, podemos aprender a ser reflexivo sobre cómo los usamos, más conscientes de cómo intentan usarnos y desarrollar hábitos y prácticas que nos devuelvan el control.
Esto no solo mejorará nuestra vida laboral o nuestra productividad. También mejorará nuestra capacidad para descansar bien. Y descansar bien mejora nuestro equilibrio entre la vida personal y laboral, nuestra capacidad para desconectarnos del trabajo y también nuestra creatividad. Recuperar nuestro tiempo libre de la distracción digital, parece, es tan importante como restaurar nuestra capacidad para concentrarnos en el trabajo.