Cada individuo debe encontrar el equilibrio entre las actividades recreativas y laborales en su vida diaria para beneficiarse de las emociones que se liberan con la diversión.
Última actualización: 18 de febrero de 2022
Ha llegado el momento de empezar a ver la diversión como una actividad de catarsis emocional, poniéndola al mismo nivel que el trabajo, las comidas y el descanso. Divertirse significa dedicar tiempo a actividades recreativas fuera del trabajo o tareas del hogar. Son actividades realizadas de forma voluntaria, para su propio placer.
La diferencia entre actividades recreativas y obligatorias varía de persona a persona. Para algunos, jugar, dibujar y cocinar pueden ser formas de divertirse, mientras que para otros pueden ser un trabajo. Por eso es importante que todos encuentren una actividad recreativa que le permite divertirse desconectando de los compromisos de la vida.
Divertirse como actividad de catarsis emocional nos ayuda a sentirnos mejor.
Divertirse es una actividad que ofrece grandes beneficios para el cuerpo y la mente. Sirve para descansar, sentirse bien, relajarse y también para socializar con otras personas. El aspecto más importante, sin embargo, es que ayuda a liberar emociones.
Divertirse para liberar emociones
Las actividades recreativas pueden ofrecer innumerables beneficios para nuestra salud física, mental y emocional. Mejoran nuestro estado de ánimo, fortalecen la motivación personal y nos hacen menos vulnerables al estrés. En otras palabras, se convierten en un recurso para afrontar mejor los problemas de la vida. Cualquiera que quiera disfrutar de una buena salud deberá buscar un equilibrio entre el trabajo y las actividades de ocio.
Tan fácil de decir... como difícil de lograr. La verdad es esa la mayoría de la gente asocia la diversión con una pérdida de tiempo, como reflejan algunas estadísticas. Otras razones son la falta de tiempo o de ideas.
El secreto es invertir en investigación y organización ante todo. Tener una actitud abierta también jugará a nuestro favor, al igual que los niños afrontan con ilusión cada nuevo descubrimiento.
Y es precisamente de ellos que podemos aprender: aunque crezcamos de año en año, nunca llega una edad en la vida en la que uno no pueda cambiar la rutina y decidir explorar caminos nunca antes recorridos.
Algunos especialistas aconsejan dedícate a divertirte como si fuera una verdadera droga. Divertirse tiene efectos sorprendentes en el cuerpo y la mente. Éstos son algunos de ellos:
- Favorece el trabajo del sistema cardiovascular, mejorando la respiración y la circulación.
- Ayuda a los ciclos digestivos, evitando irregularidades.
- Potencia la creatividad y la imaginación.
- Fortalece el sistema inmunológico.
- Consolidar y hacer crecer los puntos de apoyo.
- Reduce la Ansiedad: Disminuyen las situaciones estresantes y mejora la capacidad de controlar la agitación.
- Aumenta la autoestima y promueve una actitud más positiva.
- Funciona como desagüe de todas las emociones negativas que acumulamos.
Catarsis deportiva y emocional
El deporte es una de las mejores actividades lúdicas para canalizar el estrés y drenar las emociones negativas. Además de hacer que nuestro cuerpo se sienta bien físicamente y lleno de energía, también servirá para romper con la aburrida rutina.
Biológicamente estamos diseñados para movernos. ciertamente has tenido la sensación de "encontrarte a ti mismo" durante el deporte y te habrás dicho a ti mismo: “Quiero volver a hacerlo, quiero volver a sentirme así”.
No hay deporte en el mundo que nos prive de estas emociones (aunque es innegable que algunos deportes implican riesgos). Pero la variedad de actividades físicas a nuestro alcance es tan inmensa que la excusa de "soy cauteloso" no es suficiente para justificar un estilo de vida sedentario.
Libera emociones con los videojuegos
Los videojuegos también pueden considerarse una actividad lúdica ya que pueden hacernos desconectar de las preocupaciones. Las estadísticas revelan que cada vez son más las personas que utilizan la realidad virtual para desarrollar sus habilidades, lejos de las repercusiones que puede tener, por ejemplo, fracasar en la realidad.
Los videojuegos se utilizan como reguladores de emociones para lidiar con sentimientos como la ira o la tristeza, alimentando estados de ánimo más positivos.
Algunos investigadores como Ferguson y Rueda (2010) han revelado que dentro de un escenario de videojuego es más fácil practicar la gestión emocional, especialmente de frustración o ansiedad.