Recitar una oración personal todos los días es una forma de observarnos y de prestar atención a nosotros mismos.
Última actualización: 20 de abril de 2019
El comienzo del día es uno de los momentos más importantes del mismo. Esto se debe a que desde las primeras horas de la mañana podemos llegar a un cierto estado de ánimo para mantener hasta la noche, cuando nos vamos a la cama. Por esta razón, creando una oración personal cada día, podremos teñir el nuevo día con los colores que deseamos ver.
El poder de una oración personal realizada al despertar por la mañana es prepararnos positivamente para afrontar todo el día. Nos ayuda a enfocarnos en las metas y el significado del día que está por comenzar. Abre nuestra conciencia a este nuevo trozo de vida que tenemos ante nuestros ojos y que es único e irrepetible.
La oración es una forma de entrar en contacto con el infinito en todas sus formas.
-Ariel Aldana-
En este artículo, definimos el concepto de oración autodirigida y cómo desarrollar una para mejorar su bienestar.
La oración, instrumento de fuerza
Para muchas personas es difícil hablar de "oración personal". En general, la oración es una herramienta adoptada por diferentes religiones para comunicarse con Dios, por lo que casi siempre están pensadas y elaboradas sobre una misma creencia: la posibilidad, gracias a ella, de hablar con una divinidad y pedirle ayuda.
En este caso no nos referimos a este tipo de oración, sino a a esos rituales de palabras que nos ponen en contacto con nosotros mismos, con el universo y con la vida.
La palabra "oración" proviene de la raíz latina precarium, que indica carencia, pobreza o estado de necesidad. Pero también viene de la palabra precis que significa "orar", "rogar" o "pedir". Desde el punto de vista etimológico, la oración sería una súplica que alguien hace cuando necesita ayuda.
En el campo de la religión, está dirigido a una deidad. La oración personal, en cambio, se dirige a la propia conciencia. Es una petición, pero en este caso uno no confía en el destino, el destino o las fuerzas invisibles. Más que nada, consiste en concentrar todas tus fuerzas para conseguir lo que quieres.
Una oración personal, por supuesto, debe ser elaborada por nosotros mismos, es decir, por aquellos que saben lo que quieren y saben lo que necesitan todos los días. No se trata de un abanico de objetivos, sino de algo que va mucho más allá. La idea es definir el significado que queremos darle a ese día en particular, más allá de objetivos específicos.
¿Cómo se elabora una oración personal?
Lo ideal es no tener ideas preconcebidas sobre una oración personal, sino usar la creatividad para formular una nueva cada día. En este caso, no se trata de repetir un conjunto de palabras de gran significado, como se hace, por ejemplo, al recitar una oración o en un mantra. Parte del poder de la oración personal reside precisamente en el proceso de creación de la misma.
Ante todo debemos entender que cada día de nuestra vida tiene algo de sagrado. La vida misma es limitada: tiene una conclusión. Por eso, cada día tiene un valor enorme, independientemente de si termina con grandes eventos externos o no. Debe ser una oportunidad que dé espacio a grandes acontecimientos dentro de nosotros.
Solo nosotros sabemos a qué desafíos nos enfrentamos. Algunos necesitan paz, otros necesitan menos dolor. Por eso se llama oración personal: porque es válida sólo para el individuo que la pronunció. Se trata un mensaje breve, enfocado a hacer avanzar los procesos internos que se dan en nuestra vida.
Oración personal y tranquilidad
Recitar una oración personal todos los días es una forma de observarnos y de prestar atención a nosotros mismos. En pocas palabras: nos permite conectarnos con nuestro mundo interior. Ella, a su vez, es una forma de conocernos mejor y de dirigir nuestros esfuerzos de forma más consciente. Al mismo tiempo, nos da más control sobre nuestra vida.
Un ejemplo de oración personal de la mañana podría ser este: "Deseo que el amor pueda florecer hoy, que pueda mostrar toda mi capacidad de comprensión y mi dulzura a los demás, para hacer de mi existencia una contribución real a la humanidad". Como puedes ver, es una oración, una petición. Convertirlo en realidad depende totalmente de nosotros.
Por todas estas razones, la oración personal es también un camino para aprender a gestionar las emociones y ser más serenos. Llena nuestro día de valor y le da sentido. Por tanto, nos permite sentirnos mejor con nosotros mismos y con nuestra existencia.
Finalmente, abre una nueva perspectiva, desde la cual podemos ver que cada día tiene un valor especial y que dentro de nosotros reside una nueva infinidad de nuevos horizontes. Al formular uno todos los días, comenzará a notar los resultados de inmediato.