El síndrome de la fase de sueño retrasada

El síndrome de la fase de sueño retrasada

¿Alguna vez te has preguntado qué les sucede a las personas que no pueden conciliar el sueño hasta altas horas de la noche? Pueden estar sufriendo del síndrome de la fase de sueño retrasada. Obtenga más información en este artículo.

El síndrome de la fase de sueño retrasada

Última actualización: 18 de febrero de 2022

Las personas con síndrome de fase de sueño retrasada no pueden adaptarse a los tiempos de sueño y vigilia socialmente establecidos. Debido a la desinformación general y la poca comprensión de este trastorno, a menudo los demás los etiquetan como perezosos o apáticos.



El patrón de sueño-vigilia sigue un ritmo circadiano, lo que significa que fluctúa regularmente cada 24 horas. Esta oscilación está determinada por el reloj biológico interno que también está regulado gracias a ciertos sincronizadores externos. Aspectos sociales como el horario de trabajo o las comidas sirven para regular con mayor o menor precisión las horas de sueño y vigilia. El sincronizador externo más potente lo da el ciclo luz-oscuridad.

El problema surge cuando hay un cambio de fase entre el sistema circadiano del cuerpo y las necesidades del contexto en el que uno vive. En el caso del síndrome de la fase de sueño retrasada, el período de sueño nocturno habitual de la persona se retrasa en comparación con el horario convencional.

Individuos que la padecen sienten la necesidad de acostarse y levantarse (crónicamente) al menos dos horas más tarde de lo normal. Este cambio de fase es más común en la adolescencia, pero a menudo también afecta a los adultos.

Cuando los compromisos diarios obligan a la persona a seguir un horario común, sufrirá una privación crónica del sueño: es incapaz de conciliar el sueño a la hora deseada. Todo esto se traduce en somnolencia y fatiga durante el día, lo que afectará su desempeño académico o laboral.


Durante las vacaciones o feriados, cuando sea posible retrasar libremente el tiempo de sueño, este vuelve a la normalidad tanto en cantidad como en calidad. El insomnio y la dificultad para despertarse desaparecen y la persona puede disfrutar de un buen sueño reparador.


Características diferenciales del síndrome de la fase de sueño retrasada

Algunos de los rasgos comunes en el síndrome de la fase de sueño retrasada son:

  • La persona mantiene una adecuada higiene del sueño, pero todavía no puede dormir a la hora deseada.
  • No existen situaciones personales o laborales, síntomas de ansiedad o depresión que justifiquen la falta de sueño de la persona.
  • Después de conciliar el sueño, quienes padecen este síndrome no tienen dificultad para mantenerlo; duerme continuamente y no se despierta repentinamente como los que sufren de insomnio de mantenimiento.
  • Debido a la falta de sueño, la somnolencia y el estado de alerta aumentan durante la primera mitad del día. Esta situación mejora a medida que nos acercamos al punto máximo de vigilia, que tiende a ser temprano en la noche en estas personas.
  • Cuando la persona puede elegir la hora de acostarse, duerme sin dificultad y se despierta descansada.

Tratamiento del síndrome de la fase de sueño retrasada

Intervención conductual

El primer paso es intervenir sobre el comportamiento del individuo, tratando de mejorar la higiene del sueño tanto como sea posible. Consulta el contexto en el que duerme, el consumo de estimulantes o el tipo de actividad que realiza antes de irse a dormir.


En este sentido, es particularmente importante que la persona adquiera horarios fijos para acostarse y despertarse. Es fundamental que las sigas día a día sin cambiarlas en días festivos o festivos. El hábito debe mantenerse incluso cuando se alcance la meta, para evitar recaídas.


Fototerapia

Reducir la exposición a la luz al atardecer y aumentarla por la mañana puede ayudar a acelerar el reloj biológico. Por eso es importante utilizar una luz suave durante las últimas horas del día y evitar la luz de las pantallas.


Por otro lado, es bueno. dormir con las persianas subidas para aumentar la exposición a la luz solar en los minutos antes de despertar.

melatonina

La administración de melatonina (1-5 mg) unas horas antes de acostarse ayuda a avanzar el ciclo sueño-vigilia. En combinación con la fototerapia aumenta su eficacia.


cronoterapia

Este procedimiento consiste en retrasar lentamente la hora de acostarse y levantarse. La persona se irá a dormir más tarde cada noche hasta alcanzar el tiempo de sueño deseado. A partir de ese momento, el reto es mantenerlo.

La principal dificultad radica en el hecho de que tardará varios días en cambiar su horario de sueño hasta llegar al ideal, y esto podría interferir con el trabajo o las responsabilidades escolares. En cualquier caso, existen métodos y estrategias para evitar que esta alteración se convierta en un límite para la persona.

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